La suculenta que sobrevive incluso bajo el Sol más fuerte: perfecta para terrazas
Guía completa para el cultivo de esta planta suculenta famosa por la extracción de su gel pero también especialmente apreciada como planta ornamental tanto en interior como en exterior.

El aloe vera es una planta suculenta perteneciente a la familia Asphodelaceae, originaria de las zonas áridas y semidesérticas del norte de África y la Península Arábiga. En la naturaleza crece espontáneamente en ambientes cálidos y áridos, donde sobrevive gracias a su extraordinaria capacidad de almacenar agua en sus hojas carnosas.
Hoy en día, el Aloe está muy extendido en muchas zonas tropicales y subtropicales del mundo y también se cultiva ampliamente como planta ornamental, apreciada por su aspecto exótico y porque es fácil de cuidar.
A lo largo de los siglos, el aloe vera también se ha utilizado con fines medicinales y cosméticos: se han encontrado rastros de su uso en documentos egipcios, griegos y romanos.
Aspectos botánicos
El aloe vera es una planta perenne sin tallo evidente, con hojas carnosas dispuestas en roseta. Las hojas, de color verde grisáceo con los bordes ligeramente dentados, pueden alcanzar los 50 cm de longitud y contienen un gel transparente en su interior. Las raíces son fasciculadas y poco profundas, adecuadas para retener la humedad en suelos áridos.

La floración se produce en primavera o verano en tallos centrales largos que sostienen inflorescencias agrupadas, con flores tubulares amarillas. En entornos domésticos, la floración es bastante rara, pero puede ocurrir si la planta recibe luz y cuidados adecuados.
Famoso en todo el mundo por su gel
El gel contenido en sus hojas ha hecho que el Aloe vera sea famoso en todo el mundo. Rico en polisacáridos, enzimas, vitaminas y minerales, se utiliza en productos para el cuidado de la piel para calmar quemaduras, hidratar y promover la curación de pequeñas heridas.
El gel se extrae industrialmente de las hojas maduras, fileteadas para separar la parte interna gelatinosa de la cáscara externa. Posteriormente el producto se filtra y se estabiliza en frío o pasteuriza, para conservar sus propiedades.
Aloe vera y sus primos: las otras especies del género
El género Aloe incluye más de 500 especies, muchas de las cuales son ornamentales o medicinales. Entre las más conocidas están el Aloe arborescens, apreciado por sus propiedades similares al Aloe vera pero con mayor contenido en principios activos, y el Aloe ferox, de aspecto arbustivo y hojas robustas. Otras especies, como Aloe maculata y Aloe variegata, se cultivan principalmente por su valor estético.
Consejos de cultivo
El aloe vera es una de las plantas más sencillas de cultivar, incluso en macetas. En el apartamento le gusta una exposición muy luminosa y en verano se puede trasladar al exterior, beneficiándose de la luz solar directa. Sin embargo, la transición del entorno doméstico a la luz solar directa debe ser gradual, para proteger las hojas de posibles quemaduras solares.
El suelo ideal es arenoso o bien drenado: una mezcla para suculentas es excelente, quizás enriquecida con piedra pómez o lapilli. El riego debe ser moderado: regar sólo cuando el suelo esté completamente seco. En invierno, sobre todo si se mantiene en el interior, hay que regarla muy poco.
Cuidado con el exceso de agua
El principal peligro del Aloe vera es el exceso de agua, que puede provocar podredumbre radicular y basal. Es importante evitar el estancamiento en el platillo y utilizar recipientes con buen drenaje. Menos frecuentes, pero posibles, son las infestaciones por cochinilla o pulgones, que deberán tratarse con jabones suaves o productos específicos.
Las hojas amarillentas o caídas pueden indicar demasiada agua o un frío excesivo: siempre es útil observar la planta e intervenir rápidamente cuando muestra signos de sufrimiento.
Muy fácil de propagar
El aloe vera se reproduce fácilmente a través de retoños que crecen en la base de la planta madre. Una vez que las plantas jóvenes tengan al menos 4-5 hojas y raíces visibles, se pueden separar con cuidado y trasplantar individualmente. La mejor época es la primavera o principios del verano.
Después del trasplante, es mejor esperar unos días antes de regar, para permitir que las posibles heridas causadas por el desprendimiento de la planta madre cicatricen. La propagación por esquejes de hojas es menos efectiva: las hojas de aloe rara vez echan raíces como las de otras suculentas.
Agave y Aloe: similares pero no iguales, descubre las diferencias
A primera vista y en el caso de plantas jóvenes, el Aloe y el Agave pueden parecer plantas muy similares: ambas tienen hojas carnosas dispuestas en roseta y crecen en ambientes áridos.
Sin embargo, pertenecen a familias diferentes: el Agave es una Asparagacea y tiene un ciclo de vida monocárpico (florece solo una vez en su vida y luego muere), a diferencia del Aloe que puede florecer varias veces. Además, las hojas de agave son más rígidas y a menudo terminan con una espina afilada.

Incluso su uso es diferente: el agave es más conocido por la producción de jarabe, alimentos y tequila, no por usos medicinales.
Cuando las plantas son adultas es más fácil distinguirlas: el Agave tiende a alcanzar dimensiones mucho mayores que el Aloe; Algunas especies, como el Agave americana, pueden superar los 2-3 metros de diámetro mientras que el Aloe vera en promedio forma rosetas que alcanzan los 60-80 cm de diámetro.