El Niño podría llegar con fuerza este 2023: ¿cómo influye esto en Mexico?

Este jueves 13 de abril, el Centro de Predicciones Climáticas comenzó la vigilancia del fenómeno de El Niño debido a un rápido calentamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial. En la región 1+2, entre costas de Ecuador y Perú se observa una anomalía de +2.7 °C implicando El Niño muy fuerte, mientras que en la región 3.4 de 0.0 °C, aún bajo condiciones neutras. La vigilancia implica el desarrollo del fenómeno dentro de los siguientes 6 meses.

Por debajo de la superficie, aguas cálidas con anomalías superiores a 4°C siguen desplazándose desde Indonesia hacia América, acoplándose con vientos de dirección oeste en niveles bajos de la tropósfera.Todo esto estaría aumentando la probabilidad a un 60 % para que este fenómeno evolucione entre mayo y julio, siendo mayor al 90 % con intensidad moderada a fuerte durante el otoño-invierno próximos. Muchos cambios a nivel global, incluyendo México, estaremos presenciando, resaltando lluvias, sequía y calor extremo.

Tendencia climatológica de El Niño a nivel global

Como sabemos, cada evento de El Niño es único y, aunque existe una climatología de las condiciones atmosféricas que normalmente se presenten en su fase, pueden variar las intensidad y extensiones.

Actualmente seguimos en fase neutra y así estaremos 1 o 2 meses más, lo que nos limita tener un panorama bien definido, ya que no existe un patrón de condiciones meteorológicas definido. Sin embargo, se observa que habrá mayor cantidad de precipitaciones entre costas de Perú y Ecuador, Japón, India, Medio Oriente, Turquía, África central, España y el centro-norte de México.

Estación del verano

En general, en los veranos de El Niño la actividad ciclónica en el Atlántico es menor a lo normal, generando menos precipitaciones en el Caribe, mientras en Sudamérica, el invierno austral puede ser menos frío. Sobre el centro de Chile se observa mayor cantidad de lluvia, contrastando con la India, Indonesia y Australia donde dominan condiciones secas y más frescas que la climatología.

Durante el invierno cambia más el patrón atmosférico

En los inviernos del hemisferio norte es cuando hay más cambios, bajo condiciones menos frías entre Japón, el sur de Asia, Australia y Brasil, así como costas del Pacífico de Alaska, Canadá y el norte de Estados Unidos.

Entre el sur de Estados Unidos y el norte de México, la situación puede ser más lluviosa y fría, así como en zonas limítrofes de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, en su verano equivalente. Generalmente con El Niño, las lluvias pueden también ser abundantes al oeste de Estados Unidos, incluyendo California.

¿Qué situaciones meteorológicas esperaríamos en México?

Conforme esta fase cálida se vaya desarrollando, la interacción océano-atmósfera cambiará, y por ahora resaltaría las siguientes situaciones: en Caribe, Golfo de México y Atlántico tropical la cizalladura tiende a incrementarse, resultando en ondas tropicales menos activas, así como reducción en cantidad de ciclones tropicales. Por su parte, la Zona Intertropical de Convergencia se mantiene relativamente lejos del país, resultando todo esto en una temporada de lluvias irregular.

Periodos húmedos y secos se presentarían entre junio a septiembre, con una canícula más marcadas asociada a calor y sequía, pero retornando por periodos lluvias importantes, estando latente efectos de ciclones tropicales en la cuenca del Pacífico, donde la actividad es mucho mayor con El Niño. En contraste, el norte y noroeste del país, aunque sí tendría calor, la intensidad sería menor a lo normal, mientras puede haber más periodos lluviosos en dichos meses en la zona sureste y estados del Pacífico.

Días fríos con lluvias y nevadas

Este panorama cambia en el otoño-invierno, cuando la corriente en chorro subtropical y polar comienza a cruzar al país, transportando generalmente gran cantidad de humedad en el norte, occidente, centro y sureste combinándose entre septiembre-noviembre con ciclones tropicales y de noviembre a enero con frentes fríos generando abundantes lluvias y ambiente más frío de lo normal, así como nevadas importantes y extensas (excepto el sureste). En conclusión, aunque sí habrá lluvias en el verano, pueden ser irregulares, aumentando hacia el invierno.