Demanda ante la COP 28 en Dubai: se deben reformar las conferencias sobre la crisis climática

Este patrón es bien conocido: las conferencias climáticas globales de la ONU están precedidas por advertencias urgentes de investigadores y organizaciones que exigen medidas efectivas para prevenir una catástrofe climática. Durante las conferencias se regatea hasta que al final se llega a un acuerdo, cuyo logro, como en 2016, por ejemplo, se celebra como un “momento histórico”.

Del deseo a la realidad

Sin embargo, mensajes como los del “momento histórico” a menudo entran en conflicto con los juicios críticos de científicos y organizaciones no gubernamentales sobre el verdadero resultado desde su perspectiva. Dada la competencia de opiniones, a menudo no es tan fácil determinar qué lectura es la correcta. La sociedad sigue confundida por la divergencia entre la declaración final y la opinión de quienes la critican y espera su implementación política.

Una de las organizaciones que ha estado abordando críticamente su implementación desde el inicio de las conferencias mundiales sobre el clima es el grupo de expertos “Club de Roma”. Ya en 1972, la organización señaló las consecuencias ecológicas y humanitarias del cambio climático en su folleto "Los límites del crecimiento".

Resultados insuficientes de conferencias anteriores

El trasfondo de esta exigencia es que, tras décadas de conferencias sobre el clima recurrentes, gracias a los estudios actuales, ahora se puede decir que los esfuerzos por limitar el calentamiento global a1.5 grados en comparación con la era preindustrial no han dado resultados satisfactorios. Según el Club de Roma, no se puede descartar que el mundo avance hacia un calentamiento de 2.8 grados para 2070 o antes. Esto provocaría cambios catastróficos.

Para que las conferencias mundiales sobre el clima cumplan en el futuro el objetivo previsto, el grupo de expertos considera que es necesario reformarlas urgentemente. El director sueco del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático PIK, Johan Rockström, afirmó sobre los procesos y resultados de las conferencias climáticas anteriores: "Este proceso letárgico contrasta completamente con la investigación climática y los daños y riesgos climáticos en el mundo real”.

El Club de Roma subrayó el llamado al cambio en una carta abierta al secretario general de la ONU, António Guterres, y al secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), Simon Stiell. La carta abierta fue firmada por un grupo de expertos de académicos y líderes políticos, entre ellos Mary Robinson, ex Presidenta de Irlanda y Ban Ki-moon, ex Secretario General de las Naciones Unidas. En la carta, los firmantes hicieron sugerencias concretas para cambios en el actual sistema de conferencias climáticas anuales.

Los firmantes pidieron reuniones más frecuentes y más pequeñas en lugar de las gigantescas conferencias anuales. También es necesario prestar más atención a los hallazgos científicos actuales sobre el estado de la crisis climática.

En las anteriores conferencias mundiales sobre el clima COP (Conferencia de las Partes), representantes de unos 200 países se reúnen actualmente una vez al año para discutir cómo frenar el calentamiento global. Es un hecho bastante inquietante que cada vez más representantes de los lobbys del petróleo y el gas estén presentes en las conferencias.

La próxima COP 28 en Dubai estará presidida por el presidente de la petrolera estatal emiratí ADNOC. La demanda de reuniones más pequeñas y mucho más efectivas también coincide con un plan del gobierno federal para establecer un club climático mucho más operativo en lugar de las anteriores conferencias climáticas globales.

El Club de Roma destacó un componente importante de las futuras conferencias sobre el clima. Por lo tanto, la atención debe centrarse en qué tan lejos está el mundo de alcanzar el objetivo de 1.5 grados acordado internacionalmente. El grupo de expertos cree que sería útil disponer de modelos que recalculen constantemente durante la conferencia cómo determinadas decisiones afectarían al aumento de temperatura. En todos los debates y negociaciones también se debe indicar claramente y mostrar de forma visible qué países están logrando avances y cuáles no.

Conclusión

Las exigencias del Club de Roma parecen absolutamente justificadas. Desde la publicación de su primera polémica en 1972, el think tank se ha distinguido repetidamente por publicaciones sensacionales y exigencias claras a la política, la economía y la sociedad.

El libro casi histórico “Los límites del crecimiento” se considera ahora el más influyente de su tipo por su referencia a la inminente sobrecarga de nuestro planeta. Justo a tiempo para el 50.º aniversario, la polémica actual titulada “Tierra para todos” se publicará el 6 de septiembre de 2022.

"El sistema económico actual está inevitablemente llevando al límite no sólo el medio ambiente, sino también la economía y la calidad de vida", advirtió el grupo de expertos en 1972. La relevancia de esta frase es sorprendente.

La demanda subyacente de cambio es incómoda, pero ciertamente está justificada en vista de las consecuencias del continuo calentamiento global.

Esto también se aplica al sistema actual de conferencias mundiales sobre el clima, cuya reforma, según muchas opiniones de la ciencia, la política y las organizaciones no gubernamentales, debería haberse reformado hace mucho tiempo. Una frase clave: "Las conferencias con floridas declaraciones finales y bajo la dirección de grandes grupos de presión no pueden poner fin al calentamiento global”.

Las reuniones descentralizadas de países y sus líderes políticos, que han reconocido que sólo los cambios sistémicos pueden detener el calentamiento global y sus consecuencias, serían un camino nuevo y más prometedor.