¡Peligro en tu caldo! El glutamato sódico de los cubos de pollo y sus riesgos ocultos para la salud
El glutamato de sodio es un potenciador del sabor que activa ciertas terminales de la lengua, provocando que el sabor de cada alimento sea más fuerte.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha advertido en más de una ocasión en su 'Revista del Consumidor' los peligros de consumir los prácticos y tradicionales cubos de caldo de pollo, ya que representan un riesgo para la salud, especialmente en personas con hipertensión.
Por medio de este ejemplar, la dependencia federal analizó varios de estos productos de uso común en la cocina mexicana. Estos son una mezcla de saborizantes artificiales, colorantes, sal, así como glutamato monosódico, un potenciador que se añade a los alimentos procesados para activar terminaciones de la lengua, y hacer que el sabor de cada alimento sea más fuerte.
La información oficial por parte del Gobierno de México explica que el uso del glutamato es controvertido, ya que se le relaciona con cuadros de dolores de cabeza, sudoración, opresión en el pecho, ardor en la boca y mareos, sobre todo quienes son sensibles a estos compuestos.

Aunque los cubos de caldo representan practicidad al momento de cocinar sopa, arroz, pasta o cualquier guisado, su consumo recurrente representa una importante ingesta de sal y por lo tanto, es un potenciador y precursor de enfermedades crónicas como la hipertensión.
Glutamato de sodio: una solución rápida para el sabor
La invención del cubo de caldo tuvo lugar a principios del siglo XX en Europa, con tres empresas, Maggi, OXO y Knorr, que se preguntaban cómo crear sopas fáciles de transportar y económicas. En 1910 la empresa británica OXO introdujo su cubo de caldo, y ese mismo año Knorr, en el mercado francés, hizo lo mismo (según información de la Profeco).
El estudio de calidad de Profeco analizó 80 productos de diferentes categorías que presentaban el sello de “Exceso de Sodio”, entre ellos los caldos de pollo. De forma natural, los caldos se obtienen de la cocción de carnes, pescados, mariscos o verduras y la sal que uno desee, lo que no es posible controlar en los productos industrializados.
Entonces... ¿es bueno o malo?
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos considera el glutamato monosódico un ingrediente alimentario seguro en cantidades normales. Sin embargo, algunas personas pueden reaccionar al glutamato monosódico. Por ese motivo, cuando se añade glutamato monosódico a los alimentos, la FDA dice que se debe indicar en la etiqueta.
Mientras tanto en México, la Ley General de Salud también solicita a los productores de alimentos que lo especifiquen en su lista de ingredientes. Algunas de las reacciones, llamadas complejo sintomático del glutamato monosódico, no son reacciones alérgicas. Pero las personas sensibles a este compuesto podrían sentir:
- Dolor de cabeza
- Aura visual sin dolor de cabeza
- Rubor
- Hormigueo en el cuerpo
- Latidos rápidos o aleteo (palpitaciones)
- Dolor o pesadez en el pecho
- Sensación de malestar estomacal (náuseas)
- Dolores musculares.
Cocina tus propios cubos de sabor
Como una solución para dejar de consumir estos productos, Profeco sugirió realizar un caldo de huesos de pollo, que además contiene colágeno y aminoácidos; proteínas fundamentales para el cuerpo humano.
Sólo se necesitan dos huesos de pechuga de pollo, dos hojas de yerbabuena, un pedazo de cebolla, un diente de ajo, dos litros de agua y sal de grano. El proceso es muy simple, todo se debe poner a hervir en una olla durante 10 minutos a fuego bajo.
Luego se deja reposar, se cuela y se coloca en el refrigerador. También se puede congelar o guardar al vacío para que tenga mayor duración y pueda ser usado en guisos en cualquier momento. Hay otras recetas donde puedes hacerlo polvo, pero eso requiere un poco más de tiempo e ingredientes.