Las mejores plantas trepadoras para terrazas: resistentes, fragantes y fáciles de cuidar
Las plantas trepadoras no sólo son decorativas: aíslan del calor, crecen incluso en condiciones difíciles y se adaptan a cualquier espacio. Desde las que florecen perfumadas hasta las de hoja perenne, aquí están las variedades más fáciles de cultivar tanto en el jardín como en la terraza.

Las plantas trepadoras son especies vegetales que, por naturaleza, no tienen un tallo erecto y rígido, sino que se desarrollan apoyándose en otros elementos para crecer en altura o expandirse en anchura. Se llaman plantas “trepadoras” porque tienden a trepar superficies verticales o inclinadas utilizando diversos mecanismos de anclaje.
Por ejemplo, algunos utilizan zarcillos o zarcillos, otros se enroscan alrededor de su propio tallo y otros utilizan raíces aéreas o chupones adhesivos para adherirse directamente a la estructura de soporte.
A pesar de su nombre, no sólo crecen verticalmente: algunas plantas trepadoras también pueden actuar como tapizantes, creciendo horizontalmente para cubrir el suelo, muros bajos o muros de piedra seca.
Una elección estética y funcional
Las plantas trepadoras no son sólo elementos decorativos: también tienen numerosas funciones prácticas y medioambientales. Uno de los usos más comunes es el recubrimiento de superficies verticales, como paredes desnudas, vallas o muros exteriores de edificios. De esta forma se consiguen enmascarar estructuras antiestéticas, dando un aspecto más natural y armonioso a los espacios.
Otra característica muy apreciada es la creación de zonas sombreadas y frescas. Las plantas trepadoras se pueden cultivar en pérgolas, cenadores o enrejados, transformándolos en espacios habitables incluso en los días más calurosos. Esto las hace ideales para quienes desean un rincón de sombra en el jardín, terraza o balcón, sin recurrir a estructuras fijas o artificiales.

Desde un punto de vista medioambiental, las plantas trepadoras juegan un papel importante en el aislamiento térmico de los edificios. Una pared cubierta de vegetación puede ayudar a reducir la temperatura interior durante el verano, limitando la necesidad de aire acondicionado. Además, estas plantas ayudan a retener la humedad, mejoran el microclima y pueden contribuir a la reducción de la contaminación urbana.
Rústico y fácil de cultivar
Muchas plantas trepadoras se adaptan a condiciones ambientales hostiles: exposiciones excesivamente soleadas o sombreadas, volumen de suelo limitado para las raíces, contextos urbanizados, falta de agua.
Precisamente por su capacidad de enraizarse casi en cualquier lugar, generalmente son plantas fáciles de cultivar y mantener. Además, tienen una velocidad de desarrollo notable. Esta combinación de ventajas las hace perfectas para jardineros novatos o para aquellos que quieran embellecer rápidamente un espacio exterior.
Plantas trepadoras con flores
Entre las trepadoras más populares destacan sin duda las variedades con flores, auténticas explosiones de color y perfume.
Una de las más queridas es la glicina (Wisteria), conocida por sus cascadas de flores perfumadas en tonos lila, blanco o rosa, que florecen en primavera. Crece vigorosamente y necesita soportes sólidos, ideal para pérgolas y grandes estructuras.
La buganvilla, planta típica de los climas mediterráneos, ofrece una floración espectacular desde la primavera hasta el otoño. Sus colores más comunes son el fucsia, morado, naranja y blanco. Requiere mucho sol y protección contra las heladas.
Otra protagonista es la clemátide (Clematis), que ofrece flores grandes y coloridas, desde tonos pálidos a brillantes. Existen numerosas variedades, tanto de hoja caduca como de hoja perenne, con floraciones que varían según la especie.

La pasionaria o “flor de la pasión” es apreciada no sólo por el aspecto exótico de sus flores, sino también por su rápido crecimiento. Algunas variedades también producen frutos comestibles (como Passiflora edulis).
El jazmín es un clásico atemporal. Hay varias especies, pero la más común en Italia es el jazmín común (Jasminum officinale), con pequeñas flores blancas intensamente perfumadas. Es perfecto para crear setos, pérgolas y muros de flores.
La bignonia (Campsis radicans), con sus vistosas flores en forma de trompeta de color naranja o rojo brillante, es ideal para cubrir paredes soleadas. Es muy resistente y puede crecer rápidamente si se expone bien al Sol.
Enredaderas verdes
Las especies botánicas trepadoras sin floración vistosa poseen abundante follaje decorativo, capaz de ofrecer una cubierta vegetal estacional o permanente con un carácter sobrio pero elegante.
Entre los árboles de hoja perenne encontramos:
Hiedra (Hedera helix): una de las trepadoras más resistentes y adaptables. Crece bien a la sombra, se adhiere fácilmente a cualquier superficie y no requiere cuidados especiales. Existen variedades con hojas variegadas, que aportan variedad cromática.
Jazmín falso (Trachelospermum jasminoides): además de florecer en primavera-verano, tiene un follaje brillante y espeso que se mantiene verde incluso en invierno. Es perfecto para paredes, balcones y vallas orientadas al sur.
Madreselva perenne (Lonicera henryi): a diferencia de otras especies de hoja caduca, mantiene sus hojas incluso en los meses fríos. Es vigorosa y adecuada para la creación de setos verdes trepadores.

Pyracantha: se puede cultivar como trepadora contra muros o redes. Produce bayas coloridas en otoño e invierno, además de ser perenne y espinosa (también útil como barrera).
Entre los árboles de hoja caduca encontramos:
Pardena de Virginia (Parthenocissus quinquefolia) y pardena canadiense (Parthenocissus tricuspidata): trepadoras vigorosas, con hojas que se tornan de color rojo intenso, naranja y púrpura en otoño. Se adhieren a las superficies por sí solas gracias a unas ventosas, sin dañarlas.
Kiwi ornamental (Actinidia kolomikta): produce un follaje muy decorativo con tonos rosados y blancos. Es menos común pero muy ornamental.
No importa cuánto espacio tengas disponible
Las plantas trepadoras son perfectas para realzar cualquier espacio exterior, desde el jardín hasta el balcón. Ocupan poco espacio en el suelo, pero aportan color, sombra y belleza en vertical, incluso donde parece que no hay espacio.