El primer santuario canino de México abre en San Luis Potosí: servicios gratuitos y rescates

San Luis Potosí abrió “Huellitas”, el primer santuario canino público y gratuito de México. Más que un refugio, es hospital, hogar y formador de conciencia para enfrentar el abandono y el maltrato animal.

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Un hogar y cuidado sin límites, un abrazo de esperanza ante el abandono y el maltrato animal. Imagen tomada de la cuenta oficial de Facebook del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.

¿Alguna vez te has detenido a mirar a los ojos a un perro abandonado? Ahí donde el dolor y el miedo opacan su brillo natural. Su cola, caída y triste, es solo sombra de la alegría que debería destilar en cada movimiento. Pero a veces, hay rayos de esperanza. Y ese perro que alguna vez buscó refugio bajo un auto, vuelve a tener la cola erguida como bandera de vida y confianza en los ojos.

El primer santuario canino y gatuno gratuito en San Luis Potosí se llama Huellitas, un proyecto impulsado por el gobierno estatal que ofrece atención veterinaria, refugio y adopción a perros y gatos en situación de calle.

En México ya existen espacios pioneros, como Milagros Caninos en CDMX, que desde hace más de una década funciona como santuario privado y referente en el rescate de perros en situaciones extremas. Pero ahora San Luis Potosí marca un hito: abrió el primer santuario canino público y gratuito del país, que no solo da techo y cuidados, sino también atención veterinaria abierta a la comunidad.

El pasado mes de agosto, el centro fue inaugurado por el gobernador Ricardo Gallardo para atender a mascotas en situación de abandono y maltrato. Un refugio y hospital que cuenta con servicios de consulta, vacunación, cirugías, rayos X, áreas de hospedaje temporal, maternidad y para la adopción, y tiene capacidad para más de 600 animales. ¡Todo gratis!

Único en su tipo en todo México, el santuario funciona gracias al trabajo conjunto de veterinarios, rescatistas y voluntarios que dedican horas de su tiempo a alimentar, cuidar y jugar con los perros y gatos. También hay una red de donadores que aporta alimento, medicinas y recursos para el mantenimiento del lugar.

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Se ofrecen servicios veterinarios gratuitos, como consultas, esterilizaciones y vacunación, para toda la comunidad. Imagen tomada de la cuenta oficial de Facebook del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.

El santuario llega para transformar la narrativa: de la indiferencia al cuidado, del despojo a la pertenencia. Y sobre todo, para mostrar que es posible otra relación humano-animal, basada en respeto y responsabilidad. Y sí, abrir espacios dignos es un paso, pero el verdadero cambio llegará el día que ningún perro necesite ser rescatado, porque el maltrato y el abandono hayan quedado atrás.

Cada vida cuenta, cada huella importa

En un país donde más de 23 millones de perros viven en situación de calle, según el INEGI, este modelo innovador busca atender la raíz del problema. Porque los perros callejeros no son “problema de la calle”, son un doloroso reflejo de la responsabilidad (o más bien la irresponsabilidad) humana.

En un país donde más de 23 millones de perros viven en situación de calle, según el INEGI, este modelo innovador busca atender la raíz del problema.

A diferencia de los refugios convencionales, en este santuario, los animales no solo esperan una adopción. Viven en espacios abiertos, con áreas verdes, juegos, cuidados médicos permanentes y programas de socialización. Con servicios de esterilización, vacunación y consultas médicas sin costo, “Huellitas” apuesta por cambiar la historia de abandono que viven millones de animales.

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El santuario cuenta con espacios para juegos y áreas verdes para el disfrute de los animales. Imagen tomada de la cuenta oficial de Facebook del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.

De esta forma, el proyecto también se abre a la comunidad. Los servicios veterinarios gratuitos buscan atacar el problema desde la raíz: la reproducción descontrolada. La misión no es solo rescatar perros y gatos, es sembrar conciencia en las personas sobre lo que implica la tenencia responsable y el respeto a los animales.

Transformaciones que urgen

Cada perro que llega a un refugio trae consigo una historia de abandono, maltrato o accidente. El trabajo de rehabilitación —médica y emocional— debe ser paciente y constante. Desde recuperar la movilidad de un perro atropellado, hasta devolver la confianza a aquellos que fueron víctimas de maltrato o negligencia.

Y así las historias de transformación se multiplican. Animales que llegaron débiles y asustados ahora corren en manada, o acompañan a voluntarios en actividades comunitarias. “Aquí no solo salvamos vidas, también construimos segundas oportunidades”, señalan los impulsores del proyecto.

Los fundadores esperan que este primer santuario gratuito sea solo el inicio de un movimiento más amplio. La idea es replicar el modelo en otros estados, con apoyo de gobiernos locales y de la ciudadanía. El proyecto también busca incidir en políticas públicas para reforzar la legislación contra el maltrato y el abandono animal.

Lo que urge es la educación, cultura de esterilización y leyes que sancionen el maltrato animal.

Una iniciativa preciosa e innovadora. Pero el problema no se resuelve solo con más refugios. La mayoría ya están a tope. Lo que urge es la educación, cultura de esterilización y leyes que sancionen el maltrato animal. Todos nuestros compañeros peludos, perros y gatos, lo necesitan. Un santuario es alivio, pero la prevención es LA solución.

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, pero esa amistad debe y tiene que ser recíproca. Huellitas debe recordarnos que no se trata solo de darles una segunda oportunidad, se trata de impedir que pierdan la primera.