No te pierdas la próxima lluvia de estrellas Eta Acuáridas, te damos estas recomendaciones

La lluvia de meteoros Eta Acuáridas alcanza su punto máximo este 6 de mayo. Asociada al cometa Halley, promete decenas de estrellas fugaces antes del amanecer en cielos oscuros.

Algunos meteoros Eta Acuáridas el 5 de mayo de 2024, cerca de Westcliffe, Colorado. Crédito: Christoph Stopka

Aunque no volveremos a ver al cometa Halley hasta el año 2061, cada año, en mayo, la Tierra y nosotros con ella, cruzamos la estela de escombros que deja el famoso visitante a su paso alrededor del Sol. Estos rastros son conocidos como la lluvia de meteoros de las Eta Acuáridas.

Y no sólo son conocidas por su origen, sino por su rapidez y brillo al cruzar a atmósfera terrestre, todo gracias a que la atraviesan a velocidades cercanas a los 66 kilómetros por segundo, lo que provoca estallidos de luz intensa y breve, generando rastros luminosos por varios segundos.

Normalmente, suelen suceder a finales de abril y todo mayo, teniendo su pico de actividad las primeras noches de mayo. Este año, 2025, ocurrirá el máximo la noche del domingo 5 y la madrugada del 6, cuando se esperan hasta 50 meteoros por hora.

Sólo hace falta salir un poco de la ciudad, alejarse de la contaminación lumínica, conseguirse un buen lugar donde recostarse y listo, podrás disfrutar de esta milenaria conexión con uno de los objetos más famosos de la historia, sólo hace falta mirar hacia la constelación de Acuario.

Un meteoro Eta Acuáridas sobrevoló el norte de Georgia el 29 de abril de 2012. Crédito: NASA/MSFC/B. Cooke

Cómo ver las Eta Acuáridas en 2025

En 2025, su actividad será desde el 19 de abril hasta el 28 de mayo, mientras su pico de actividad está previsto para la madrugada del 6 de mayo. Se espera que tenga una tasa de meteoros que podría alcanzar hasta 50 objetos por hora, principalmente en lugares oscuros.

La mejor hora para observar esta lluvia es justo antes del amanecer, entre las 4:00 y las 5:00 a.m., cuando el radiante desde donde parecen originarse los meteoros, es decir, la constelación de Acuario, estará más alta en el cielo. No necesitarás telescopio o binoculares, tus ojos son la mejor herramienta.

En México y el resto del hemisferio norte, la observación se pronostica buena, aunque el hemisferio sur tendrá condiciones aún más favorables por la ausencia de nubes, ya que si el cielo está despejado y tienes poca contaminación lumínica, tendrás mayor probabilidades de ver varias decenas de meteoros cruzando la bóveda celeste.

Aunque el radiante está en Acuario, no te concentres en un punto fijo, los meteoros pueden aparecer en cualquier parte del cielo. Recuestate sobre una manta o un a silla y mira hacia el Este o al cenit para tener los mejores resultados, además, al no usar telescopio, se amplía el campo de visión.

Trucos para disfrutar al máximo el espectáculo

Para vivir la experiencia completa, lo ideal, es buscar un sitio apartado de la ciudad, donde la oscuridad sea natural y el horizonte esté despejado. Cuanto menos obstáculos haya como árboles, edificios o neblina, tu campo de visión será amplio y las posibilidades de captar los meteoros serán mayores.

Evita usar binoculares o cámaras con flash. Estos instrumentos limitan la visión periférica y, en lugar de ayudar, dificultan la experiencia. Lo mejor es observar con calma y sin distracciones, y si deseas capturar el momento, deja tu cámara en larga exposición mientras disfrutas de la vista.

Radiante de los meteoros. Crédito: EarthSky

Recuerda llevar ropa abrigadora, una manta o silla reclinable, y algo de paciencia. Tus ojos tardarán unos 20 minutos en adaptarse a la oscuridad, pero te aseguro que valdrá la pena la espera. No olvides apagar celulares y dispositivos luminosos para mantener una mejor visión nocturna durante toda la observación.

Si tienes la suerte de ver un meteoro con “trazo persistente” —es decir, que deja una estela luminosa que perdura varios segundos—, estarás presenciando uno de los efectos visuales más bellos de esta lluvia. Esos rastros brillantes parecen pinceladas sobre el firmamento e incluso pueden tener algún color distinto.

Una conexión ancestral con el cielo

Las Eta Acuáridas no sólo son un fenómeno científico, también son parte de nuestra conexión cultural y emocional con el cosmos. Civilizaciones antiguas ya observaban lluvias de meteoros y las interpretaban como señales divinas, augurios o mensajes de los dioses.

Hoy sabemos que son fragmentos de un cometa, y que no tienen ningún significado especial, sin embargo no dejan de maravillarnos. Saber que una partícula desprendida del Halley hace mil años, o 39, acaba de iluminar el cielo sobre nuestra cabeza nos recuerda lo antiguos y vastos que son los procesos celestes.

Además, observar estos fenómenos refuerza nuestro vínculo con el tiempo, pues así como otros vieron este mismo espectáculo hace siglos, nosotros ahora lo contemplamos bajo nuevas luces, con cámaras, ciencia y asombro, pero con la misma emoción de mirar algo inmenso e inexplicable.

No dejes pasar esta oportunidad y recuerda: la noche del 5 y madrugada del 6 de mayo, dedica unos minutos a mirar hacia el cielo, claro, si las condiciones del clima lo permiten, tal vez no iluminen el siglo entero, pero piensa que cada Eta Acuárida es una chispa cósmica que ilumina fugazmente el cielo nocturno de mayo.