Cempasúchil tempranas: cómo empiezan a florecer en septiembre y qué cuidados requieren

El cempasúchil, poseedor de un color intenso y una historia milenaria, cada septiembre comienza a sorprendernos con su florecer temprano, llenando de vida, tradición y aroma los paisajes mexicanos.

Existen decenas de variedades en México, desde las flores pequeñas y sencillas hasta las enormes cabezuelas redondas que parecen soles anaranjados en pleno campo.

Septiembre llega con aroma a pozole, sabor a tequila y con un paisaje que no solo se pinta de verde, blanco y rojo, sino también de un naranja intenso. Y sí, estoy hablando del cempasúchil, esa flor inseparable del Día de Muertos, que este mes empieza a aparecer tímidamente en los campos mexicanos y hasta en los huertos caseros.

Tradicionalmente, el cempasúchil se asocia con finales de octubre y principios de noviembre, justo cuando las ofrendas toman protagonismo. Sin embargo cada vez es más común que la flor se adelante. Esa anticipación emociona, pero también despierta preguntas. El misterio ya está sembrado en los campos.

Y aunque la tratemos como un adorno de temporada, en realidad es un símbolo que carga siglos de historia. Detrás de cada manojo, hay productores que dependen de su temporada. Para ellos, que florezca antes no es solo un cambio de calendario, sino un ajuste que toca la economía, la tradición y hasta el corazón cultural de México.

Los mercados saben que sin cempasúchil la temporada no tiene el mismo brillo. La gente la busca con ansiedad para altares, panteones y hasta para decorar sus hogares pero cuando llega antes, todo se complica. Lo que para unos es un campo anaranjado en septiembre, para otros significa asegurarse de que dure hasta el momento en que se necesita.

El nombre “cempasúchil” viene del náhuatl cempōhualxōchitl, que significa “veinte flores”.

El clima, las semillas y las técnicas de cultivo hacen que la flor empiece a mostrarse antes de tiempo, y eso obliga a productores y aficionados a estar atentos, a leer el lenguaje de la planta y no forzarla. Porque sí, puede adelantarse, pero también exige cuidados para no agotarse demasiado pronto.

El fenómeno de la floración temprana

El cempasúchil suele sembrarse entre junio y julio, dependiendo de la región. Con este calendario, lo normal es que empiece a florecer en octubre. Pero en los últimos años, las variaciones de temperatura y los cambios en los ciclos de lluvia han provocado que muchas plantas muestren sus flores desde septiembre.

Verla florecer en septiembre no le resta importancia, al contrario, nos recuerda que el cempasúchil es una planta viva, que responde a su entorno y nos conecta con los ritmos de la tierra.

El calor acumulado en verano puede acelerar su desarrollo y si las lluvias son regulares y la planta recibe suficiente sol, el cempasúchil se siente “listo” antes de tiempo. Esto no significa que sea malo, simplemente es una adaptación a las condiciones que enfrenta.

Para los productores, este adelanto tiene dos caras, porque por un lado, pueden aprovechar el mercado de septiembre, cuando la demanda comienza a crecer, pero por el otro, corren el riesgo de que la flor no llegue en buen estado a noviembre, cuando el consumo es más alto, generando un equilibrio complicado.

El cempasúchil es conocido como la flor de los muertos, porque desde tiempos prehispánicos se utilizaba para guiar a las almas en su camino. Su color intenso y su aroma embriagante eran vistos como señales que iluminaban la ruta de los difuntos hacia el altar.

En México se cultivan más de 30 variedades, pero la más común es Tagetes erecta, la que produce esas cabezuelas grandes y redondas que todos reconocemos. Esta planta también se usa en la medicina tradicional, como repelente natural e incluso en la industria alimentaria para dar color a ciertos productos.

Cuidados básicos para las cempasúchil tempranas

Lo primero es entender que el sol es su mejor aliado, necesitan al menos seis horas diarias de luz directa para florecer con fuerza. El riego debe ser moderado. Un exceso de agua puede pudrir las raíces, pero tampoco conviene dejarlas secar demasiado. Lo ideal es mantener la tierra húmeda.

El tipo de suelo, es igual de importante que el riego, el cempasúchil se desarrolla mejor en suelos y sustratos bien drenados y sobre todo que tengan buena materia orgánica. Una mezcla que será estupenda para esta flor, seria la mezcla de tierra de jardín, composta y un poco de arena que combinados suele funcionar de maravilla.

El cempasúchil también se adapta de maravilla a las macetas, llenando balcones y terrazas con un colorido digno de cualquier altar.

En cuanto a plagas, las más comunes son los pulgones y la mosca blanca, para poder evitarlas una recomendación práctica es aplicar productos orgánicos como el jabón potásico o extracto de ajo, que son soluciones naturales y fáciles de preparar en casa.

Si la planta florece temprano, puedes prolongar su vida retirando las flores marchitas. Esto estimula que salgan nuevas flores y mantiene la energía concentrada en la producción de más botones. Si quieres experimentar con cempasúchil en tu huerto urbano, ten en cuenta algunos detalles sencillos:

  • No las encierres: estas plantas necesitan aire, así que busca un lugar abierto.
  • Asócialas con otras especies: combinan muy bien con jitomate, chile o maíz, ya que ayudan a repeler insectos.
  • Aprovecha sus pétalos: además de decorar, se pueden usar en infusiones o como colorante natural en platillos.

Cultivar cempasúchil en casa no requiere de grandes extensiones ni de técnicas complicadas. Es más, puede ser una excelente manera de conectar con las tradiciones desde tu propio espacio.

Producción y mercado

México es líder mundial en la producción de cempasúchil. Estados como Puebla, Hidalgo, Estado de México y Oaxaca concentran la mayor parte de los cultivos y cada año, se producen más de 20 mil toneladas de flor, que se destinan tanto a mercados nacionales como internacionales.

Una estrategia común es hacer escalonamiento en la siembra, es decir, sembrar en distintas fechas para tener flor en diferentes momentos.

Algunos productores aprovechan para vender en fiestas patrias y primeras ofrendas locales, sin embargo, deben planificar bien sus siembras para asegurar que en noviembre también haya disponibilidad. Una estrategia común es hacer escalonamiento en la siembra, es decir, sembrar en distintas fechas para tener flor en diferentes momentos.

El cempasúchil temprano es un recordatorio de que la naturaleza no sigue calendarios rígidos, sino que se adapta, se mueve y sorprende. Verlo florecer “antes de tiempo” puede ser un reto para productores y una sorpresa para quienes lo disfrutan en casa, pero también es una oportunidad de aprender a observar y cuidar mejor las plantas.

Al final, lo importante es disfrutarlo, ya sea en un altar, en el jardín o en un mercado, esta flor tiene el poder de conectar lo técnico con lo emocional, lo cultural con lo cotidiano. Quizá se adelante, quizá no llegue justo en las fechas que esperamos, pero siempre cumple con su misión: llenar de vida, color y significado nuestros días.