Influencia del espacio exterior sobre nuestros océanos

Una Superluna incrementa el efecto que ya este satélite natural tiene sobre los océanos, provocando que las mareas sean más intensas en todas las partes de nuestro planeta. Esta es una consecuencia de la alineación planetaria del Sol, la Luna y la Tierra.

Puerto en bajamar
Las mareas son extremas tanto las máximas (pleamar), como las mínimas (bajamar). Durante la bajamar el puerto queda inoperativo.

Todos conocemos la versión romántica de la relación entre la Luna y el mar, que se traduce en la formación de las mareas por atracción entre el satélite natural y las masas de agua de la Tierra. Pero en la realidad hay una base científica importante que explica el fenómeno de las mareas donde además de la Luna hay otros factores locales que hacen que las mareas cobren mayor importancia en ciertos lugares del planeta, como son la presencia de los continentes y la acción de rotación de la Tierra.

Las mareas, además de formarse por las fuerzas de atracción de la Luna también se ven influenciadas por la acción del Sol y otros astros más lejanos. El satélite natural por su pura proximidad ejerce una mayor influencia que el Sol, pero, éste puede potenciar la acción de la Luna. La posición relativa de la Tierra respecto de los dos astros también es fundamental en la intensidad de las mareas, siendo máximas cuanto los tres están alineados generando mareas vivas (spring tides en inglés) y mínimas cuando están en posición de cuadratura generando mareas muertas (neap tides en inglés).

Efectos de las mareas sobre las costas

Las mareas en sí no suelen implicar problemas serios en las costas ya que son fenómenos naturales que ocurren a diario, de los cuales conocemos su comportamiento, podemos predecirlos con facilidad y con los que estamos acostumbrados a vivir. Algunas de las implicancias en las costas pueden ser la generación de corrientes mareales en zonas donde se producen estrechamientos, como por ejemplo el Canal de Chacao, aumentando la velocidad de las corrientes tanto en la entrada (subida) como en la salida (bajada) de la marea. Hay que tener en cuenta la magnitud de estas corrientes ya que pueden ser muy peligrosas para la navegación.

Otro inconveniente en varias partes del mundo radica en el rango de la marea, es decir, la distancia entre el máximo y el mínimo de marea diario. En algunas zonas este valor es tan alto que algunos puertos pequeños o caletas pesqueras pueden quedar sin agua durante la bajamar quedando inoperativos por ese tiempo.

De los problemas más severos que se producen con las mareas, es cuando estas se ven acentuadas o se unen a otros eventos costeros, principalmente eventos extremos que pueden verse potenciados si es que coinciden con momento de mareas altas. En estos casos las alturas de inundación, por ejemplo para eventos de marejada o incluso tsunamis, se verán incrementadas ya que la altura del mar en la costa estará en su condición más elevada.

Y estos efectos potenciados pueden ser incluso más peligrosos si además de coincidir con el momento diario de pleamar, lo hacen con las mareas vivas equinocciales -que ocurren cuando comienza la primavera o el otoño, o con las mareas vivas en perigeo -cuando la distancia Luna Tierra es la más cercana.

En las mareas vivas equinocciales, los planos de inclinación de las órbitas de la Luna y del Sol coinciden, potenciándose el efecto de atracción entre los dos astros y las masas de agua en la Tierra. Si además el Sol, la Luna y la Tierra se alinean en el perigeo las mareas se incrementan . Este último caso es el que ocurrió durante esta semana, donde la Luna estaba en su punto más cercano a la Tierra y en la fase de luna llena, fenómeno que es conocido como Superluna, por el gran tamaño que muestra durante este período más cercano a nosotros.