El "Viento de Muertos": la ciencia atmosférica en Día de Muertos
En grandes congregaciones de personas ocurre el fenómeno de la "isla de calor humana", donde se registran cambios de variables meteorológicas en la microescala.

El Día de Muertos, es una festividad arraigada en las raíces culturales y religiosas de México, que ha evolucionado a lo largo de los siglos fusionando elementos prehispánicos y cristianos. Esta celebración es una oportunidad para recordar y honrar a los seres queridos que han fallecido.
La celebración ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha adquirido diversas manifestaciones en diferentes regiones de México. Esta diversidad refleja la riqueza cultural en México y la importancia de adaptar las tradiciones a cada contexto.
El Día de Muertos, va más allá de honrar a los fallecidos. Es una ocasión para reflexionar sobre la trascendencia de la vida y la importancia de mantener viva la memoria de aquellos que ya no están con nosotros. En esta fecha se honran a los seres queridos en altares.

Esta festividad nos invita a conectarnos con nuestras raíces, fortalecer los lazos familiares y celebrar la vida con alegría y respeto. La fecha es una oportunidad para encontrar consuelo en la esperanza de que la memoria y el legado de quienes han partido perduran en nuestras vidas.
Multitudes se reúnen en torno a la celebración del Día de Muertos
En las casas y en espacios públicos se dan reuniones de familias, amigos y multitudes en general que honran a sus seres queridos. La fecha es una oportunidad para afirmar la vida y recordar a los seres queridos.
En espacios donde hay alta congregación de personas y poco ventilados, se generan cambios en variables como la temperatura y la humedad. Estos cambios se dan en una escala espacial que coincide con la ubicación de la multitud que celebra.
Si tomamos un sensor y medimos la temperatura y la humedad, probablemente se observará un aumento de ambas variables desde la periferia hacia el interior de la multitud. Esto tiene una explicación multifactorial, a continuación lo detallaré.
El calor corporal y la respiración, motores de cambios a escala micrometeorológica
A diferencia de las islas de calor urbanas tradicionales que se debe al uso extendido de infraestructuras como el asfalto; esta versión humana se debe a cambios en la micrometeorología que surge de la presencia de grandes grupos de personas, amplificando el calor y la humedad en un espacio reducido.
La temperatura normal del cuerpo humano se mantiene en un rango normal mediante la termorregulación, función que hace el sistema nervioso central. El rango de temperatura normal del cuerpo humano oscila entre 36.5 y 37.5 °C. Factores como el tipo de actividad fisica, la edad o el sexo determinan este valor.

Cuando muchas personas se agrupan en un área reducida y donde los edificios no permiten la circulación del viento, se acumula el calor que irradia el cuerpo humano. Las personas también respiran y esto se convierte en una fuente de humedad para el microambiente donde están concentrados.
El calor de la multitud y la infraestructura urbana
Como mencioné, hay espacios que ayudan a intensificar el efecto de la isla de calor humana, tal es el caso de pequeñas plazas rodeadas de edificios que no permiten la circulación del viento. El viento ayuda a atenuar el incremento de la temperatura y la humedad.
Durante la estación de verano, la más cálida del año, debes toma todas la medidas si asistes a un evento masivo donde el efecto de isla de calor humana puede tener un impacto negativo en tu salud. Las altas temperaturas y la alta humedad provocan un aumento de la sensación de calor. Efectos como el golpe de calor no se pueden descartar.