La paradoja de la sal: demasiado o muy poco, ambos pueden afectar a tu salud. Descubre por qué
La sal contiene sodio que es esencial para que nuestro cuerpo mantenga el equilibrio hídrico general y transporte oxígeno y nutrientes.

El consumo de sal en la dieta ha sido durante mucho tiempo un tema de investigación clínica y sigue siendo objeto de intenso estudio y debate. El interés especial en la sal en la dieta nace de que se sabe que el sodio podría representar un factor de riesgo para la salud debido a su impacto en la presión arterial.
De esta manera, existe la afirmación de que el consumo elevado de sal está relacionado con varios problemas de salud, entre ellos la hipertensión es decir una presión arterial alta, el accidente cerebrovascular, la hipertrofia ventricular izquierda, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad renal, las piedras o arenas en el riñón renal y también el cáncer gástrico.
Incluso la restricción de sal se asocia con varios beneficios para la salud en la población general, como la reducción de la incidencia de hipertensión arterial, enfermedad renal y, por lo tanto, la mejora de los años de vida ajustados por discapacidad. Además es bien sabido que en un proceso de recuperación de casi cualquier cirugía la indicación es nula sal.
Según información difundida en la página web del Centro Nacional de Información Biotecnológica de Estados Unidos explica que la evidencia de la hipótesis de la sal muestra que reducir la cantidad de ingesta de sal con tan solo 1.8 a 2.5 g/día dará como resultado una disminución de los niveles de Presión Arterial y una reducción posterior de eventos cardiovasculares.

En este contexto, existe una creciente evidencia científica que respalda los beneficios para la salud de la restricción de sal en la dieta, con varias guías de Presión Arterial y la mayoría de las guías dietéticas que recomiendan una ingesta baja de sodio (<2.3 g Na/día) para la población general.
Sin embargo, han surgido nuevas investigaciones con datos que apuntan hacia los efectos nocivos de la restricción severa de sodio en la población general. La ingesta óptima de sodio también ha sido cuestionada en pacientes que padecen insuficiencia cardíaca (IC).
Pero recordemos primero¿qué es el sodio? Este compuesto es un elemento clave presente en la sal, es esencial para que nuestro cuerpo mantenga el equilibrio hídrico general y transporte oxígeno y nutrientes. Permite que nuestros nervios se activen.
Pero la población consume más de la cantidad recomendada por lo que las autoridades sanitarias de todo el mundo advierten de manera continua sobre los riesgos que hay al abusar de este elemento, porque no es que la población la agregue como ingrediente en exceso, sino que los alimentos ultraprocesados la contienen en cantidades peligrosas.
Consecuencias del bajo consumo de sodio
Pero hablemos también de lo que provoca el bajo consumo de sodio. Cuando los niveles de sodio son demasiado bajos (hiponatremia), el agua se acumula en las células, provocando su inflamación. Esto es especialmente peligroso en el cerebro porque puede causar síntomas graves como confusión, convulsiones e incluso coma o la muerte.
Según información de la Clínica Mayo, los adultos mayores suelen registrar una disminución de sodio. Los niveles bajos de sodio en la sangre son comunes en los adultos mayores, especialmente en aquellos que están hospitalizados o tienen problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardíacas, renales o cáncer, entre otros.
También es más probable porque toman medicamentos o tienen problemas médicos que los ponen en riesgo de presentar el trastorno. Entre estos se incluyen los siguientes:
- Medicamentos que hacen que el cuerpo produzca más orina, llamados diuréticos.
- Algunos tipos de antidepresivos.
- Carbamazepina, un medicamento anticonvulsivo.
- Glándulas tiroides o suprarrenales poco activas.
- Disminución de la función de los riñones, el hígado o el corazón.
- Ciertos tipos de cáncer, como cáncer de pulmón.
- Ciertas enfermedades, como neumonía o infecciones de las vías urinarias, que pueden causar deshidratación.
Los tratamientos de la hiponatremia pueden incluir el cambio de un medicamento que afecte al nivel de sodio, el tratamiento de la enfermedad subyacente, el cambio de la cantidad de agua que bebes o el cambio de la cantidad de sal en tu dieta.