Advierte la OMS que El Niño puede causar diversos problemas de salud en la población mundial

La reciente actualización de la Organización Meteorológica Mundial pronostica que hay un 90 por ciento de probabilidades de que el fenómeno de El Niño continúe durante el segundo semestre de 2023.

Esto significa que este fenómeno provocará de manera considerable la probabilidad de que se batan registros de temperatura y de que se desencadene un calor más extremo en muchas partes del mundo y en el océano.

Las alertas tempranas y la acción anticipatoria de los fenómenos meteorológicos extremos asociados a este importante fenómeno climático son vitales para salvar vidas y medios de sobrevivencia.

Ante este anuncio, la Organización Mundial de la Salud advierte que las condiciones de El Niño pueden causar diversos problemas de salud, entre ellos brotes de enfermedades, malnutrición, estrés calórico y enfermedades respiratorias.

Las precipitaciones por encima de la media causadas por El Niño pueden provocar inundaciones y aumentar las enfermedades propagadas por los mosquitos, como la malaria, el dengue, la fiebre chikungunya o la infección por el virus de Zika .

El riesgo de enfermedades transmisibles se incrementa cuando hay un acceso limitado a los alimentos, al agua ya la higiene y saneamiento.

El aumento de las temperaturas y los regímenes de lluvias más variables pueden reducir a menudo el rendimiento de los cultivos, lo cual pone en peligro la seguridad alimentaria.

Enfermedades transmisibles por vacunación

En este inicio de temporal se incrementan los brotes de Rotavirus, explica el director en gerencia de Políticas Públicas en Salud de la Secretaría de Salud Jalisco, Ángel Israel Nuño Bonales:

El organismos internacional llamó a las naciones para sumarse a la participación de las comunidades y hacer frente a las consecuencias del cambio climático sobre la salud antes de que se produzcan ya que puede ayudarlas a comprender los riesgos para así adoptar medidas para proteger su salud.

La OMS hace un seguimiento de los efectos del cambio climático y respondiendo a estos para ayudar a los gobiernos a prepararse y atender las necesidades de salud.

Las naciones deben hacer caso a este llamado de la OMM porque esta capacidad de pronosticar El Niño ofrece al sector de la salud pública de las naciones la oportunidad de prepararse para sus efectos y de controlar mejor la transmisión de enfermedades.

Además la infraestructura física de los servicios de salud se ve gravemente afectada por el fenómeno de El Niño, que produce daños por inundaciones; deterioro de los equipos y muebles, efectos en techos, paredes, ventanas, materiales e insumos; y problemas con los sistemas de desagüe y alcantarillado, suministro y abastecimiento de agua potable, electricidad, gas y combustibles.

El Niño se produce en promedio cada dos a siete años, y los episodios suelen durar entre nueve y doce meses. Se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las temperaturas superficiales del océano Pacífico tropical central y oriental. Pero se produce en el contexto de un clima modificado por las actividades humanas.

Durante el verano boreal, las aguas cálidas de El Niño pueden alimentar los huracanes en el centro/este del Océano Pacífico, mientras que podrían dificultar la formación de huracanes en la cuenca atlántica. En general, el fenómeno tiene el efecto contrario al de La Niña reciente, que finalizó a comienzos de este año.