¿Listo para la magia nocturna? La luna se encuentra con Mercurio y las Bootidas de junio podrían aparecer
¡La impredecible lluvia de meteoros Bootidas de junio llego! Aquí tienes todo lo que necesitas saber antes de su pico el 27 de junio y sus acompañantes: la Luna y Mercurio.

Si bien la temporada de huracanes 2025 va avanzando con mucha actividad, sobre todo en los meses de junio y julio, como buenos astrónomos aficionados no nos queda más que tener paciencia y esperar pequeñas ventanas en el cielo nocturno para disfrutar de las maravillas que nos ofrece.
Antes de que finalice junio, tendremos un par de espectáculos que no nos podemos perder y que tendrán como protagonistas a la Luna y a Mercurio en una conjunción poco habitual, mientras que la lluvia de meteoros de las Boötidas hará una tímida aparición el 27 del mes con su pico máximo de actividad.
Lo impresionante de esta lluvia es que proviene de la constelación de Boötes, una constelación del hemisferio norte, cerca de Virgo y la Corona Boreal, la cual contiene a la estrella Arturo, una de las más brillantes y reconocibles del cielo nocturno.

Por su parte la Luna en su fase gibosa creciente, aquella tímida sonrisa después del atardecer, se encontrará con Mercurio que se va alejando cada vez más del Sol, desde nuestra perspectiva, para alcanzar su máxima elongación o punto más alto en el cielo
El mensajero y la cazadora
Recientemente, el 25 de junio, sucedió la fase de Luna nueva, por lo que a partir de ese punto el satélite comienza a alejarse del Sol tarde con tarde, moviéndose dirección Oeste, aproximadamente 6 grados cada día, algo que podemos ir registrando si observamos a diario.
Por su parte Mercurio en su viaje alrededor del Sol, alcanza un punto tal que, al verlo desde la Tierra, parece estar mucho más arriba de lo común, lo que se traduce en que al ocultarse el Sol, lo podemos apreciar por arriba del horizonte por un poco más de tiempo.
A este fenómeno se le conoce como máxima elongación, y generalmente ocurre con los planetas interiores como el mismo Mercurio y Venus en ciertas ocasiones del año y que tienen que ver con la posición de la Tierra y del planeta en cuestión, siendo el 27 de junio cuando ocurra el fenómeno.
Es aquí cuando se dan las condiciones para que la Luna, que se va alejando del Sol después de estar en la misma ascención recta en su fase nueva, se pueda encontrar con el planeta más pequeño del Sistema Solar. Así que no dudes en salir la tarde del 27, al caer el Sol, a buscar a ambos cuerpos celestes.
Una vieja compañera
Una de las constelaciones más antiguas registradas es la del Labrador o Pastor, conocida como Boötes (o boyero en español). Hasta cierto punto es normal que sea de las más conocidas pues su ubicación en el cielo es comparable a Orión u otras que son muy cercanas a las zodiacales.
Además de colindar con constelaciones como Virgo, el Dragón y la Osa mayor, es visible en prácticamente todo el hemisferio Norte y un tercio del hemisferio Sur. Y contiene a Arturo, la tercer estrella más brillante del cielo nocturno, así que su lluvia de estrellas de junio es también muy conocida.

Cada día, nuestro planeta impacta con más de 48.5 toneladas de material que ingresa a nuestra atmósfera, ya sean partículas de material primigenio de los inicios del Sistema Solar o restos que van dejando los cometas a su vuelta por el Sol, suelen dejar estelas impresionantes en el cielo que podemos apreciar con facilidad.
Es muy común a lo largo del año que nuestro planeta pase por las estelas de los escombros cometarios, dando lugar a hermosas luces en el cielo nocturno. En junio, la Tierra se cruza con las partículas desprendidas del cometa 7P/Pons-Winnecke, de 5 kilómetros de ancho, ocurriendo la lluvia de meteoros Bootidas.
Cómo observar las Bootidas
Si bien la lluvia estará activa del 22 de junio al 2 de julio, se espera que alcance su pico de actividad alrededor del 27 de junio, periodo durante el cual se podrán observar estrellas fugaces emanando de un punto de origen, conocido como radiante, ubicado en la constelación de Bootes, de ahí su nombre.
El 27 de junio, el radiante será visible sobre el horizonte durante toda la noche, pero alcanzará su punto más alto antes de la puesta del Sol, lo que convierte las horas posteriores al anochecer en el mejor momento para explorar el cielo en busca de meteoros
Esto, y que la Luna también irá saliendo apenas de su fase nueva por estas fechas, nos proporcionará un cielo oscuro y agradable para avistar a los fugaces visitantes interplanetarios, con Mercurio de observador perenne en el cielo nocturno.
Debemos mencionar también que, si bien las condiciones del clima probablemente no nos permitan observar estos fenómenos, no debemos desanimarnos, pues puede ocurrir una venta en el cielo para observar, por lo que debemos estar atentos, bien abrigados y sobre todo, en compañía de nuestras personas especiales.