Video sorprendente: gran inundación en Gampola, Sri Lanka. El tsunami de agua y lodo arrasó todo a su paso

Una avalancha de agua y lodo descendió por Gampola, en Sri Lanka, arrasando todo en segundos. Las lluvias intensas de los últimos días han transformado laderas tranquilas en corrientes destructivas.
El verde en Gampola, una ciudad enclavada entre colinas en el corazón de Sri Lanka, se desdibujó de golpe. En cuestión de segundos, un estruendo semejante a un rugido rasgó el valle. Un alud de agua espesa, turbia, descendió como un muro viviente, sepultando colores bajo tonos marrones y furia.
Muchos lo describen como un “tsunami de lodo”. Y no es una metáfora exagerada. La masa de lodo avanzó cuesta abajo sin freno, arrastrando árboles, rocas, vegetación, y todo lo que se encontró a su paso. Lo que antes era paisaje apacible quedó convertido en río turbulento en menos de un minuto.
Las autoridades locales habían advertido desde días atrás sobre la persistencia de lluvias intensas sobre Sri Lanka. Un panorama muy preocupante en una zona donde las pendientes pronunciadas, los suelos saturados y la deforestación creciente se combinan para crear escenarios de riesgo cada vez más frecuentes.
Eventos como este nos recuerdan que los desastres no ocurren en el vacío. Son el resultado de procesos meteorológicos, geológicos y humanos que convergen. Y que, en un clima que cambia, estas coincidencias se vuelven cada vez más probables.
Desde una ventana elevada, la escena parece silenciosa, pero la violencia del agua habla por sí sola. La montaña cedió, el suelo se soltó y el paisaje cambió en un instante. Cuando la lluvia insiste y la tierra no puede más, basta un segundo para que lo cotidiano se vuelva vulnerable.
Riesgos cuesta abajo
El episodio ocurrió tras varios días de lluvias intensas en la región montañosa de Kandy, una de las zonas más lluviosas de Sri Lanka durante el monzón del noreste. Informes recientes indican que desde finales de noviembre el país sufrió lluvias intensas y generalizadas, con inundaciones y deslizamientos en varios distritos de las zonas montañosas.
Cuando las lluvias intensas superan 100–150 mm en pocas horas, especialmente en regiones montañosas como Kandy, cercana a Gampola, los deslizamientos son muy comunes. La combinación de un suelo completamente saturado y una escorrentía acelerada por las pendientes de Gampola derivan en un flujo súbito de agua y lodo que desciende por la ladera.
El Centro de Manejo de Desastres de Sri Lanka ha documentado un incremento de estos eventos súbitos en los últimos años, especialmente en regiones montañosas (Kandy, Nuwara Eliya, Badulla). Lo ocurrido los últimos días en la isla es, según los expertos locales, un ejemplo más de cómo lluvias intensas en terrenos frágiles pueden detonar desastres en cuestión de segundos.
La National Building Research Organisation (NBRO) mantiene un sistema permanente de vigilancia y alerta ante deslizamientos en Sri Lanka. Hasta hoy, 9 de diciembre, el pronóstico continúa indicando lluvias para la zona, y la NBRO mantiene activa alertas de deslizamientos para varios distritos de la isla, entre ellos Kandy.
Entre el monzón y el terreno
Cada año, entre octubre y enero, el monzón del noreste lleva humedad abundante desde el Golfo de Bengala hacia Sri Lanka. En el centro de la isla, donde se elevan colinas abruptas y valles profundos, ese aire húmedo se ve obligado a ascender. Y ese ascenso forzado, o forzamiento orográfico, provoca precipitaciones persistentes e intensas que saturan el suelo en pocos días.
Cuando el terreno ya no puede absorber más agua, cualquier lluvia adicional fluye, o escurre, por la superficie. En zonas como Gampola, donde las pendientes son muy pronunciadas, esa escorrentía superficial puede adquirir una velocidad considerable y, al mezclarse con tierra, rocas y vegetación suelta, forma flujos mucho más destructivos que una simple inundación.
A ello se suma el factor humano. La expansión de viviendas hacia laderas inestables, la tala de bosques y prácticas agrícolas que remueven la capa vegetal protectora han modificado la dinámica natural de la región. ¿El resultado? Un sistema más frágil, más rápido en reaccionar y más propenso a colapsar bajo lluvias extremas.
¿Tsunami de lodo?
En redes sociales se popularizó rápidamente el término “tsunami de lodo” para describir el evento. Y si bien no es un concepto técnico, la comparación no es tan descabellada. Pero, desde el punto de vista científico, este evento se clasifica mejor como un flujo de detritos.
El flujo de detritos (del latín detritus, que significa “gastado” o “desmenuzado”) es un tipo de corriente rápida que desciende pendiente abajo. Es un flujo compuesto por agua, sedimentos, piedras y otros fragmentos sueltos arrastrados por la lluvia que escurre en las laderas montañosas.
Atrapado entre montañas, lluvias y vulnerabilidad
La belleza paisajística de Sri Lanka va de la mano de su compleja geografía. Más del 30 % del país está conformado por montañas y colinas abruptas donde las lluvias del monzón encuentran terreno fértil para desencadenar deslizamientos e inundaciones.
La falta de drenaje eficiente, combinada con una pendiente pronunciada, convierte a muchas regiones de la isla en corredores naturales para la descarga de agua y sedimentos durante episodios de lluvias extremas. Si bien se han implementado programas de monitoreo y alertas, la presión demográfica y la falta de planificación territorial siguen siendo un reto.