Rastros invisibles en el cielo: cómo las estelas ocultas están calentando el clima
Las estelas de condensación no solo existen de forma visible. También pueden estar incrustadas de forma invisible en los cirros. Pero incluso en esos casos, tienen un impacto medible en el clima, como demuestran nuevos estudios.

Las estelas de condensación han sido uno de los factores climáticos más significativos asociados a la aviación durante años, incluso más que el dióxido de carbono. Ahora, un nuevo estudio muestra que otro fenómeno, bastante descuidado, también contribuye al calentamiento global: las estelas de condensación que se forman dentro de los cirros naturales y son invisibles a simple vista.
Investigadores del Instituto de Meteorología de la Universidad de Leipzig han investigado por primera vez el grado en que estas estelas de condensación, incrustadas u ocultas, influyen en el clima.
Según sus hallazgos, causan hasta un diez por ciento del efecto de calentamiento de las estelas de condensación visibles como líneas brillantes en el cielo. Por lo tanto, también contribuyen de forma medible al cambio climático antropogénico causado por el tráfico aéreo.
Menos estelas de condensación: menor impacto en el clima
Los resultados, publicados en la revista Nature Communications, amplían significativamente nuestra comprensión del impacto de la aviación en el clima y desafían radicalmente la idea de que volar es más respetuoso con el medio ambiente.

Zusätzliche Brisanz erhält die Studie durch eine fast zeitgleich erschienene Arbeit. Die zeigt, dass die atmosphärischen Bedingungen für die Bildung von Kondensstreifen fast immer dort herrschen, wo auch Zirruswolken entstehen. Demnach bildet sich ein Großteil der Kondensstreifen sehr wahrscheinlich nicht in wolkenloser Luft, sondern inmitten bestehender Eiswolken.
De trayectorias de vuelo y cirros
Para registrar los efectos de estas estelas incrustadas, los investigadores conectaron varias fuentes de datos. "Comparamos las trayectorias de vuelo de aeronaves individuales con datos de mediciones de un láser satelital", explica Tesche.
De esta manera, el equipo encontró aproximadamente 40.000 casos en los que las aeronaves influyeron en las nubes cirros existentes. Con los datos, primero se calculó el efecto local y luego se estimó el impacto global en el balance de radiación de la Tierra, es decir, cuánto calor adicional permanece en el sistema climático.
«En primer lugar, ahora sabemos que no solo las estelas de condensación visibles en el cielo, sino también las que se forman dentro de las nubes, deben considerarse al evaluar el impacto climático del tráfico aéreo», concluyó el Dr. Torsten Seelig, autor principal. En segundo lugar, parece que volar deliberadamente a través de cirros no es un método adecuado para el llamado «vuelo ecológico».
Esto lo deja claro: incluso cuando las aeronaves parecen planear a través de las nubes sin dejar rastro, tienen efectos secundarios relevantes para el clima, invisibles a simple vista, pero relevantes para el calentamiento del planeta.
Referencai de la noticia
Quantification of the radiative forcing of contrails embedded in cirrus clouds, Seelig, T., Wolf, K., Bellouin, N. et al. (2025), Nature Communications, 16, 10703.