Homún en Yucatán: cenotes sin gente para sumergirte en el silencio
Desde Yucatán refréscate entre ecoturismo, silencio y aguas cristalinas. Homún invita a sumergirse en sus cenotes ocultos, lejos del ruido y las prisas, y muy cerca del corazón maya.

Dice el dicho que si tomas agua de cenote, jamás te vas de Yucatán. Pero no menciona la calma, esa calma que te inunda como murmullo sereno del tiempo. Allí, donde mora la serpiente Tsukán, para que nunca falte el agua. Allí está Homún, un municipio del estado de Yucatán, donde el agua aún esconde secretos azules que pocos conocen.
Del origen maya "ts'onot" o "dzonot", cenote significa agujero en el suelo o abismo. Considerados sagrados, fuentes vitales de agua, centros ceremoniales y portales al inframundo para los mayas. Según su edad, algunos son a cielo abierto, semiabiertos, subterráneos o en grutas. Los más jóvenes aún conservan su cúpula, mientras las aguas de los maduros reflejan a gusto el cielo yucateco.
Y es en Yucatán donde está el Anillo de los Cenotes, un área natural con protección estatal, que consiste en una alineación semicircular de cenotes. Resultado de lo que se cree fue el impacto, hace unos 65 a 70 millones de años, del asteroide que produjo el cráter de Chicxulub, el Anillo de los Cenotes se considera un sistema hidrológico único en el mundo.
Entre los pueblos mágicos que lo conforman destaca Homún. Ubicado en pleno corazón del estado de Yucatán, en su porción centro-sur, este municipio destaca como una famosa región de ecoturismo por el gran número de cenotes que alberga.
Lejos de las rutas turísticas saturadas, aquí los cenotes siguen siendo puertas de agua dulce hacia el inframundo maya, espejos de quietud donde reina el silencio. Ahí, donde atrae el famoso cenote de Santa Bárbara, lo acompañan otros aún menos explorados. Un paraíso de calma cristalina para sumergirse en naturaleza y apagar el acelerado ruido del mundo actual.
Ecosilencio y aguas cristalinas
A diferencia de los famosos cenotes de Valladolid o Tulum, los de Homún reciben menos visitantes. Ubicados a 1 hora y 20 minutos de la ciudad de Mérida, son ideales para aquellos que buscan contemplación y conectar con los ecos del agua goteando desde las bóvedas. El turismo en Homún ofrece calma, santuarios cristalinos que aún conservan un fuerte vínculo con la cosmovisión maya.
En Homún se han registrado alrededor de 300 cenotes, incluyendo abiertos, semiabiertos y cavernas (cerrados). De ellos, aproximadamente entre 12 - 20 cenotes están acondicionados y con acceso al público.
La mayoría de estos cenotes públicos cuentan con transportación disponible, por lo general moto-taxis. La entrada puede costar entre $20 y $300 MXN, dependiendo del cenote y el paquete de opciones que se incluya (por ejemplo: guía, chalecos salvavidas, etc.). Y aquí te van 5 de las muchas maravillas que regala este lugar:
Cenotes de Santa Bárbara
Desde 2023 este complejo ecoturístico está formado por 4 joyas cristalinas: Cenote Cascabel (tipo cueva / cerrado), Cenote Chacksikín (semiabierto), Cenote Xooch’ (abierto) y Cenote Pool Cocom (abierto y accesible).
El corazón del complejo es un restaurante que sirve deliciosa comida regional, alrededor del cual se encuentran los 4 cenotes. Sus aguas que van del azul al verde turquesa, la flora que lo rodea y las aves, este lugar tiene un toque especial y único.
UNGrutas y cenote Santa María
Imagina recorrer un río subterráneo, atravesando estrechos túneles e imponentes galerías. Las grutas de Santa María son únicas. Completamente natural y poco explotadas, cuenta con 3 o 4 estanques preciosos de agua clara. Un sitio para la aventura con 2 rutas: una extrema y otra sencilla, a recorrer en 3 horas.
Una vez dentro, se develan bóvedas con estalactitas y estalagmitas que se han ido formando durante cientos de años. Un estrecho pasillo separa las bóvedas y conduce a un cenote donde se puede disfrutar y nadar entre aguas cristalinas.
Cenote Yaxbacaltun
Es el más grande de los cenotes en Homún y está ubicado en las afueras del pueblo. Es de tipo semiabierto y buena parte de su bóveda se ha desplomado, por lo que entra luz suficiente para admirarlo en todo su esplendor. Es un sitio muy recomendado para buceo, y tradicionalmente usado para bodas mayas.

Cuenta con baños con regadera, área de descanso, un estacionamiento, restaurante, cabañas, área de acampar y muchas actividades, convirtiendo este parador turístico uno de los mejores y más completos.
Cenote Santa Rosa
Probablemente de los más famosos, y los más “influencers” en Instagram. Ubicado a unas calles de la entrada principal, este parador ecoturístico cuenta con un cenote subterráneo. Una escalera de madera te conecta con sus aguas cristalinas iluminadas por lámparas de colores.
El parador está decorado al estilo maya con casitas típicas de la región. Cuenta con un restaurante que ofrece comida típica de la Península y con cabañas ecológicas para quedarse a dormir y poder disfrutar de todo lo que ofrece la zona. Además, puedes adquirir todo tipo de artesanía local.
Cenote Hool Kosom
Su nombre, derivado del maya, significa "agujero de golondrina". Y definitivamente es un placer escuchar el canto de las aves mientras nadas. Se trata de un cenote cerrado con un pozo de luz más grande, a través del cual el Sol ilumina las aguas cristalinas.
Se accede a través de dos escaleras metálicas que llevan a una plataforma de madera donde podrás dejar tus pertenencias personales. En su interior el cenote está iluminado por lámparas. Con una profundidad de entre 3 y 6 metros, ofrece una experiencia de natación refrescante y cuenta con hamacas, mesas y baños para los visitantes
Joyas protegidas
El agua de los cenotes es de una pureza inigualable y el mínimo rastro de contaminación afecta a todo el ecosistema que los envuelve. Por eso, se pide no usar filtros solares, repelentes y ningún tipo de crema corporal antes de sumergirse en las aguas de los cenotes.
De igual forma, es responsabilidad de todos proteger la flora y fauna del lugar, las formaciones rocosas, y no arrojar basura. Estos espejos subterráneos alimentan el acuífero yucateco, sostienen ecosistemas únicos y guardan la memoria cultural maya. Cada gota cristalina que hoy refresca al viajero es también herencia y futuro para las comunidades locales.