Así es como la tecnología nos ayudará a erradicar la ceguera con el ojo biónico del futuro
Investigaciones han dado pasos de gigante para combatir este fenómeno, con nuevas técnicas quirúrgicas y tratamientos de las infecciones oculares que son capaces de amortiguar los efectos o devolver la vista a quienes ya la habían perdido.
En 2015, la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera estimó que 36 millones de personas en todo el mundo son ciegas y 217 millones de personas padecen problemas de visión moderados o agudos.
Según las definiciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hablamos de ceguera cuando la agudeza visual, corregida con lentes, en el ojo menos deteriorado es inferior a 1/20. Cada vez más personas en todo el mundo padecen enfermedades graves que pueden provocar ceguera total.
Sin embargo, en los últimos años, la investigación ha avanzado a pasos agigantados para combatir este fenómeno, a través de estudios cada vez más eficaces, que han dado lugar a técnicas quirúrgicas y tratamientos de las infecciones oculares capaces de mitigar sus efectos.
La ayuda de la tecnología
En los últimos años, la salud digital ha comenzado a trabajar en la tarea de transformar el campo de la oftalmología, mostrando sus soluciones más innovadoras para combatir diferentes afecciones oculares. Las nuevas tecnologías han permitido un tratamiento más rápido de afecciones menos graves y mejoras en enfermedades que cambian la vida.
Las mentes más creativas en oftalmología han recibido un gran impulso con la introducción de tecnología disruptiva. Se han tratado muchas afecciones y enfermedades con estas asombrosas innovaciones.
Second Sight, una empresa con sede en California y Retina Implant AG, una empresa alemana, se han aliado con Pixium Vision, una empresa francesa, y todas desarrollan implantes protésicos visuales que pueden devolver la vista a pacientes ciegos que padecen retinitis pigmentosa. En realidad, los primeros experimentos comenzaron oficialmente ya en 2016.
El caso más llamativo fue el de una señora británica, que padece retinitis pigmentosa, que recuperó la vista gracias a la instalación de un ojo biónico, montado como parte de un ensayo en el Oxford Eye Hospital, en Reino Unido.
Utilizando la innovación Second Sight, cirujanos de Manchester, Reino Unido, aplicaron el primer implante ocular biónico para un paciente con DMAE en 2015
Ray Flynn, de 80 años, perdió por completo su visión central. Pero, gracias al implante de retina pudo ver la pantalla de su computadora volverá a ser más clara, aunque el implante no podrá brindar una visión muy detallada, pero puede ayudar a los pacientes a ver patrones y formas, como marcos de puertas y vehículos.
Implantes cerebrales y de retina artificial
Se ha creado un nuevo dispositivo llamado Argus II, presentado por Second Sight, para ayudar a los pacientes que padecen retinitis pigmentosa. Hace un tiempo, Second Sight comenzó a crear una versión diferente de su dispositivo, esta versión modificada se enfoca únicamente en movilizar la corteza visual, la parte del cerebro responsable de procesar la información visual, en lugar del ojo mismo.
Otra innovación interesante la aportó el Instituto Italiano de Tecnología. Su nuevo enfoque consiste en tratar la degeneración de la retina con una prótesis que se implanta en el ojo.
La prótesis servirá para sustituir la retina dañada, por lo que básicamente se trata de una retina artificial. La empresa está generando esto en lugar de desarrollar una innovación del tipo “ojo biónico”, pero en realidad debería permitir resultados similares. La tecnología está mostrando resultados prometedores y las primeras pruebas en humanos deberían realizarse muy pronto.
Las últimas noticias de la investigación.
Los investigadores de Melbourne han creado hasta ahora un prototipo sensible a los rayos UV, pero están trabajando para incluir un espectro más amplio de fuentes de luz, incluidas la luz visible y la infrarroja.
La tecnología capaz de evaluar enormes cantidades de información visual en tiempo real abre el camino a un amplio abanico de aplicaciones, como coches autónomos que interpretan situaciones de peligro casi al instante o robots con mejor percepción visual y por tanto capaces de interactuar con el mundo que nos rodea más naturalmente.