Los Reyes Magos del cielo: una mirada a la constelación de Orión y su relación con México

En épocas invernales existe una de las constelaciones más conocidas en el mundo, ¿pero sabes la relación que guarda con las tradiciones mexicanas?

La región del cinturón de Orión en gas y polvo Crédito de imagen y derechos de autor: Matt Harbison (Space4Everybody), Observatorio de imágenes remotas de Marathon

Hoy, 6 de enero se celebra en México y en algunas otras partes del mundo la llegada de los reyes Magos, fiesta en la que además de reunirse en familia para comer la tradicional rosca, los niños reciben juguetes por parte de estos seres, parte del imaginario católico.

Si alguna vez has mirado el cielo nocturno en invierno, seguramente habrás notado un grupo de tres estrellas que forman una línea casi recta. Estas estrellas son parte de la constelación de Orión, una de las más famosas y reconocibles del firmamento.


La constelación de Orión es una agrupación de estrellas que, según la imaginación humana, dibuja la figura de un cazador armado con un arco y una espada. Esta constelación se encuentra en el ecuador celeste, lo que significa que se puede ver desde ambos hemisferios de la Tierra.

Además, es una de las más brillantes y visibles, ya que contiene varias estrellas de primera magnitud, es decir, de las más luminosas. En México, estas estrellas tienen otro nombre y significado. Te invitamos a descubrir la historia y la cultura que hay detrás del cinturón de Orión o Los Reyes Magos del cielo.

¿Qué es la constelación de Orión?

La constelación de Orión tiene su origen en la mitología griega, donde se le asociaba con el héroe Orión, hijo del dios del mar Poseidón y la ninfa Euríale. Según los relatos, Orión era un gran cazador que se enamoró de las Pléyades, siete hermosas ninfas hijas del titán Atlas.

Sin embargo, el dios Zeus, para protegerlas de sus avances, las convirtió en estrellas y las colocó en el cielo, donde Orión las persigue eternamente. Otra versión dice que Orión fue asesinado por el escorpión gigante que envió la diosa Artemisa, celosa de su amor por Aurora, la diosa del amanecer. Por eso, Zeus puso a Orión y al escorpión en el cielo, pero en extremos opuestos, para que nunca se encuentren.

La constelación de Orión está compuesta por varias estrellas, entre las que destacan las siguientes:

  • Betelgeuse: es la estrella más brillante de la constelación y la octava más brillante del cielo. Se trata de una supergigante roja, una estrella muy grande y caliente que está en la fase final de su vida. Betelgeuse forma el hombro izquierdo de Orión y tiene un diámetro de unos 900 millones de kilómetros, unas 600 veces el del Sol. Se encuentra a unos 640 años luz de distancia de la Tierra.
  • Rigel: es la segunda estrella más brillante de la constelación y la sexta más brillante del cielo. Es una supergigante azul, una estrella muy masiva y luminosa que también está cerca del final de su vida. Rigel forma el pie derecho de Orión y tiene un diámetro de unos 100 millones de kilómetros, unas 70 veces el del Sol. Se encuentra a unos 860 años luz de distancia de la Tierra.
  • Cinturón de Orión: es el rasgo más distintivo de la constelación, formado por tres estrellas que se alinean casi perfectamente. Estas estrellas son Alnitak, Alnilam y Mintaka, que en árabe significan cinturón, collar de perlas y cinturón, respectivamente. Las tres son estrellas azules muy calientes y brillantes, que se encuentran a unos 800, 1300 y 900 años luz de distancia de la Tierra, respectivamente.
  • Nebulosa de Orión: es uno de los objetos más espectaculares del cielo, visible a simple vista como una mancha difusa debajo del cinturón de Orión. Se trata de una nube de gas y polvo que es el lugar de formación de nuevas estrellas. La nebulosa de Orión tiene unos 30 años luz de diámetro y se encuentra a unos 1350 años luz de distancia de la Tierra. En su interior se halla el cúmulo del Trapecio, formado por cuatro estrellas muy jóvenes y brillantes que iluminan la nebulosa con su luz.

¿Por qué se les conoce como los Reyes Magos en México?

La tradición de celebrar el Día de Reyes el 6 de enero se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando se conmemoraba la visita de los magos de Oriente al niño Jesús en Belén.

Según el evangelio de Mateo, estos magos, que luego se identificaron como reyes, siguieron una estrella que los guió hasta el lugar donde nació el Mesías. Allí le ofrecieron oro, incienso y mirra, como símbolos de su realeza, divinidad y humanidad.

Los Reyes Magos y la "estrella de Belén". Crédito: Wikicommons

Esta tradición llegó a México con la evangelización de los españoles, que la fusionaron con las costumbres indígenas. Así, los Reyes Magos se convirtieron en los encargados de traer regalos a los niños, que les escribían cartas con sus deseos y les dejaban sus zapatos junto a un poco de pasto o agua para sus camellos.

Además, se acostumbró a partir la rosca de Reyes, un pan dulce con forma de corona que contiene una o varias figuras de plástico que representan al niño Jesús. Quien encuentra una figura en su rebanada debe invitar a los demás a comer tamales el 2 de febrero, día de la Candelaria, cuando se viste y se presenta al niño en la iglesia.

¿Astronomía, religión o tradición?

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la constelación de Orión? Pues resulta que en México, las tres estrellas del cinturón de Orión se conocen popularmente como los Reyes Magos, ya que se cree que son las mismas que siguieron Melchor, Gaspar y Baltasar para llegar a Belén.

Esta asociación se debe a que estas estrellas son muy visibles en el cielo durante los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, coincidiendo con la época navideña y la fiesta de los Reyes. Además, estas estrellas tienen una orientación diferente según el hemisferio desde donde se observen, lo que hace que parezcan estar en movimiento, como los Reyes Magos en su viaje.

Así, los Reyes Magos del cielo se han convertido en un símbolo de la cultura mexicana, que mezcla elementos religiosos, históricos y astronómicos. Cada año, miles de personas los contemplan con admiración y esperanza, recordando la magia y el misterio que envuelve el nacimiento de Jesús y la llegada de sus visitantes de Oriente.