Tareas del huerto en agosto: riegos con lluvia, control de plagas y cultivos de transición
Agosto puede parecer un mes confuso para quienes tenemos un huerto. A veces llueve, a veces el sol quema y mientras existen plantas que se van, nuevas surgen.

Agosto es un mes muy curioso para cualquiera que tenga un huerto. Muchos lo llaman un mes de transición, y con razón: es ese punto medio entre lo que va saliendo y lo que apenas viene en camino. Las lluvias ya se hacen presentes, pero el calor sigue siendo parte del día a día. Esa combinación, aunque suena natural, puede llegar a confundir.
Por un lado, el agua de las lluvias ayuda a que las plantas crezcan más fácil; pero por otro, puede provocar problemas si hay demasiada humedad, como raíces podridas, suelos muy compactados o hasta enfermedades fungosas. Además, la humedad atrae a muchas plagas, así que si no le pones atención, se te puede ir el trabajo de meses en un par de días.
Plantas como el jitomate, las calabazas o las leguminosas empiezan a cerrarse, y es buen momento para retirarlas y liberar ese espacio. Al mismo tiempo, hay cultivos que recién empiezan su camino, como las acelgas, espinacas, rábanos y otras hortalizas de hoja. Por eso se dice que agosto es ese momento en que el huerto cambia de piel.
Y justo por eso, no tiene sentido seguir el calendario como si fuera una receta exacta. El clima cambia cada año, el suelo evoluciona, y las condiciones varían mucho de un lugar a otro. No es lo mismo cultivar en la montaña que en una zona costera, en clima seco o en uno húmedo. Aunque estemos en el mismo mes, el huerto no se comporta igual.

Por eso, lo más sabio es observar el entorno, leer las señales del tiempo atmosférico y escuchar lo que las plantas te van pidiendo. Y aunque las tareas básicas como regar, sembrar, limpiar o cosechar siguen estando presentes, en agosto toca hacerlas con más estrategia. Es un mes para estar más atentos, hacer ajustes y no confiarse.
Riegos con lluvia: ¿Dejo de regar o qué hago?
Una de las preguntas más comunes en este mes es si tenemos que seguir regando cuando llueve. La respuesta no es tan simple como sí o no. Depende del tipo de suelo, del tipo de planta y de la cantidad de lluvia. No es lo mismo un suelo arenoso que drena rápido, a uno arcilloso que se encharca con muy poco.
Algo importante en esta temporada es ajustar la frecuencia del riego, no tanto la cantidad de agua. Es decir, probablemente en agosto vas a regar menos veces a la semana, pero cuando lo hagas, asegúrate de hacerlo bien. No sirve de mucho añadir poca agua todos los días si no llega a las raíces.
Lo mejor es hacer riegos más profundos pero menos frecuentes. Y aunque parezca obvio, no te fíes solo de cómo se ve el cielo. Hay días que parece que va a llover y no cae ni una gota, y otros donde, sin aviso, se suelta el aguacero. Por eso, revisar el pronóstico del tiempo todos los días debería ser parte de tu rutina de huerto.
Aunque existen muchas aplicaciones y sitios que te dan pronósticos, si quieres uno confiable debes asegurarte que sea realizado por expertos. Por esto, nuestro sitio especializado Meteored será tu mejor aliado en esta temporada. Aqui puedes ver cómo va a estar el tiempo en tu zona, si se esperan lluvias intensas, si bajarán las temperaturas o si habrá viento fuerte.
Plagas en temporada de lluvias: cuidado con los “invitados”
Con la humedad vienen los problemas. Las plagas y enfermedades fungosas se disparan en agosto, y si no actuamos rápido, pueden arrasar todo nuestro jardín en cuestión de días. El calor y la humedad generan un microclima perfecto para que se reproduzcan más rápido de lo normal.

Entre las plagas más comunes en esta temporada están los pulgones, la mosca blanca, los trips y los caracoles o babosas. Todos ellos aprovechan la vegetación húmeda para esconderse, reproducirse y alimentarse a gusto. Lo peor es que no siempre se ven a simple vista, por lo que revisar de manera detallada y frecuente es vital en estos días.
Una técnica básica pero muy efectiva es revisar el envés de las hojas, donde suelen esconderse los huevos y las colonias pequeñas. Si notas manchas negras, puntos blancos o deformaciones, es señal de que algo no anda bien. Y entre más pronto lo detectes, más fácil será controlarlo.
En esta época lo mejor que puedes hacer por tu huerto es sumarle más vida. Tener flores, hierbas aromáticas y varias especies diferentes ayuda a crear un equilibrio. Esa diversidad atrae insectos benéficos que se comen a las plagas sin que tú tengas que usar productos fuertes.
Ahora, si la situación ya se te fue de las manos y la plaga está muy avanzada, no entres en pánico. Hay soluciones naturales que funcionan muy bien si eres constante. Los extractos de ajo, chile o incluso el jabón potásico ayudan a bajar la población sin dañar tus cultivos ni el ambiente. Lo importante es aplicarlos bien.
Cultivos de transición: lo que se va y lo que viene
Agosto es el final del camino para muchos cultivos de primavera-verano, pero también el inicio para aquellos que van a dar frutos en otoño-invierno. Por eso, es importante saber en qué momento sacar lo que ya terminó y cuándo sembrar lo nuevo sin apurarse de más.
Si tienes maíz, frijol, calabazas o jitomates tempranos, verifica que sigan activos: si ya no están produciendo bien o se ven un poco tristes, es señal de que ya cumplieron su ciclo. Lo recomendable es retirarlas, para dar vida y espacio a nuevas especies dentro de tu Edén.

Ahora, si estás pensando en lo que sí puedes sembrar en estas fechas, agosto es buen momento para meter cultivos que aguantan el fresco: brócoli, espinaca, acelga, zanahoria, rábano… También es una buena época para ir planeando las hortalizas de hoja y algunas leguminosas.
Y por último, prepara bien el terreno: mueve la tierra, métele composta o estiércol. No necesitas hacer análisis de laboratorio, con que observes ya puedes saber mucho. ¿Está compactado? ¿huele raro? ¿tiene buena textura? A veces, si ha llovido mucho, un poquito de ceniza o cal puede ayudar a equilibrar el pH y mejorar la estructura.
Este mes no es para tomarlo a la ligera. Agosto es como ese compás raro que suena entre dos canciones en una fiesta. Ni estás cerrando ni estás empezando del todo. Y eso puede desconcertar. Pero si aprendes a leer lo que el huerto te está pidiendo, puedes hacer que tu jardín siga produciendo.