¿La nieve está en vías de extinción? Los expertos de Meteored opinan

Muchas de las principales cordilleras del mundo cada vez cuentan con menos días de cobertura nivosa y esa situación se agrava en otras zonas de menor altitud. Expertos de Meteored analizan la preocupante situación de este meteoro en el Día Mundial de la Nieve.

Derretimiento de nieve
Hoy es el Día Internacional de la Nieve y desde Meteored queremos homenajear a este meteoro que está en tiempos difíciles con el calentamiento global.

Hace unos años, la Federación Internacional de Esquí propuso añadir al calendario un Día Mundial de la Nieve, coincidiendo siempre con el tercer domingo de enero. Justo hoy 16 de enero, por tanto. Esto se hizo pensando en el hemisferio norte, porque en el sur ahora está el verano en todo su apogeo y, además, con temperaturas muy altas en Australia o Sudamérica que incluso están batiendo récords.

El calentamiento global está detrás de esos eventos extraordinarios de la misma manera que viene reduciendo el manto nivoso, a través de un ambiente más caluroso que hace unas décadas. Esta jornada no nació para hablar de problemas climáticos y ambientales, pero la hemos aprovechado en Meteored para que nuestros expertos reflexionen sobre la nieve en el actual cambio climático.

El meteorólogo José Miguel Viñas opina que la nieve está claramente en retroceso y que esa tendencia continuará en las próximas décadas.

J.M. Viñas. En España y el resto de países del suroeste de Europa ya no nieva como antes. La gran variabilidad de las precipitaciones hace difícil establecer tendencias, pero en el caso particular de la nieve, su fuerte dependencia con la temperatura condiciona su mayor o menor frecuencia de aparición. El imparable calentamiento global ha supuesto una subida de la temperatura media en España de 1.3ºC desde los años 60 del siglo XX (+1.7ºC con respecto a la del periodo 1850-1900) y ese incremento ha venido acompañado de una disminución –con altibajos– de los días de nieve, que, según apuntan las proyecciones climáticas, continuará en las próximas décadas.

La reducción de la temporada nival es particularmente acusada en cotas medias y bajas de las estaciones de esquí, lo que ha obligado a hacer grandes inversiones en cañones de nieve, que pierden cada vez más eficacia, al ser más frecuentes los episodios con temperaturas anómalamente altas en las zonas de montaña en pleno invierno. Se da también la paradoja de que en cotas altas (por encima de los 2,000 m), en algunos sectores de los Pirineos y los Alpes, la subida de la temperatura ha provocado un aumento de las nevadas invernales. Este factor ha incrementado el contenido de humedad del aire y así las precipitaciones.

La tendencia creciente a tener un clima más extremo, está provocando la irrupción de temporales de nieve particularmente intensos, lo que contrasta con los períodos cada vez más prolongados sin nevadas.

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Johannes Habermehl, experto del portal alemán de Meteored, considera que las nevadas de este invierno en Europa no han sido más que una anécdota, y lo peor es que se trata de un escenario cada vez más habitual.

J. Habermehl. Hasta ahora, el invierno en Centroeuropa y particularmente en Alemania ha sido un auténtico fracaso. Las temperaturas se están mostrando hasta 2,5 ºC por encima de la media climática. Tanto es así, que en algunas regiones el cambio de año trajo valores récord de hasta 18 ºC. Uno tenía la sensación de que la primavera ya había llegado. La nieve ha aparecido alguna vez en las cordilleras, pero en las tierras bajas el clima invernal está siendo en general raro.

Debemos suponer que cada vez habrá menos nieve y hielo en el futuro. Ya este invierno ha presentado nevadas que apenas han sido un destello en la sartén

Tras muchos días soleados y secos, en la próxima semana habrá nuevamente la opción de tener un tiempo más fresco y quizás nivoso. Tendremos que esperar para ver si el invierno funciona. En general, debemos suponer que el invierno traerá cada vez menos hielo y nieve en el futuro. Tal vez pronto se trate incluso de un ¡adiós invierno! En tiempos de cambio climático, es cada vez más difícil para la nieve y el permafrost.

En el resto de Europa no es muy diferente. Allí, también, el invierno ha sido bastante templado durante largos períodos. Aunque recientemente hubo nieve en Italia y en Francia, en su mayoría fue solo un destello en la sartén. En general, también se espera cada vez menos nieve en Europa en el futuro. Los inviernos igualmente serán más templados.

Nieve en Europa y cambio climático
Cambios previstos en la cobertura nivosa de Europa para finales de siglo XXI.

Por último, el científico Alejandro Sepúlveda, colaborador chileno de Meteored, muestra su preocupación por la pérdida de la nieve en las cadenas montañosas de gran parte del continente americano y sobre todo la observada en los Andes.

A. Sepúlveda. No solo en las temperaturas del planeta se reflejan los efectos del calentamiento global. El actual cambio climático está dejando las grandes cadenas montañosas de América del Norte y América del Sur sin su blanca cobertura invernal, tanto por la disminución en la caída de nieve —en la cada vez más corta temporada invernal— como por el aumento de los eventos de precipitación líquida en lugar de la sólida, y el derretimiento acelerado de las escasas nieves con la llegada de la primavera.

Estudios recientes indican que la nieve en las cadenas montañosas del oeste de los Estados Unidos están con sus días contados, caso no logremos detener el calentamiento global: se estima que en los próximos 40 a 60 años pueden pasar inviernos sin caer un copo de nieve sobre sus cumbres.

La nieve en las cordilleras orientales de los Estados Unidos puede tener sus días contados. En los Andes se viene observando una disminución del 10% por década.

Algo no tan diferente ocurre en los extensos Andes de América del Sur, donde se viene observando una disminución de más del 10% del volumen de nieve que precipita en la región a cada década, producto de las extensas sequías que han afectado a vastas áreas del continente. Los glaciares, grandes hielos milenarios que dependen de la nieve invernal, pueden llegar a desaparecer casi completamente de Los Andes durante el presente siglo, comprometiendo el abastecimiento de agua para las comunidades y valles que se desprenden de ella durante la época estival.