Un estudio revela que los cereales contienen 100 veces más sustancias químicas permanentes que el agua del grifo
Un análisis del Grupo de Acción contra los Pesticidas, reveló que los alimentos que consumimos a diario están cargados de sustancias químicas permanentes que afectan nuestra salud a largo plazo. Activistas exigen la prohibición inmediata de pesticidas que se encuentran en nuestro pan de cada día.

Un estudio analizó 65 productos vendidos en 16 empresas europeas y descubrió que contienen altos niveles de ácido trifluoroacético (TFA), una sustancia química permanente que se forma cuando ciertos pesticidas se utilizan en los cultivos y llegan a los alimentos elaborados con ellos.
¿Qué son las sustancias químicas permanentes?
Las sustancias permanentes son el nombre común que se da a las sustancias que tardan miles de años en descomponerse o degradarse, incluso después de desecharse. Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFA), son un grupo de sustancias químicas que se han utilizado en la fabricación de diversos productos de consumo desde la década de 1950.
Apenas se está descubriendo la magnitud del daño causado por las sustancias químicas permanentes. Estudios han demostrado que las sustancias químicas permanentes afectan las funciones del hígado, la tiroides y el sistema inmunitario.
Las sustancias químicas como los ácidos grasos trans (AGT), son tóxicas para la reproducción, lo que significa que afectan la función reproductiva humana y el desarrollo fetal. Estas sustancias también se han relacionado con el cáncer.
¿Cuántos AGT hay en los cereales?
En el estudio realizado por la Red Europea de Acción contra los Pesticidas (PAN), los investigadores encontraron AGT en 53 de las 65 muestras analizadas, con una mayor contaminación en los productos a base de trigo que en otros cereales. Las concentraciones de AGT fueron hasta 100 veces mayores en estos productos que en el agua del grifo.
No solo los cereales, sino también productos como el pan integral, las baguettes, los espaguetis, los bollos e incluso el pan de jengibre mostraron altos niveles de AGT.
Aunque el Reino Unido no participó en este estudio, los hallazgos tienen implicaciones, ya que los PFA son ingredientes activos en pesticidas utilizados también en el Reino Unido. Actualmente, los gobiernos no controlan los niveles de AGT en los alimentos. Sin embargo, dado que los niveles en los alimentos son mucho más altos que los permitidos en el agua del grifo, los activistas piden a los gobiernos que establezcan límites de seguridad de protección y prohíban los PFA en los pesticidas.
“Todas las muestras superaron el límite máximo de residuos predeterminado. No podemos exponer a los niños a sustancias químicas tóxicas para la reproducción. Esto exige una acción inmediata”, añadió Angeliki Lysimachou, directora de ciencia y políticas de PAN Europe.