¿Cuánto más calor hará en tu ciudad dentro de 10 años? Proyecciones preocupantes del clima en México
¿Hasta dónde subirá el termómetro urbano en la próxima década? Proyecciones científicas advierten aumentos preocupantes en la temperatura de las ciudades mexicanas, y adaptarse ya no es opcional.

En los últimos años, hablar del calor ya no es solo un tema de conversación casual. Se ha vuelto una preocupación creciente que se cuela en la vida diaria, desde el aumento en los recibos de electricidad hasta la salud de quienes trabajan al aire libre.
El calentamiento creciente es innegable. Lo muestran las estadísticas, y también lo hemos sentido en carne propia. En 2024 se rompieron todos los récords de temperatura a nivel mundial. Y México se llevó una dosis especialmente intensa, con una anomalía de 2.14 °C por encima del promedio preindustrial (1900-1930) y mucho mayor que el aumento global (1.55 °C).
Pero no todas las regiones se calientan por igual. Algunas ciudades costeras enfrentan más humedad y el bochorno se pega al cuerpo como una segunda piel. Otras, en el interior del país, sufren extremos más marcados según lo que dicte el termómetro. Y en casos como la Ciudad de México, sudamos al ritmo de la “isla de calor urbano”.
Y luego de una década ardiente, ¿qué nos esperan los próximos 10 años? Hay modelos, proyecciones y análisis científicos que buscan estimar cómo podrían evolucionar las temperaturas en diferentes escenarios de cambio climático. Y no hay spoiler más confiable que el que da el clima.
Entendamos mejor estas proyecciones y qué significan en la vida real, con Orlando Aurquia, meteorólogo de Telemundo 48 Área de la Bahía de San Francisco y colaborador de Meteored.
¿Qué dicen las proyecciones climáticas y qué regiones serán más vulnerables en la próxima década?
Según datos y proyecciones del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, y del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC), en la próxima década se espera un aumento promedio de 1 °C en todo el país, que llegaría a 2 °C para 2050.
Este aumento de la temperatura no será uniforme. El norte de México es el que más se estará calentando. Estados como Coahuila, Chihuahua y Sonora tendrían los mayores registros, sobre todo durante el verano. Además, al sur y sureste, Chiapas y Tabasco también serán muy golpeados por las altas temperaturas.
Estas proyecciones son altamente confiables para los próximos 20-30 años. Muchos de los cambios en el clima que veremos entre 2030 y 2040 ya no se pueden evitar, así que urge ampliar y reforzar las estrategias de adaptación. Sin embargo, hacia 2050 los modelos muestran diferencias importantes según el escenario socioeconómico en el que nos encontremos.
Si no se cumplen los compromisos del Acuerdo de París y las emisiones siguen aumentando, la temperatura seguirá subiendo de forma acelerada para mitad de siglo. En cambio, si actuamos a tiempo y se aplican las recomendaciones climáticas, el aumento se estabilizaría y la curva del calentamiento tomaría una forma más parecida a una meseta.
¿Qué factores hacen que algunas ciudades sufran más el calor que otras?
A gran escala, el efecto del cambio climático y el calentamiento global es innegable. Pero su efecto a nivel local, en cada ciudad, se amplifica o atenúa según otros factores como el diseño urbano, el material de construcción y la distribución entre áreas verdes y concreto. Esas interacciones entre lo que ocurre globalmente y lo local, determinarán qué tanto se calentará cada ciudad.

Por ejemplo, el concreto y el asfalto absorben el calor durante el día y lo liberan lentamente por la noche, impidiendo que las ciudades se refresquen. En cambio, las zonas con árboles, parques o cuerpos de agua ayudan a regular la temperatura y alivian el calor. El diseño de las ciudades —si hay sombra, ventilación natural, espacios públicos verdes— marca la diferencia.
¿Qué implicaciones tendrá este aumento del calor?
Cuando pensamos en calor y temperaturas extremas, pensamos en los impactos en la salud. Las altas temperaturas pueden provocar desde deshidratación y agotamiento hasta golpes de calor, que en casos graves pueden ser mortales. Los más vulnerables son los niños, adultos mayores y personas enfermas.
Otra cuestión importante es el gasto energético. Años más calientes implican mayor consumo de sistemas de ventilación, como los aires acondicionados, incrementando el consumo eléctrico y poniendo más presión sobre las redes de abastecimiento de energía.
Además, frente a estas proyecciones, las ciudades necesitan adaptarse al calor. Esto implica realizar grandes inversiones públicas para modificar la infraestructura urbana. Desde sembrar árboles y recuperar áreas verdes hasta cambiar fachadas y techos de edificios con materiales que absorban menos el calor.
¿Conoces ejemplos de acciones concretas para reducir el impacto del calor extremo en zonas urbanas?
En Ciudad de México se realizan proyectos para volver la ciudad más verde, sobre todo en zonas del centro y oriente, donde la urbanización es mayor. Mientras, las mayores zonas boscosas se localizan en el sur y poniente de la ciudad, provocando un gran contraste térmico.
Otro caso importante que conozco es Phoenix, una ciudad en medio del desierto con temperaturas que superan los 50 °C en verano. Allí han implementado políticas para enfrentar al calor sembrando más árboles. Este aumento de áreas verdes ha provocado un efecto conocido como efecto oasis, tal que, la diferencia de temperatura dentro de la ciudad y los alrededores más cálidos es importante.
Otro ejemplo es el de París. Las olas de calor en el oeste de Europa son cada vez más frecuentes y mortales. Y París, para enfrentar este efecto del calor extremo, también busca volverse más verde. Hasta 2026 tienen planeado plantar cerca de 170 000 árboles que ayuden a contrarrestar el impacto de las olas de calor.