La Estación Espacial Internacional está contaminada con sustancias químicas tóxicas

Un estudio reciente ha revelado que la Estación Espacial Internacional (EEI), está contaminada con compuestos químicos potencialmente nocivos, y además a niveles superiores a los encontrados en un hogar convencional.

Estación Espacial Internacional, ISS
La Estación Espacial Internacional (ISS) es un "entorno interior único", escriben los autores del estudio. Crédito: NASA.

El sorprendente estudio, pionero en este tema, fue realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, y del Centro de Investigación Glenn de la NASA, en Estados Unidos, siendo publicado recientemente en la revista Environmental Science and Technology Letters.

Analizaron muestras de polvo de los filtros de aire de la Estación Espacial Internacional (EEI) y encontraron niveles de contaminantes tóxicos superiores a los valores medios que se encuentran en el polvo doméstico de la mayoría de los hogares.

¿Qué sustancias tóxicas son estas?

Se midieron las concentraciones de compuestos químicos potencialmente dañinos en el polvo recolectado de los sistemas de filtración de aire de la ISS. Los contaminantes encontrados incluyen: éteres de difenilo polibromados (PBDE), hexabromociclododecano (HBCDD), retardantes de llama bromados (BFR), ésteres organofosforados (OPE), hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) y bifenilos policlorados (PCB).

En la ISS, el nivel de ácido perfluorooctanoico (PFOA) era de unas 3,3 partes por millón. A modo de comparación, el nivel más alto de este contaminante encontrado en hogares y guarderías de EE.UU. fue de aproximadamente 2,0 partes por millón, según una encuesta de 2008.

Los BFR y OPE se utilizan para cumplir con las normas de seguridad contra incendios en aplicaciones comerciales y de consumo, como equipos eléctricos y electrónicos, aislamiento de edificios, telas para muebles y espumas. Los HAP forman combustibles de hidrocarburos y se emiten por combustión.

Los PCB se utilizan en sellamientos de edificios y ventanas y en equipos eléctricos. Los PFAS se utilizan en productos a prueba de manchas para telas y prendas de vestir, pero sus efectos nocivos para la salud han provocado que algunos se prohíban o limiten su uso.

La mayoría de ellos se clasifican como contaminantes orgánicos persistentes (COP), que pueden acumularse en los tejidos vivos. Algunos tipos de HAP se consideran carcinógenos humanos. Algunos OPE están bajo consideración de restricción por parte de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA), ya que pueden ser potencialmente tóxicos para la salud humana en niveles elevados.

¿Cuál es su origen?

Los autores creen que el uso de elementos que llevan a bordo los astronautas, como cámaras, reproductores de MP3, tablets, dispositivos médicos y ropa, son fuentes potenciales de muchas de las sustancias químicas nocivas identificadas.

ácido perfluorooctanoico, sartenes
El ácido perfluorooctanoico (PFOA), uno de los compuestos identificados en la ISS, es una sustancia química artificial potencialmente tóxica que se encuentra en ollas y sartenes antiadherentes, tejidos impermeables, alfombras, ordenadores e incluso bolsas para microondas.

El aire dentro de la EEI se recicla constantemente, con 8 a 10 intercambios por hora. Si bien se produce la eliminación de CO2 y trazas de contaminantes gaseosos, se desconoce el grado en que esto elimina los productos químicos. Pero primero, sus altos niveles en la EEI pueden tener que ver con niveles más altos de radiación ionizante en órbita. La radiación envejece los materiales dentro de la EEI más rápido, descomponiendo los productos plásticos en micro y nanoplásticos que flotan en el aire en el entorno de microgravedad.

¿Cuál es la relevancia de este estudio?

Los investigadores creen que estos hallazgos podrían guiar el diseño y la construcción de futuras naves espaciales para misiones espaciales. Stuart Harrad, uno de los coautores, dijo: "Nuestros hallazgos tienen implicaciones para futuras estaciones espaciales y hábitats, donde puede ser posible excluir muchas fuentes contaminantes mediante la elección cuidadosa de materiales en las primeras etapas de diseño y construcción".

Sin embargo, Harrad afirma que “aunque las concentraciones de contaminantes orgánicos que se encuentran en el polvo de la ISS generalmente exceden los valores promedio que se encuentran en los hogares y otros ambientes interiores en los EE. UU. y Europa occidental, los niveles de estos compuestos generalmente se encuentran dentro del rango que se encuentra en la Tierra.