Una investigación sobre las malteadas, revela los efectos negativos de los alimentos grasos en la función cerebral
Los investigadores utilizaron un batido rico en calorías para probar cómo responde el cerebro a los alimentos grasos, revelando los efectos negativos inmediatos de su consumo, toda una "bomba al cerebro"

Un equipo colaborativo de investigadores de instituciones académicas de Francia, Japón, Canadá y el Reino Unido realizó un interesante estudio sobre los efectos inmediatos de la ingesta de alimentos ricos en grasas y calorías en el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro. ¡Esto es lo que descubrieron, lo que podría disuadirte de excederte con la comida para llevar del viernes por la noche!
Presión arterial y salud
El cerebro es un órgano de alto consumo energético con reservas limitadas, que requiere un suministro constante de sangre para suministrar glucosa y oxígeno esenciales para facilitar las funciones corporales diarias.
Al visitar a tu médico de cabecera para una revisión general o específica, es posible que te coloquen un manguito alrededor del bíceps para controlar tu presión sistólica y diastólica, que representan la presión de la sangre que bombea el corazón y alrededor del cuerpo, y la presión en reposo (respectivamente).
La presión arterial alta puede tener efectos nocivos si se mantiene constante, dañando los vasos sanguíneos, lo que puede provocar una reducción del flujo sanguíneo y su obstrucción. Mantener un suministro de sangre estable al cerebro es fundamental para garantizar su salud y un correcto funcionamiento cognitivo.
Si no se controla, se sabe que la presión arterial alta contribuye a un deterioro cognitivo y a la demencia. Para la salud cardíaca, otros problemas de salud relacionados con la presión arterial alta pueden provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Tipos de grasas
Dos tipos de grasas, saturadas e insaturadas, tienen diferentes efectos en nuestro metabolismo y salud general a largo plazo. Las grasas saturadas, incluyendo las grasas animales y las que se solidifican a temperatura ambiente (como el aceite de coco, presente en la crema agria y el queso), pueden aumentar el colesterol LDL (malo) en la sangre si se consumen en grandes cantidades.
Las grasas insaturadas, como las poliinsaturadas y monoinsaturadas (presentes en alimentos como el aceite de oliva, los frutos secos, el aceite de cacahuete, el aguacate, el salmón, las sardinas y otros pescados grasos), se consideran grasas "saludables" y se asocian con la reducción del colesterol malo y el aumento del colesterol HDL (bueno).
Métodos del estudio
El estudio incluyó a 41 hombres, 20 de ellos de entre 18 y 35 años, y 21 de entre 60 y 80, para investigar los efectos de los alimentos grasos en los vasos sanguíneos del corazón y el cerebro. Los participantes bebieron un batido con 130 g de grasa y un recuento calórico de 1362 calorías.
Se midió la salud vascular antes y cuatro horas después de la comida. Se pidió a los participantes que realizaran sentadillas (utilizando únicamente su peso corporal) para evaluar la capacidad de los vasos sanguíneos para manejar los cambios de presión.
Para la salud cardíaca, los investigadores evaluaron la capacidad de dilatación de los vasos sanguíneos de los brazos. Los investigadores utilizaron ultrasonidos para ambos métodos a fin de determinar la fluidez de la sangre.
Resultados
En ambos grupos de edad, el batido alto en calorías dificultó la capacidad del cerebro para controlar el flujo sanguíneo ante fluctuaciones de la presión arterial y disminuyó la dilatación de los vasos sanguíneos. Los hombres mayores experimentaron una disminución aproximadamente un 10 % mayor, lo que sugiere que la sensibilidad aumenta con la edad.
Aunque el estudio no examinó directamente los resultados cognitivos, investigaciones previas han vinculado este tipo de comidas rápidas y grasas con una menor disponibilidad de óxido nítrico y una mayor formación de radicales libres, lo que podría explicar la menor capacidad de los vasos sanguíneos para mantener un flujo sanguíneo constante al cerebro.
En general, la investigación apunta a la integración de grasas poliinsaturadas en nuestra dieta, aunque se necesita más investigación para evaluar los efectos inmediatos de una comida rica en grasas poliinsaturadas en el cerebro.
Investigaciones futuras también podrían analizar con mayor detalle la reacción del cerebro femenino a los alimentos grasos, ya que las mujeres parecen tener un mayor riesgo de desarrollar demencia o sufrir un derrame cerebral en comparación con los hombres en las últimas etapas de la vida.
Referencias de la noticia
Alzheimer's Research UK, Blood Pressure and Brain Health: What's the link?
Post-prandial hyperlipidaemia impairs systemic vascular function and dynamic cerebral autoregulation in young and old male adults. The Journal of Nutritional Physiology. Marley, CJ.; David, D.; Brugniaux, JV.; Tsukamoto, H.; Burma, JS., et al.