Cuidados de la malamadre o lazo de amor: la planta colgante perfecta para interiores luminosos

Hay plantas que te enamoran con solo verlas, una de ellas es la malamadre, también conocida como lazo de amor, a pesar de su nombre curioso, esta planta no tiene nada de mala pero sí mucho de encantadora

En feng shui se cree que atrae energía positiva y armoniza los espacios donde se coloca.

Las plantas de interior tienen algo especial que nos hace amarlas. Y hay una planta en especial que seguramente has visto colgando de una maceta con sus hojas largas y verdes, y que si ya la tienes en casa, entenderás por qué muchos le guardan un cariño especial.

Se le conoce como "malamadre" y aunque este nombre puede sonar raro o hasta un poco dramático, en realidad tiene una explicación. Esta planta echa hijuelos como si no hubiera un mañana, y estos suelen colgar desde la planta madre en largos tallos, lo que da la impresión de que los deja caer y se desprende de ellos. De ahí viene ese apodo curioso.

También se le conoce por otros jardineros como "lazo de amor", un nombre más tierno y poético, que hace referencia a esos hijuelos que se conectan entre sí como si fueran lazos de un amor eterno y profundo. Sea como sea, esta planta tiene mucho que ofrecer y merece su lugar en cualquier hogar.

Originaria del sur de África, te presento a la Chlorophytum comosum una especie que hoy por hoy es una de las plantas más comunes en interiores. ¿La razón? Es resistente, crece rápido, y no requiere tantos cuidados como otras especies más delicadas. Incluso quienes no tienen mano para las plantas suelen tener éxito con ella.

Aunque es segura para humanos, puede causar molestias estomacales leves si un gato o perro la mastica en grandes cantidades.

Luz, agua y ambiente; su combustible natural

Como ya sabes, uno de los puntos más importantes, es la luz, y aquí hay buenas noticias. Esta planta adora los interiores iluminados, asi que lo ideal es tenerla cerca de una ventana donde reciba la luz del sol pero de manera indirecta por que si le da el sol directo, sobre todo en las horas intensas del día, puede quemarle las hojas.

Algunas variedades tienen hojas completamente verdes y otras con franjas blancas o amarillas.

En espacios oscuros puede sobrevivir, pero su crecimiento se vuelve lento y difícil, y puede perder intensidad en su color o en el peor de los casos, no generar tantos hijos. Asi que si notas que está “triste” es probable que le falte luz. En ese caso, moverla de lugar puede hacer toda la diferencia.

Con el riego es mejor pecar de prudente que de generoso, y un error bastante común entre principiantes es que la quieren regar todos los dias, lo que puede causar pudrición de raíces. Por eso, antes de regar, toca la tierra con los dedos y si está seca a unos 2-3 cm de profundidad, es hora del riego.

En verano o si el ambiente es muy seco, tal vez necesite agua una vez por semana. En invierno, cada 10 o hasta 15 días puede ser suficiente. Siempre es mejor usar agua a temperatura ambiente y dejar que filtre bien. Nada de platitos con agua estancada, porque eso es una invitación al desastre.

Un buen tip para mejorar su entorno es rociar sus hojas con agua cada tanto, sobre todo en épocas de calor o si hay calefacción en casa, ya que el aire seco le puede afectar. Esto también ayuda a mantener sus hojas limpias y brillantes.

Su forma arqueada y colgante la hace perfecta para macetas en altura o repisas elevadas.

Lo que hay debajo también importa…

Aunque mucha gente se enfoca solo en el riego y la luz, el sustrato es igual de importante para que crezca bien. Lo mejor es usar una mezcla de tierra suelta, que tenga buena aireación y un excelente drenaje, una buena opción es una mezcla para plantas de interior con un poco de perlita o fibra de coco.

Puedes dejar que los hijuelos sigan conectados y apoyarlos sobre otra maceta así, en poco tiempo tendrás nuevas plantitas para regalar o llenar otros rincones de tu casa.

Uno de los encantos más grandes de esta planta es que se reproduce muy fácil. Los hijuelos que cuelgan de sus tallos son pequeñas versiones de la planta madre, entonces si notas que ya tienen raíces visibles, puedes cortarlos y plantarlos en tierra o ponerlos en agua hasta que echen raíces más largas.

Aunque es una especie resistente, a veces puede tener problemas. Si notas que las puntas de las hojas se ponen de color amarillo o café, puede ser que nos estemos pasando con el agua, que haya demasiado aire seco o que el agua que estamos usando tenga demasiados minerales, por lo que usar agua filtrada o de lluvia puede ser la solución.

La malamadre o lazo de amor es una de esas plantas que te lo dan todo sin pedir mucho a cambio. Tiene un aire elegante e imponente con sus hojas largas y arqueadas, pero al mismo tiempo es súper noble y fácil de cuidar. Ideal para quienes están empezando en el mundo de las plantas o para quienes quieren llenar su casa de verde sin complicarse.

Con unos cuidados básicos y algo de atención, esta planta puede vivir muchos años y seguir regalándote hijuelos y alegrías. Y como pasa con todo en la vida, a veces se nos puede pasar regarla o ponerla en un lugar medio feo, pero ella aguanta. Solo hace falta observarla, aprender a leer sus señales y darle ese pequeño espacio amor.