Así se vive el Solsticio de Invierno en Teotihuacán y Chichén Itzá: llegó el día que la serpiente 'camina' al revés

El solsticio de invierno es un fenómeno meteorológico en el que la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el cual, el Sol presenta su máxima declinación sur.

En sitios arqueológicos como Chichén Itzá, la luz solar proyecta figuras serpentinas sobre la Pirámide de Kukulkán
En sitios como Chichén Itzá, la luz solar proyecta figuras serpentinas sobre la Pirámide de Kukulkán.

México se prepara para recibir el solsticio de invierno, un evento astronómico que marca el inicio oficial de la estación más fría del año. Este fenómeno es cuando el Sol alcanza su punto más bajo en el cielo con respecto al ecuador terrestre, dando lugar al día más corto y la noche más larga del año en el hemisferio norte. Al mismo tiempo, en el hemisferio sur iniciará el verano y se registrará la noche más corta del año.

En diferentes culturas en todo el mundo a lo largo de la historia, el solsticio de invierno ha sido motivo de celebración ya que simboliza el renacimiento de la luz y el regreso de los días más largos. Aunque en el territorio mexicano el clima es diferente en cada región, ésta época provoca temperaturas más bajas, paisajes cubiertos de neblina y el ambiente ideal para las fiestas decembrinas.

El solsticio de invierno 2025 ocurrirá el domingo 21 de diciembre a las 3:03 a.m. (hora del centro de México). Ese día, el Sol alcanzará su punto más austral en el cielo, lo que provocará que la duración del día sea la más corta del año: aproximadamente 10 horas de luz solar.

Después de este fenómeno, los días comenzarán a alargarse lentamente, marcando el regreso de la luz solar y el camino hacia la primavera. En sitios arqueológicos como Chichén Itzá con los Mayas y en Teotihuacán en el centro del país, las antiguas civilizaciones observaban cuidadosamente la posición del Sol para marcar los cambios de estación.

Con la llegada del invierno, se inaugura la estación más fría del calendario astronómico.
Con la llegada del invierno, se inaugura la estación más fría del calendario astronómico.

Para nuestras culturas prehispánicas, el solsticio de invierno representaba un momento de profunda conexión espiritual y renovación. Los aztecas, por ejemplo, lo asociaban con el nacimiento o el fortalecimiento del dios Huitzilopochtli, dios del Sol y la guerra.

Durante ese tiempo se realizaban rituales y ofrendas en honor a este dios, marcando la victoria de la luz sobre la oscuridad, un simbolismo ligado al creciente poder del Sol tras la noche más larga del año.

En la cultura maya, el solsticio también tenía gran importancia astronómica; sus templos, como los de Uxmal y Chichén Itzá, están alineados con eventos solares, subrayando su avanzado conocimiento del cosmos.

A dónde acudir a ver el solsticio

El solsticio de invierno es una ocasión ideal para reconectar con la naturaleza y visitar lugares cargados de energía. En México, puedes encontrar sitios tan místicos como las pirámides de Teotihuacán y Chichén Itzá que son populares para quienes buscan cargar energía bajo el Sol naciente.

Asimismo, espacios místicos como el Cañón del Sumidero en Chiapas o la Zona Arqueológica de Monte Albán en Oaxaca ofrecen un ambiente perfecto para meditar y reflexionar.

Con la llegada del solsticio de invierno, se inaugura la estación más fría del calendario astronómico. En esta ocasión, su duración será de 88 días y 23 horas, y concluirá el 20 de marzo de 2026, fecha en la que comenzará la primavera.

En cuanto al clima, el invierno es la estación más fría del año. En México, la llegada de frentes fríos favorece periodos de bajas temperaturas, heladas, nevadas en zonas altas y eventos de "Norte" intensos, principalmente en el norte y noreste del país, así como en el Golfo de México y el Mar Caribe.

En sitios arqueológicos como Chichén Itzá, la luz solar proyecta figuras serpentinas sobre la Pirámide de Kukulkán durante los equinoccios, fenómeno que atrae a miles de visitantes. Estas manifestaciones arquitectónicas revelan cómo las culturas mesoamericanas entendían la importancia de los ciclos astronómicos y agrícolas.