¿Determinan los genes lo que olemos? Descubren un vínculo genético entre el olfato, el género y las enfermedades
Los trastornos olfativos pueden afectar gravemente la calidad de vida y también indicar enfermedades. Sin embargo, se ha investigado poco sobre el sentido del olfato. Por ello, los investigadores han realizado un estudio exhaustivo para investigar cómo nuestra percepción olfativa está determinada por los genes.

La capacidad de las personas para percibir ciertos olores no solo depende del gusto personal o la edad; la genética también desempeña un papel crucial. Investigadores han descubierto esto en el mayor estudio genético sobre el olfato humano realizado hasta la fecha.
Un equipo internacional de investigación, dirigido por el Instituto de Informática Médica, Estadística y Epidemiología (IMISE) de la Universidad de Leipzig, analizó la composición genética de más de 21,000 personas de ascendencia europea.

Los datos provienen, entre otras fuentes, del Estudio LIFE en Adultos de Leipzig. Se pidió a los participantes que identificaran doce olores cotidianos. Sus respuestas se compararon con su información genética.
¿Una mejor nariz en las mujeres?
Las causas de los trastornos olfativos pueden ser temporales, como las enfermedades sinusales y las infecciones de las vías respiratorias superiores, o permanentes, como las lesiones cerebrales o las enfermedades neurodegenerativas.
– Prof. Dr. Markus Scholz, líder del estudio en el IMISE de la Universidad de Leipzig.
Las diferencias de género radican en que las mujeres, por ejemplo, reconocen mejor los olores y los perciben incluso en concentraciones más bajas. Esto podría deberse a diversas razones, como las culturales, ya que las mujeres están históricamente más familiarizadas con los aromas de la cocina, o las biológicas, ya que la sensibilidad a los olores puede fluctuar debido a factores hormonales.

Estas diferencias podrían explicar por qué las mujeres perciben los olores con mayor intensidad o de forma diferente durante su ciclo menstrual o el embarazo. En el futuro, esto podría permitir que los diagnósticos médicos se adapten al género.
Conexión con el Alzheimer y el Parkinson
Otro hallazgo notable se refiere a las enfermedades neurodegenerativas. "Existe una conexión entre el riesgo de Alzheimer y la capacidad de reconocer olores", explica Franz Förster, autor principal del estudio e investigador junior de la Facultad de Medicina de Leipzig.
En el Alzheimer y el Parkinson, los trastornos del olfato se presentan en más del 80% de las personas afectadas. En el Parkinson, la pérdida del olfato precede con creces a los síntomas motores, por lo que se considera una posible señal de alerta temprana.
Ausencia de un gen para el olfato
El análisis también mostró que no existe un gen central del olfato. Las influencias genéticas afectan a olores individuales, como el café, el plátano o la canela, que se analizaron utilizando las llamadas varillas olfativas.
Una encuesta en curso del estudio de salud NAKO, que abarca toda Alemania y cuenta con unos 200,000 participantes, promete más información. La Universidad de Leipzig también desempeña un papel clave en este sentido. Los investigadores esperan pronto obtener información aún más precisa sobre las diferencias genéticas y de género en el olfato.
Referencia de la noticia
Förster, F., Emmert, D., Horn, K., et al. (2025): Genome-wide association meta-analysis of human olfactory identification discovers sex-specific and sex-differential genetic variants. Nature Communications, 16, 5434.