La “Estrella de la Muerte” podría tener un océano bajo su superficie

Las investigaciones sugieren que hay un océano a 24 kilómetros debajo de la superficie de Mimas, luna de Saturno, un descubrimiento impactante que podría redefinir a los mundos habitables.

La luna Mimas de Saturno tiene un cráter de impacto gigante, llamado Hershel, que se extiende a lo largo de un tercio de su superficie y que la hace parecerse a la "Estrella de la Muerte" de Star Wars. NASA / JPL / Instituto de Ciencias Espaciales

Mimas, una de las poco más de 146 lunas que orbitan alrededor de Saturno, se destaca por su movimiento inusual: el lado de la luna que mira hacia el planeta se balancea hacia adelante y hacia atrás durante la órbita.

El movimiento, llamado libración, llevó a los astrónomos a dos posibles explicaciones: o Mimas tiene un núcleo alargado y congelado o alberga un océano subterráneo.

Mimas, puede tener un océano oculto enterrado profundamente bajo su superficie helada, según una nueva investigación publicada en la revista Nature. Y aunque ya se han observado lunas en el sistema solar con océanos, la idea de que podría haber agua acechando bajo la corteza de Mimas fue inesperada.

Apodada la “luna de la Estrella de la Muerte” debido a su enorme cráter superficial que la hace parecerse a la estación espacial de Star Wars, Mimas tiene una corteza gruesa y helada y una superficie ruinosa y plagada de cráteres.

Estudios orbitales

Las lunas que potencialmente albergan un océano global se han convertido en objetos relativamente comunes en el Sistema Solar. La presencia de éstos generalmente queda delatada por la modificación de la superficie debido a la dinámica interna. Por lo que, Mimas sería el lugar más improbable para buscar la presencia de un océano global.

A partir de un análisis detallado del movimiento orbital de Mimas basado en datos de Cassini, con un enfoque particular en el movimiento del periapsis de Mimas, se encontró que su capa helada repleta de cráteres esconde un océano global, a una profundidad de 20 a 30 kilómetros.

Periapsis o periastro es el punto más cercano de la órbita de un cuerpo alrededor de otro.

El cambio en la órbita implica que es probable que el océano tenga menos de 25 millones de años y aún está evolucionando. Simulaciones muestran que la interfaz océano-hielo habría alcanzado una profundidad de menos de 30 kilómetros hace menos de 2 a 3 millones de años, un lapso de tiempo demasiado corto para que hayan aparecido signos de actividad en la superficie de Mimas.


Estudios previos y actuales

De acuerdo con Valery Lainey, astrónomo del Observatorio de París y autor principal del estudio, fue toda una sorpresa, pues:

Si miras la superficie de Mimas, no hay nada que delate un océano subterráneo. Es, con diferencia, el candidato más improbable.

Lainey y su equipo afirmaron esto último desde 2014 en un artículo publicado en la revista Science. Pero los astrónomos ignoraron en gran medida esa teoría. Después de todo, Encelado, una luna de Saturno que se sabe que tiene un océano bajo la superficie, arroja géiseres de agua a partir de fracturas en su corteza, pero la gélida y silenciosa Mimas no lo hace.

El equipo, sin embargo, se mantuvo firme en su investigación, analizando miles de imágenes tomadas por la nave espacial Cassini de la NASA, tanto de Mimas como de otras 18 lunas de Saturno. Finalmente, lograron un gran avance: la rotación y el movimiento orbital de Mimas alrededor de Saturno cambiaron ligeramente durante 13 años.

Las simulaciones determinaron que ese tipo de movimiento no podría ser sostenido por un núcleo sólido, a menos que la luna fuera extremadamente alargada, lo cual no es así. Lo que nos lleva a pensar que es necesario tener un océano global sobre el cual pueda deslizarse la capa de hielo.

Se cree que este océano se encuentra bajo aproximadamente 25 kilómetros de hielo y alcanza una profundidad de más de 70 kilómetros. Las poderosas fuerzas de marea irradiadas por Saturno calientan el interior de la luna, y la fricción del agua que golpea el núcleo también genera calor, impidiendo que el océano líquido se enfríe y adopte una forma sólida.

Antigüedad y expectativa

El estudio indica que el océano de Mimas podría tener entre 2 y 25 millones de años, lo cual, según los estándares cósmicos, es joven. Como tal, el océano no ha atravesado la superficie en forma de géiseres ni ha alterado visiblemente el exterior de la luna, según Eos.

Sin embargo, su mera existencia proporciona una visión sin precedentes de las condiciones de habitabilidad, ya que sus aguas cálidas y su suministro de productos químicos crudos podrían fomentar la vida.

Características de otras lunas del sistema solar. Crédito: NASA

Aún así, algunos científicos señalan que el joven océano de Mimas permanece oculto en las profundidades de su corteza. Otras lunas del sistema solar con océanos subterráneos, como Europa y Encelado, han revelado géiseres o vapor de agua sobre sus superficies que pueden presentar una vía más fácil para rastrear rastros de vida.

Pero el descubrimiento del inesperado océano global de Mimas sugiere que los astrónomos podrían beneficiarse de ir más allá de los pensamientos convencionales sobre qué tipo de objeto puede contener grandes cantidades de agua y qué mundos pueden albergar vida.

Aunque Mimas definitivamente no parece el tipo de objeto que podría tener habitabilidad. La conclusión es que si este objeto puede ser habitable, ¡cualquier otro tipo de objeto podría serlo! Los científicos especulan que pueden existir océanos subterráneos en otros lugares poco ortodoxos, como en las lunas de Urano o en los objetos del Cinturón de Kuiper que orbitan alrededor de Plutón.