Los misterios magnéticos de Sagitario A*: girando en la espiral del cosmos

En el vasto escenario de la Vía Láctea, donde las estrellas danzan y los agujeros negros acechan, una nueva imagen ha emergido desde las profundidades del espacio.

Una nueva vista del objeto masivo en el centro de nuestra galaxia: cómo se ve en luz polarizada. Crédiyo: EHT

Esta imagen, capturada por la colaboración del Event Horizon Telescope (EHT), nos lleva al corazón mismo de nuestra galaxia, donde reside un monstruo cósmico: Sagitario A*.

¿Qué es Sagitario A*? Imagina un agujero negro supermasivo, un voraz devorador de luz y materia, ubicado a unos 27,000 años luz de nuestra pequeña morada en la Tierra. Pero esta vez, no estamos contemplando su silueta oscura, sino algo aún más intrigante: sus campos magnéticos.

La imagen revela una danza cósmica de fuerzas invisibles. Los campos magnéticos, fuertes y organizados, giran en espiral desde el borde de Sagitario A*. Por primera vez, hemos visto esta estructura en luz polarizada, como si el universo nos guiara hacia sus secretos mejor guardados.

Pero aquí está lo verdaderamente asombroso: esta estructura magnética se parece sorprendentemente a la de otro agujero negro gigante, el que reside en el corazón de la galaxia M87. ¿Coincidencia? No lo creo.

Magnetismo Supermasivo

La similitud entre ambos sugiere que los campos magnéticos intensos pueden ser comunes a todos los agujeros negros. Es como si el cosmos tejiera un patrón universal, una sinfonía magnética que resuena en los confines del espacio-tiempo.

Y hay más. En esta imagen, intuimos un chorro oculto en Sagitario A*. Un torrente de partículas aceleradas, expulsadas por la danza de los campos magnéticos, se escapa de nuestra vista directa. Es como si el agujero negro susurrara: “Tengo secretos, y solo los más atentos pueden descubrirlos”.

¿Por qué es esto relevante? Porque estos campos magnéticos son cruciales para la vida de los agujeros negros. Son los hilos invisibles que tejen la trama del cosmos. Permiten que el agujero negro interactúe con el gas y la materia circundantes, como un titiritero cósmico. Sin ellos, la danza galáctica estaría incompleta.

Agujeros Negros en Luz Polarizada

La luz, esa onda electromagnética que nos permite ver las maravillas del universo, también tiene su papel. A veces, la luz oscila en una dirección preferida, y la llamamos “polarizada”.

En el plasma ardiente que rodea los agujeros negros, las partículas bailan alrededor de las líneas del campo magnético, dejando su huella polarizada. Los astrónomos, como detectives del espacio, estudian estas huellas para desentrañar los misterios de los agujeros negros.

Una vista del agujero negro supermasivo M87 en luz polarizada. Crédito: EHT

Así que, la próxima vez que mires al cielo nocturno, piensa en Sagitario A*. Imagina sus campos magnéticos girando, sus chorros ocultos y su danza cósmica.

Porque en ese rincón lejano de la Vía Láctea, la física y la poesía se entrelazan, y nosotros, simples observadores, somos testigos de un drama cósmico que trasciende el tiempo y el espacio.

Desvelando los Secretos Cósmicos:

Imagina un agujero negro en movimiento, esquivo como un fugitivo cósmico. Ahora, añade la dificultad de capturar su imagen en luz polarizada. Bienvenido al intrigante mundo de Sagitario A* (Sgr A*), el agujero negro supermasivo que reside en el corazón de nuestra galaxia.

Este agujero negro no se queda quieto para posar ante las cámaras cósmicas. Su danza gravitacional es frenética, y capturar su imagen requiere herramientas más sofisticadas que las utilizadas para su primo, el agujero negro de M87.

La primera imagen que obtuvimos fue un promedio de múltiples instantáneas, un esfuerzo para atrapar su esencia en medio de su constante cambio.

Mencionó el director científico del Event Horizon Telescope (EHT), Geoffrey Bower, lo compara con abrir un libro después de haber visto solo la portada. Sgr A* se mueve, se retuerce y desafía nuestros intentos de fotografiarlo.

El Gran Telescopio Milimétrico

A través de la exitosa colaboración científica y tecnológica binacional entre México y Estados Unidos, el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano (GTM), operado por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y la Universidad de Massachusetts Amherst (UMass).

Con un reflector primario de 50 m de diámetro, se erige como el radiotelescopio de antena única más grande del mundo. Este gigante cósmico realiza observaciones en longitudes de onda en la banda de un milímetro.

Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano. Crédito: LMT

Se encuentra a una altitud de 4600 m sobre el nivel del mar en la cima del volcán Sierra Negra en el estado de Puebla. Su ubicación geográfica, al centro del arreglo de los telescopios participantes en el Event Horizon Telescope (EHT), ha sido crucial para las observaciones realizadas por esta red de telescopios desde el 2017.

El proceso continuo de mejoras en la infraestructura del GTM y el desarrollo de nuevos instrumentos permitirán maximizar la participación futura de México en la producción de imágenes más sensibles y películas con el EHT. Así, exploraremos y contribuiremos a entender las condiciones físicas más extremas del Universo en torno a estos agujeros negros supermasivos.

Secretos Compartidos

Estudiar los agujeros negros nos permite afinar nuestros modelos teóricos y comprender cómo la materia cerca del horizonte de sucesos de un agujero negro se ve influenciada.

El EHT, con su mirada incisiva, ha observado estos titanes desde 2017. Y en abril de 2024, volverá a enfocarse en Sgr A*. Cada año, las imágenes mejoran, como si el universo nos revelara sus misterios paso a paso.

Pronto, películas de alta fidelidad nos mostrarán su danza magnética, y los astrónomos podrán explorar otros agujeros negros con ojos más agudos que nunca.

Así que, mientras miras al cielo nocturno, piensa que Sgr A* es un desafío cósmico, un enigma en movimiento. Y nosotros, meros observadores, seguimos desvelando sus secretos, página tras página, en la gran novela del cosmos.