Inundaciones y lluvias intensas golpean al campo en Veracruz, Hidalgo y Puebla: cultivos en riesgo y pérdidas pecuarias

Temporal golpea al campo en Veracruz, Hidalgo y Puebla, hay daños en cítricos, caña, vainilla, milpa y café, el ganado bajo presión sanitaria. Hoy toca drenar, oxigenar, abrir caminos y prevenir.

El exceso de agua asfixia raíces y abre paso a plagas. Foto compartida por el de la Secretario de Agricultura de Hidalgo, Napoleón González Pérez.

Las lluvias recientes dejaron impactos claros en el campo: suelos saturados, ríos desbordados, accesos dañados y cosechas presionadas. Con los ríos, inicia la fase de limpieza, reapertura de caminos y manejo más preciso. Para la agricultura, este temporal significa raíces con falta de oxígeno, fruta afectada y una logística de cosecha detenida.

En el corredor Poza Rica–Tuxpan, los cultivos más afectados fueron cítricos y caña, donde el agua permaneció hasta 48 horas, el riesgo principal es la hipoxia radicular y la phytophthora si no se aplica control oportuno. No todo está perdido en las huertas, pero sí habrá disminución de rendimiento y más pudriciones en las próximas semanas.

Veracruz, como líder nacional en naranja, resiente de forma especial estas crecidas, sobre todo en municipios como Álamo Temapache y Tihuatlán. En caña, el escenario es de acamado y lodo adherido, si el drenaje mejora, la planta puede recuperarse, aunque con riesgo de disminuir sus grados Brix en lotes más pesados.

Lo recomendable es esperar a que el suelo soporte la entrada de maquinaria, evitar trabajar sobre condiciones plásticas y planear una nutrición de rescate más adelante, una señal positiva es que, con el descenso de los ríos, comienzan a reabrirse accesos a parcelas y empacadoras en el norte de Veracruz.

La Secretaría de Desarrollo Rural de Puebla confirmó daños en más de 3,700 hectáreas agrícolas. Foto extraída de la Secretaría de Desarrollo Rural de Puebla.

La vainilla en Papantla y comunidades cercanas también sufrió daños, con tutores derribados y lianas lesionadas, es un daño estructural que compromete tanto la floración inmediata como el próximo ciclo. Aquí la estrategia es reentutorar con cuidado, aplicar cicatrizantes y reducir temporalmente la carga.

En las milpas de bajos, especialmente de maíz y frijol, las pérdidas son mayores. Las mazorcas y vainas que se encuentren en contacto con lodo se deterioran en pocos días. Lo más prudente es documentar con fotografías y geolocalización y evitar el ingreso de maquinaria mientras el suelo continúe saturado para no comprometer la estructura.

Impacto en café, ganadería y panorama regional

En la Sierra Otomí-Tepehua de Hidalgo, los cafetales resintieron fuerte el temporal, hubo deslaves, árboles de sombra caídos y raíces asfixiadas en suelos delgados. No es pérdida total, pero sí habrá una baja en rendimiento y calidad si no se estabilizan laderas, se destapan drenes y se entra con manejo sanitario en cuanto el piso lo permita.

El acceso sigue siendo complicado en varias comunidades y eso retrasa cualquier acción.

En Puebla ya hay un primer dato oficial: más de 3,700 hectáreas dañadas en café, maíz, frijol y cítricos, además de pérdidas pecuarias y un golpe acuícola con 800 peces y 20 mil alevines menos. Es un número preliminar, pero marca tendencia: cultivos anuales muy afectados y perennes con daño en raíz e infraestructura.

Las raíces encharcadas ponen en riesgo la próxima cosecha. Foto compartida por el de la Secretario de Agricultura de Hidalgo, Napoleón González Pérez.

La ganadería de planicie también quedó bajo presión con potreros encharcados y arrastre en riberas, lo que viene es un frente sanitario clásico: leptospirosis, clostridiales, mastitis y problemas de pezuña por el barro.

La respuesta inmediata pasa por asegurar agua limpia, forraje seco aunque sea comprado, minerales, vacunación de acuerdo al historial y corrales provisionales en zonas altas, con desinfección en pasos y comederos.

El verdadero cuello de botella no está en los cultivos, sino en la logística.

El verdadero cuello de botella no está en los cultivos, sino en la logística. Con los ríos bajando, la tarea es reprogramar cortes por huerta, sacar primero los lotes que mejor drenan y sanear bandas, cepillos y mesas que estuvieron en contacto con agua lodosa para evitar que la pudrición llegue hasta el transporte.

El nivel de pérdida depende del cultivo. En maíz y frijol, muchas parcelas quedaron prácticamente perdidas. En cítricos y caña, lo dominante es la pérdida parcial y la baja de calidad. En vainilla, el impacto se verá en el siguiente ciclo. En café todavía se puede rescatar buena parte si las fincas se estabilizan.

Acciones inmediatas

  • En cítricos: Abrir respiros cuando el piso aguante, aplicar fosfito de potasio y retirar fruta herida.
  • En caña: Enderezar después de que truene el suelo y programar foliares de rescate.
  • En vainilla: Reentutorar y cicatrizar.
  • En café: Estabilizar sombra, destapar drenes y entrar con sanitarios.
  • En ganado: Agua clorada, heno seco, revisar pezuñas y vacunar. Todo documentado con fotos, fechas y ubicación, para seguros y apoyos.

Con los ríos bajando en el norte de Veracruz se espera más personal en campo, lo que acelerará limpieza y reactivación de cortes. En Puebla, el dato de hectáreas afectadas permite dimensionar daños y priorizar el seguimiento. En cítricos habrá movimientos de precio: alzas por la logística y descuentos en fruta de menor calidad.

El impacto es fuerte, pero no marca el fin del ciclo, con drenaje, oxigenación de raíz, manejo sanitario y logística ordenada, el campo puede levantarse. Hoy es de paciencia y decisiones simples, mañana de constancia.