Astrónomos utilizan el Hubble para estimar el tamaño del cometa 3I/ATLAS: la NASA revela imagen y detalles sorprendentes
El telescopio espacial Hubble ha captado con gran detalle al tercer objeto interestelar, conocido como 3I/ATLAS, sus características revelan pistas fascinantes sobre su origen y su intensa actividad cometaria.

En julio de 2025, el sistema ATLAS detectó un nuevo cuerpo con una órbita tan hiperbólica que no dejaba dudas acerca de su naturaleza externa al Sistema Solar, inmediatamente fue bautizado como 3I/ATLAS, por ser el tercer objeto interestelar identificado, después de 1I/‘Oumuamua y 2I/Borisov.
De acuerdo con su trayectoria, se le estimó una velocidad de entrada cercana a 60 km/s e inclinación retrógrada, lo que lo convierte en el objeto interestelar más rápido registrado y gracias a esto alcanzará su perihelio el 29 de octubre de 2025, a 1.35 unidades astronómicas del Sol.
La comunidad científica espera con ansias la oportunidad de observar cómo este viajero reacciona al calor solar pues será la primera vez, desde que se formó en alguna estrela lejana, que enfrentará un calentamiento intenso tras milenios errando por el frío espacio entre las estrellas.
Hace unos días, el telescopio espacial Hubble apuntó sus instrumentos para capturar las primeras imágenes de alta resolución y lo que encontró fue un objeto activo, rodeado por una coma de polvo expulsado principalmente hacia el Sol y una tenue cola en dirección opuesta.

Esa actividad temprana, detectada a más de 3.8 unidades astronómicas, ya sugiere que su superficie está cubierta por hielos capaces de sublimar mucho antes de alcanzar el calor máximo en su perihelio, por lo que posiblemente alcance este punto sin pena ni gloria.
Un núcleo oculto tras el polvo
Las imágenes del veterano telescopio no mostraron el núcleo de forma directa, pues la luz que vemos proviene casi por completo del polvo en la coma, lo que dificulta estimar su tamaño. Los cálculos fijan un límite máximo de 2.8 kilómetros de radio, aunque podría ser mucho menor.
Este resultado lo colocaría en una escala parecida a 2I/Borisov y muy por encima de 1I/‘Oumuamua, cuyo tamaño apenas alcanzaba los 100 metros. Aquí, la clave radica en la enorme producción de polvo que oculta el núcleo como una manta brillante.
Algo que también encontró Hubble es que la emisión no es simétrica, pues un abanico de material se proyecta hacia el Sol, probablemente por la sublimación localizada en la cara diurna. La débil cola antisolar, producto de la presión de radiación, sugiere que las partículas expulsadas son relativamente grandes.
Se observó que las partículas son expulsadas hacia el Sol a una velocidad mayor (unos 22 m/s) de lo que se mueven a los lados de su órbita. Esto apoya la idea de que hay un chorro de partículas más fuerte en un área particular de la superficie.
Cómo perder masa sin dieta estricta
El equipo estimó que el visitante pierde entre 6 y 60 kilogramos de polvo por segundo, dependiendo del tamaño promedio de las partículas, que podría variar entre 1 y 100 micrómetros, lo que es una cifra comparable o superior a la de 2I/Borisov.
Si el gas que impulsa el polvo es vapor de agua, CO2 o CO, bastaría con áreas heladas de unas pocas décimas de kilómetro cuadrado para sostener la actividad observada, lo que sugiere un núcleo pequeño pero muy eficiente en liberar material.

Su alta velocidad de entrada implica que ha vagado miles de millones de años por la galaxia y durante ese tiempo, la radiación cósmica le ha moldeado una capa superficial de material orgánico oscuro que protege el hielo subyacente.
Además, el hecho de que la actividad se concentre en la cara iluminada podría significar que esa “costra” es delgada, quizás de apenas centímetros, o que el eje de rotación está orientado para mantener iluminada la misma zona durante su aproximación.
Viajeros interestelares
Las observaciones de 3I/ATLAS ayudan a comparar los tres objetos interestelares conocidos, pues mientras ‘Oumuamua parecía rocoso y sin coma, y Borisov mostraba un comportamiento cometario clásico, 3I combina un núcleo posiblemente pequeño con una actividad muy intensa.
El predominio del polvo sobre la luz del núcleo dificulta conocer su forma, rotación y composición exacta además de complicar la estimación de cuántos objetos similares podrían estar cruzando el Sistema Solar sin ser detectados.
Si su brillo se debe en gran parte a la coma, muchos otros núcleos inactivos —más pequeños o sin sublimación activa— podrían pasar inadvertidos para nuestros telescopios y detectarlos requerirá instrumentación más sensible o búsquedas específicas.
En los próximos meses, mientras se acerque al Sol, 3I/ATLAS ofrecerá una oportunidad única para estudiar cómo responde un cometa interestelar al calory cada dato que obtengamos será una ventana a otros sistemas planetarios.