Comandos erróneos provocan que se pierda comunicación con la sonda espacial Voyager 2

Después de una serie de comandos enviados a la Nave, la antena se desvió 2 grados, provocando la pérdida de comunicaciones.

Concepto artístico de la nave Voyager 2. Crédito: NASA/JPL-Caltech

El Sistema Solar, ese bello lugar que alberga una estrella de tipo G2V, planetas, planetas enanos, satélites, asteroides, cometas, gas, polvo, seres vivos y entre ellos, humanos, muchos humanos.

Que el Sol sea una estrella de tipo G2V probablemente no nos diga mucho, sólo hace falta entender que nos referimos a una estrella promedio del Universo con una temperatura también promedio, nada especial ni en la Galaxia ni en el vasto Cosmos.

Los planetas, esos objetos que hasta hace mucho eran 9 y de la noche a la mañana pasaron a ser ocho. Lo cual tuvo que ser acompañado de definiciones precisas para planeta, planetoide y satélite. Plutón perdió la categoría sin siquiera haber completado una vuelta al Sol desde su descubrimiento.

Si consideramos la heliopausa, es decir el límite donde el Sol tiene influencia gravitacional, y que es de 18,500 millones de kilómetros, nos daremos una idea de lo vasto que es y las escalas, que a nivel humano, son inverosímiles, lo que nos llevará irremediablemente a comprender la importancia de perder comunicación con la Voyager 2.

Comandos Erróneos

Una serie de comandos planificados, enviados a la nave espacial Voyager 2 de la NASA el 21 de julio, hicieron que la antena apuntara a 2 grados de la Tierra. Como resultado, la Voyager 2 dejó de recibir comandos o transmitir datos a la Tierra.

La Voyager 2 se encuentra a más de 19,900 millones de kilómetros de la Tierra, y este cambio ocasionó una interrupción en la comunicación entre la Voyager 2 y las antenas terrestres de la Red de Espacio Profundo (DSN) de la NASA. Los datos que envía la nave espacial dejaron de llegar al DSN mientras que la nave no recibía comandos de los controladores terrestres.

La Voyager 2 está programada para restablecer su orientación varias veces al año para mantener su antena apuntando a la Tierra; el próximo reinicio estaba programado para el 15 de octubre, lo que debería permitir la reanudación de las comunicaciones. Siempre y cuando permaneciera en su trayectoria planificada durante el período de silencio.

Actualizaciones: 1 de agosto de 2023

Usando múltiples antenas, la Red de Espacio Profundo (DSN) de la NASA pudo detectar una señal portadora de la Voyager 2.

Una señal portadora es lo que usa la nave espacial para enviar datos a la Tierra.

La señal era demasiado débil para extraer datos, pero la detección confirmó que la nave espacial aún estaba en funcionamiento y que también continuaba en su trayectoria esperada.

Aunque la misión esperaba que la nave espacial apunte su antena a la Tierra a mediados de octubre, el equipo intentó contactarla antes, mientras su antena todavía estaba apuntando lejos de la Tierra.

Para hacer esto, se usó una antena DSN para “gritar” el comando a la Voyager para que gire su antena. Es posible que este intento intermedio no funcione, en cuyo caso el equipo tendría que seguir esperando a que la nave espacial restablezca automáticamente su orientación en octubre.

4 de agosto de 2023: Se restablecen las comunicaciones

La instalación de la Red de Espacio Profundo de la agencia en Canberra, Australia, envió el equivalente a un "grito" interestelar a más de 19,900 millones de kilómetros a la Voyager 2, instruyendo a la nave espacial para que se reoriente y vuelva su antena a la Tierra.

Con un tiempo de luz de 18,5 horas para que el comando llegara a la Voyager, los controladores de la misión tardaron 37 horas en saber si el comando funcionaba. A las 12:29 a. m. EDT del 4 de agosto, la nave espacial comenzó a enviar datos científicos y de telemetría, lo que indica que está operando normalmente y que permanece en su trayectoria esperada.

Una vez que la antena de la nave espacial se realineó con la Tierra, las comunicaciones se reanudaron de forma completa, será importante en un futuro, revisar los comandos dos veces antes de enviarlos a través de la inmensa distancia que se para a la Voyager 2 de nosotros.