Alarma en el 'tercer polo' de la Tierra: las montañas occidentales del Himalaya casi no tienen nieve

El invierno está siendo atípico en la cordillera del Himalaya, sobre todo en su región occidental, donde las montañas, antaño revestidas de un hermoso e inmenso manto blanco, están ahora visiblemente desnudas.

Hindu Kush
La nieve presente en la cordillera del Himalaya garantiza el caudal de los cursos de agua que se forman en este sistema montañoso.

Varios sectores de la cordillera del Himalaya, también conocida como el "tercer polo" porque almacena más agua congelada que cualquier otro lugar del mundo, salvo los casquetes polares del Ártico y la Antártida, está pasando por un verdadero aprieto por la falta de nieve.

Las cumbres del macizo de Hindu Kush, habitualmente cubiertas en invierno por un extenso manto de nieve blanca, tienen este año un color diferente, el de las rocas y guijarros que las componen. Esta realidad se ha hecho patente en toda esta extensa cordillera, especialmente en el oeste.

Este invierno está siendo especialmente atípico, con escasas precipitaciones y, por supuesto, poca o ninguna nieve en toda la región. Sin embargo, ha seguido un patrón que cada vez resulta más preocupante.

Más de la mitad de los glaciares de la zona podrían desaparecer a finales de siglo

Varias investigaciones sugieren que la superficie de los glaciares del Himalaya se ha reducido en un 40% desde la Pequeña Edad de Hielo, hace entre 400 y 700 años, y que en las últimas décadas el deshielo se ha acelerado más que en otras zonas montañosas del mundo. Los estudios, dependiendo del nivel de calentamiento global, proyectan que al menos otro tercio, y hasta dos tercios, de los glaciares de la región podrían desaparecer a finales de siglo.

Estos cambios pueden tener muchas consecuencias en una región densamente poblada. Mil millones de personas dependen de los sistemas fluviales del Indo, el Ganges y el Brahmaputra, alimentados en parte por el deshielo cíclico natural de las nieves y los glaciares de la región en los periodos más cálidos.

La nieve es una importante fuente de sustento en las regiones montañosas y suele acumularse entre octubre y marzo. La capa de nieve actúa como un manto aislante que protege los cultivos inactivos, permite el crecimiento de las raíces, impide la penetración de las heladas y protege el suelo de la erosión.

La falta de nevadas y la irregularidad de las precipitaciones en toda la región del Himalaya tienen el potencial de causar impactos ecológicos adversos en la región, desde el punto de vista hidrológico, como hemos visto, pero también desde el punto de vista agrícola y agroforestal. Los agricultores locales están muy preocupados, ya que las escasas nevadas tienen un impacto directo y grave en la agricultura.

Las consecuencias en la economía local

Esto es especialmente grave para la región himalaya del Hindu Kush, que depende en gran medida de la agricultura. La falta de acumulación suficiente de nieve significa que, cuando se derrita, habrá menos "escorrentía", es decir, menos exceso de agua fluyendo por la superficie terrestre y hacia los cursos de agua cercanos.

Por término medio, el deshielo anual aporta aproximadamente el 23% del caudal de las doce cuencas fluviales principales que nacen en lo alto del Himalaya del Hindu Kush y fluyen hacia las tierras de cultivo y las ciudades río abajo.

Con menos nevadas habrá un menor espesor de nieve, lo que significa que habrá menos nieve fundida que escurra hacia ríos y arroyos. Por tanto, si esta situación se prolonga en el tiempo podría reducir sustancialmente el agua para la agricultura cuando más se necesita, poniendo en peligro el riego de los campos o el sustento del ganado.

Otros sectores, como el turismo, también se ven afectados por la falta de nieve. Esta realidad es aún más dura en las economías locales, como las de esta región, que dependen en gran medida de estas actividades estacionales para mantenerse durante todo el año.

Una perturbación local con efectos globales

El cambio climático está influyendo en diversos fenómenos meteorológicos a escala regional y global. Aunque los mecanismos físicos precisos no se comprenden del todo, se cree que contribuye a prolongar y hacer más intensas las condiciones de La Niña y El Niño.

Estas alteraciones de los patrones meteorológicos repercuten, a su vez, en la "perturbación occidental", un fenómeno meteorológico con una influencia significativa en el régimen hidrológico del Hindu Kush Himalaya.

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La "perturbación occidental" se forma sobre el mar Mediterráneo, el mar Caspio y el mar Negro y se desplaza hacia el este a través de Irak, Irán, Afganistán y Pakistán antes de llegar al norte y noroeste de la India y al oeste de Nepal. Por ello, desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del agua para la agricultura en la región himalaya del Hindu Kush durante el invierno, ya que es la principal fuente de nieve que alimenta sus glaciares.

Los científicos del ICIMOD (Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas) han declarado el Hindu Kush, una de las regiones con mayor biodiversidad de la Tierra, una “biosfera al borde del abismo”.

Las anomalías de temperatura registradas en 2023, el año más cálido jamás registrado con 1.5 °C por encima de los niveles preindustriales, han debilitado y retrasado la "perturbación occidental", afectando a las precipitaciones invernales, la producción agrícola y las nevadas en la región occidental del Himalaya.

La nieve ayuda a mantener los glaciares, mientras que la capa de nieve contribuye a regular la temperatura de la superficie terrestre y las variaciones en la capa de nieve pueden afectar a los patrones meteorológicos regionales.

Se cree que el enfriamiento asociado a los suelos húmedos de primavera y a la importante acumulación de nieve en Eurasia altera la llegada de la estación de los monzones de verano e influye en su fuerza y duración. En los últimos años, la región ha experimentado monzones prolongados, caracterizados por lluvias intensas.

Los monzones de 2023 en el Himalaya oriental provocaron inundaciones catastróficas, acompañadas de numerosos corrimientos de tierras. Más al norte, se han producido cambios visibles, incluido un cambio en los ciclos de precipitaciones. Las zonas en las que tradicionalmente nevaba experimentan ahora precipitaciones más frecuentes.