Día Internacional de Acción Climática 2025: “Vivir en un planeta saludable, asegura nuestra existencia como especie"
El 24 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Acción Climática, un recordatorio global de que nuestras decisiones y acciones importan para proteger nuestro planeta.

Si bien este día se trata de crear conciencia, ¡también se trata de actuar ! Ya sea que estés implementando cambios ecológicos en tu vida personal o apoyando causas ambientales, existen muchas maneras de unirte al movimiento.
Desde la reducción de las emisiones de contaminantes hasta el aumento de los esfuerzos de sostenibilidad, cada acción que realizamos puede contribuir a una modo de vida más saludable para nuestro presente y futuro.
La acción climática, nos ayuda a evaluar nuestro impacto individual y exigir acciones decisivas a los líderes mundiales. El cambio climático, impulsado predominantemente por la actividad humana, ya no es una amenaza lejana; es una realidad que se manifiesta en fenómenos meteorológicos extremos, el deshielo de los polos y la pérdida de biodiversidad. Ignorarlo sería un acto de irresponsabilidad histórica.
Frente a esta encrucijada, es fácil sentirse abrumado y creer que las acciones individuales carecen de significado. Sin embargo, esta percepción es errónea. La transformación global comienza en los hábitos cotidianos de cada persona.
La suma de millones de decisiones conscientes, tiene el poder de generar una presión descendente en la cadena de producción y enviar un mensaje claro al mercado y a los gobiernos.
Conoce 10 acciones que podemos ejercer a favor del cuidado ambiental
La primera, es reducir drásticamente el consumo de carne, especialmente la roja. La industria cárnica es una de las mayores emisoras de gases de efecto invernadero. Optar por una dieta basada en plantas, es una de las contribuciones individuales más poderosas para reducir nuestra huella de carbono.

En segundo lugar, debemos optar por la movilidad sostenible. Siempre que sea posible, caminar, usar la bicicleta o recurrir al transporte público en lugar del automóvil privado, reduce significativamente las emisiones de CO₂. Para trayectos más largos, el tren es preferible al avión. Cada vez que elegimos no usar un vehículo de combustión, estamos votando por un aire más limpio.
La tercera acción, es minimizar el consumo de energía en el hogar. Esto implica utilizar bombillas LED, desconectar los electrodomésticos que no se estén usando (evitando el "consumo fantasma"), y optar por fuentes de energía renovable si está a nuestro alcance. Pequeños cambios, como tender la ropa en lugar de usar la secadora, acumulan un ahorro energético considerable.
Cuarto, es fundamental consumir productos locales y de temporada. Al comprar alimentos producidos cerca de nuestro hogar, reducimos la enorme huella de carbono asociada al transporte de mercancías a largas distancias. Además, apoyamos la economía local y consumimos alimentos más frescos y nutritivos.
La quinta acción indispensable es reducir, reutilizar y reciclar, en ese orden de importancia. No se trata solo de separar residuos, sino de generar menos basura. Rechazar los embalajes excesivos, comprar a granel, reparar los objetos en lugar de reemplazarlos y dar una segunda vida a las cosas son prácticas esenciales para una economía circular.

Sexto, debemos conservar el agua. El agua es un recurso escaso y su tratamiento consume mucha energía. Ducharse en lugar de bañarse, cerrar el grifo mientras nos enjabonamos o lavamos los dientes, y reparar las fugas son gestos simples que, multiplicados, tienen un gran impacto en la preservación de este vital recurso.
En séptimo lugar, está el fomentar un consumo consciente. Antes de comprar cualquier cosa, debemos preguntarnos si es realmente necesaria. La cultura del "usar y tirar" es insostenible. Elegir productos de calidad, duraderos y con menor impacto ambiental es un acto de rebeldía contra un sistema que prioriza el beneficio inmediato sobre la salud del planeta.

Octavo, evitar los plásticos de un solo uso es una obligación. Las botellas, bolsas, cubiertos y popotes (pajilla, pitillo, cañita, sorbete, etc) de plástico, son algunos de los mayores contaminantes de los océanos. Sustituirlos por alternativas reutilizables de acero, vidrio o tela es un paso sencillo y tremendamente efectivo.
Noveno, involucrarse y educar sobre el ambiente. La acción climática no termina en casa; es importante conversar con familiares y amigos, participar en iniciativas comunitarias y apoyar negocios y políticas que prioricen la sostenibilidad. La presión social es un motor de cambio poderoso.
La décima acción es exigir responsabilidad a las empresas y a los gobiernos. Como ciudadanos y consumidores, tenemos el derecho y el deber de demandar políticas energéticas limpias, leyes de protección ambiental más estrictas y transparencia en la huella ecológica de los productos que compramos. Nuestro voto y nuestro poder de compra son herramientas de cambio.
Este día, más que una efeméride, es un termómetro de nuestra conciencia colectiva
Adoptar las diez acciones descritas y abogar por la desaparición de los objetos más contaminantes no es un acto de sacrificio, sino de inteligencia y solidaridad intergeneracional. El futuro no está escrito, y su capítulo más crucial lo estamos redactando nosotros, con cada elección consciente que hacemos hoy.