CDMX entre calor, calidad del aire y lluvias extremas: el arte científico de contar historias
En el Día Internacional de la Comunicación de la Ciencia, se reunieron académicos para transformar datos en historias breves de la Ciudad de México: calor urbano, calidad del aire y lluvias extremas.
En el auditorio del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAYCC), de la UNAM, el silencio inicial tenía un peso especial. Cargado de expectativa y complicidad, se realizó un homenaje a la ciencia, a los que se dedican a ponerla al alcance de todos, y al recuerdo siempre latente de Julieta Fierro.
EL DICC celebra la importancia de la cultura científica en el mundo, y a las personas e instituciones que crean espacios para que todos hagan de la ciencia una parte relevante de sus vidas. El 28 de septiembre fue el día elegido, en homenaje al aniversario del inicio de las transmisiones de la serie ‘Cosmos’, uno de los programas de divulgación más influyentes de la historia.
En el Día Internacional de la Comunicación de la Ciencia, el ICAYCC–UNAM reunió a académicos que transformaron datos en relatos breves sobre el clima de la Ciudad de México: calor urbano, calidad del aire y lluvias extremas.
Hoy, más que nunca, es imperioso fortalecer, por todos los medios posibles, una cultura ciudadana compatible con la ciencia. En pos de que la sociedad pueda tomar decisiones fundamentadas, que las personas puedan evitar o reconocer información falsa, y para enfrentar crisis como la pandemia y el cambio climático.
Y en México, este homenaje encontró eco en el ICAyCC: un evento de presentaciones breves tras un taller sobre cómo comunicar mejor la ciencia. El taller, bajo la dirección del Dr. Bernardo Bastien, investigador del ICAyCC, abrió las puertas a miles de posibilidades para que un grupo de académicos experimentaran con el arte de contar historias.
La dinámica fue simple y desafiante: 5 minutos, un tema complejo y el reto de emocionar. No se trataba de adornos y metáforas sin fondo, ni solo traducir lenguaje académico. Se trata de crear historias para sensibilizar, involucrar y fomentar diálogos.
Veo… veo: azoteas verdes
Presentado por: Dra. Eréndira A. Arellano
Embotellamiento en el tráfico de la CDMX. Una pequeña aburrida, su mamá, y un clásico infantil: ¡veo, veo!... Y desde el segundo piso del periférico, juntas encontraron brillos de cristales y tonos grises, rojos y opacos. "Veo, veo, algo de color... ¿y el verde?" Pues resulta que mirar en verde en CDMX es una actividad exclusiva.
Ese tono abunda en Chapultepec, la reserva del Pedregal y en algunos parches dispersos, mayormente en el sur de la capital. En el resto, el verde se ha vuelto esquivo, desdibujado por el gris urbano.
Y es esta escasa cobertura vegetal, más la rápida urbanización, amplifica los efectos del cambio climático en la capital: efectos intensos de la isla de calor urbano e inundaciones provocadas por un drenaje saturado. La pregunta ya no es solo lúdica, es urgente: ¿dónde está el verde que equilibre la ciudad?
La respuesta se busca en soluciones basadas en la naturaleza, como las azoteas verdes. Estructuras que, más que adorno moderno, brindan servicios ecosistémicos como la retención del agua de lluvia y temperaturas más frescas. En la CDMX, las azoteas verdes pueden retener hasta un 60 % del agua de lluvia, demorando su escurrimiento y aliviando la carga del sistema de drenaje.
Y sí, el tipo de vegetación importa. Las plantas verdes logran reducir la temperatura de superficie entre 10 °C y 20 °C, en contraste con los techos grises o rojos convencionales. ¿A poco no vale la pena poner más verde al Veo, veo citadino?
Lo que el viento se llevó
Presentado por: Dr. Luis Ladino
Además de romance, el viento tiende a llevarse mucho. Y hoy el tema no es el amor, sino el estado del tiempo, y esa costumbre diaria de revisar qué nos espera para no salir y que nos sorprenda la lluvia. Solo que, en esta historia, lo inesperado no fue un chaparrón de improvisto… sino una lluvia de pájaros.
¡OJO!, no pasamos de romance a ciencia ficción. En 1987, cuando la Ciudad de México era catalogada como la más contaminada del mundo, cientos de aves cayeron muertas por los altos niveles de contaminantes en el aire. Y si eso ocurrió con los pájaros, ¿qué pasó con las personas más vulnerables?
De ahí, surgieron estrategias de la mano de las autoridades ambientales de entonces, como el Hoy No Circula, la verificación vehicular y el retiro de industrias hacia la periferia de la ciudad. Y sí, la calidad del aire ha mejorado, pero en ciertas épocas del año, la ciudad sigue vistiendo en tonos sepias.
Los contaminantes siguen presentes y los incendios forestales se han vuelto un generador recurrente. Desde Guerrero, Michoacán y estados vecinos, arrastradas por el viento, llegan cientos de partículas pequeñas y tóxicas, producto de la quema de bosques. Y el impacto no es menor, con la presencia de alquitrán y carbono negro.
Se trata de partículas altamente tóxicas que pueden penetrar muy adentro de nuestro sistema respiratorio e impactar otros órganos. Y esto empeora bajo condiciones de calentamiento global. Mientras el viento sigue arrastrando secuelas, urge una mejor gestión ambiental y cuidados cotidianos.
Y las gotas de lluvia no son de caramelo
Presentado por: Dra. Érika López.
Abre el telón un hermoso recuerdo familiar. Eran los años 2000, y al cuidar de cualquier peque, siempre nos acompañaba Barney, el dinosaurio morado. Y uno de sus hits musicales más famosos: “Si las gotas de lluvia fueran de caramelo, me encantaría estar ahí…”

Pero en CDMX, las gotas de lluvia están muy lejos de ser de caramelo. La urbanización, que avanza sobre áreas verdes y naturales, ha cambiado la manera en que llueve aquí. Hoy, las lluvias no llegan con la misma intensidad ni frecuencia que en los tiempos de Barney.
En su lugar, tenemos eventos extremos, con lluvias torrenciales, granizadas y tormentas severas que cada temporada dejan marca, sobre todo en alcaldías como Benito Juárez, Tlalpan, Iztapalapa o Álvaro Obregón. Y las consecuencias se traducen en suelos reblandecidos, infraestructura dañada, inundaciones.
Entonces, ¿qué se está haciendo? La apuesta ahora está en la modelación numérica. Para generar un pronóstico que permita crear mapas de riesgo, emitir alertamientos y diseñar estrategias, con el fin de reducir los impactos de las inundaciones en la capital. Porque en la CDMX, más que caramelos, lo que necesitamos es lluvia que caiga con seguridad, previsión y resiliencia.
Referencias de la noticia
El ICAyCC celebra el Día Internacional de la Cultura Científica. 26 de septiembre de 2025. Seminario Institucional del ICAyCC.