Astrónomos japoneses descubren cómo las galaxias se recargan para seguir creando estrellas

Un nuevo estudio revela que corrientes de gas intergaláctico reponen las reservas de las galaxias, permitiendo la formación continua de estrellas, un descubrimiento que desvela los secretos de su longevidad.

La tasa de formación en galaxias espirales es más alto de lo que debería ser.

Galaxias, como nuestra Vía Láctea, han creado estrellas durante miles de millones de años, cada una de ellas consume gas, reduciendo las reservas disponibles, y hace no mucho debió dejar de crear nuevas estrellas.

Según modelos teóricos, muchas galaxias deberían haberse quedado sin combustible hace mucho tiempo, quedando en el aire la pregunta de cómo se mantiene la producción de nuevas generaciones estelares

Durante décadas, se han postulado flujos de gas fresco provenientes del espacio intergaláctico que reabastecen a las galaxias, pero detectar estas corrientes ha sido un desafío técnico porque para observarlas se requieren instrumentos de alta sensibilidad y métodos de análisis avanzados para captar su débil señal.

Un estudio reciente, publicado en The Astrophysical Journal, examinó la galaxia espiral NGC 3223 usando radiotelescopios de última generación, donde se detectó gas fluyendo hacia su disco. Un hallazgo que proporciona evidencia directa de cómo las galaxias obtienen materia para sostener su actividad estelar.

Conexión entre galaxias.

Estas corrientes de gas, casi invisibles, actúan como arterias cósmicas que conectan las galaxias con su entorno y refuerza la idea de un Universo dinámico, donde la materia circula constantemente, permitiendo que las galaxias mantengan su vitalidad estelar por más tiempo del esperado.

Corrientes cósmicas: el alimento de las estrellas

Las estrellas nacen cuando nubes de gas colapsan por la gravedad, el problema viene cuando se acaba ese gas, pues sin un suministro constante, las galaxias se quedarían sin material para formar estrellas. Comprender su reabastecimiento es clave para entender la evolución galáctica.

Gracias a observaciones con radiotelescopios, se confirmó que NGC 3223 recibe gas intergaláctico que alimenta su disco estelar en forma de corrientes, detectadas mediante el movimiento del hidrógeno neutro, son como ríos cósmicos que revitalizan la galaxia y sostienen su formación estelar.

Este proceso explica por qué galaxias como la Vía Láctea siguen activas ya que sin estas corrientes, nuestra galaxia habría agotado su gas hace miles de millones de años, convirtiéndose en un sistema estéril, mientras que las observaciones nos indican que produce unas tres masas solares de estrellas por año, un ritmo notable.

Cabe recalcar que el ciclo estelar no depende sólo de estas corrientes, pues las supernovas y vientos estelares reciclan material, enriqueciendo el medio interestelar con elementos pesados. Sin embargo, este reciclaje no basta: el gas fresco intergaláctico es esencial para mantener el equilibrio y prolongar la vida estelar.

Una red cósmica que une galaxias

Ahora sabemos que las galaxias no son sistemas aislados; están conectadas al cosmos mediante flujos de materia. Este descubrimiento resalta cómo las galaxias interactúan con su entorno, formando parte de un entramado donde el gas circula, se transforma y da vida a nuevas estrellas.

En el Universo temprano, filamentos de gas primordial tejieron una vasta red cósmica y parte de este gas aún fluye hacia galaxias activas, atrapado por su gravedad. Estos flujos alimentan regiones de formación estelar, manteniendo las galaxias vibrantes y productivas a lo largo del tiempo.

La formación estelar moldea la forma de las galaxias.

La gravedad, a su vez, canaliza el gas hacia los halos galácticos, donde se enfría y desciende al disco, una vez allí, se condensa en nubes moleculares, los “viveros” de nuevas estrellas. Este proceso dinámico no sólo sostiene la formación estelar, sino que también moldea la estructura y evolución de las galaxias.

Este intercambio cósmico ayuda a responder preguntas clave como ¿por qué algunas galaxias permanecen activas mientras otras se apagan? La acreción de gas fresco parece ser un factor determinante, definiendo el destino de las galaxias y su capacidad para seguir brillando en el Universo.

Nuevos horizontes para explorar el cosmos

Este hallazgo es un paso crucial, pero aún quedan preguntas por responder por la comunidad astronómica, que busca observar más galaxias en diversos entornos para determinar si este fenómeno es universal.

Futuros radiotelescopios, como el Square Kilometre Array (SKA), revolucionarán estas investigaciones pues su sensibilidad permitirá mapear los flujos de gas, con precisión sin precedentes, revelando cómo las galaxias se conectan a la red cósmica y cómo esta interacción ha evolucionado con el tiempo.

Si bien la Vía Láctea también podría beneficiarse de estos flujos y los indicios sugieren que recibe gas de filamentos cósmicos y del halo de galaxias cercanas aún necesitamos comprender cómo este proceso podría predecir el futuro estelar de nuestra galaxia y su capacidad para seguir formando estrellas, así como nuestro destino galáctico.

Estos descubrimientos nos recuerdan que el Universo es un sistema vivo y dinámico y que las galaxias, lejos de ser estáticas, prosperan gracias a un flujo constante de materia, tejiendo una historia de creación que conecta cada estrella, cada planeta y a cada uno de nosotros con el cosmos.

Referencia de la noticia

High-velocity Molecular Clouds in M83. Maki Nagata, Fumi Egusa, Fumiya Maeda, Kazuki Tokuda, Kotaro Kohno, Kana Morokuma-Matsui, and Jin Koda.The Astrophysical Journal, 987:69 (11pp), 2025 July 1 https://doi.org/10.3847/1538-4357/addab7