El clima fue clave en el origen de la Revolución Mexicana: este cambio extremo encendió la chispa en 1910

Las condiciones medio ambientales que se presentaron en aquel momento, fueron parte de los elementos que favorecieron y agudizaron el ambiente para el origen del conflicto armado.

Las condiciones del tiempo y la desigualdad social fueron factores determinantes. Imagen tomada de Gobierno de México.

Nuestro país, tiene en su historia diversos acontecimientos que han marcado la vida de sus habitantes a través del tiempo. Dentro del calendario nacional, el 20 de noviembre ocupa un lugar especial pues nos traslada al inicio del movimiento armado que inició en el año de 1910.

El gran movimiento armado terminó con la destitución de Porfirio Díaz y de todo su aparato dictatorial, que lo mantuvo en la silla presidencial por un periodo de 30 años. Para quienes triunfaron en la Revolución, ese momento se convirtió en un acontecimiento de la historia que fijó las bases del moderno Estado mexicano.

Uno de los elementos que fue un factor determinante para el inicio de ese estallido social, fue la presencia de la severa sequía que azotó en aquel tiempo en la República Mexicana. Y aunque las causas principales que dieron origen al conflicto fueron políticas, sociales y económicas, las condiciones del tiempo la estimularon.

El país creció económicamente, aunque se repartió entre unos cuantos. Imagen tomada de Gobierno de México.

Entre los años de 1908 y 1910, en México se vivieron considerables sequías que provocaron la pérdida de cosechas. En aquel tiempo, se vivía gran desigualdad social, se concentró la pertenencia de las tierras en unas cuantas personas y se explotó laboralmente a los que menos tenían.

Falta de lluvias, aumento de precios y crisis agrícola

La poca presencia de lluvias, provocó que un gran número de hectáreas cultivadas de alimentos básicos, como maíz y frijol se perdieran. La cosecha de estos elementos de la dieta y la economía campesina no sucedió, impactando en la economía y vida del sector social popular. La escasez de comida, llevó a un fuerte incremento en los precios de productos básicos.

Nuestro país padeció de considerables sequías entre los años de 1908 y 1910; la limitada presencia de agua provocó la pérdida de miles de hectáreas de alimentos básicos.

Estas condiciones, impactaron sobre todo en el sector social pobre que ya vivían bajo muchas carencias. Además, la escasez de agua y alimentos para el ganado, ocasionó que los animales disminuyeran en cantidad. El desempleo aumentó considerablemente.

Desesperación económica, hambruna, concentración de la tierra

La crisis agrícola desencadenó que miles de jornaleros y campesinos perdieran su trabajo y el sustento. Los problemas se agravaron y agudizaron, cuando las tierras y las haciendas quedaron en manos de unas cuantas personas - llamados hacendados o terratenientes - , quienes se enriquecieron a costa de otros.

Las condiciones medio ambientales fueron un elemento importante. Imagen tomada Archivo histórico del Agua.

Mientras, la mayoría de la población rural fue despojada de sus propias tierras. Pobres y sin tierras, los campesinos fueron los que más padecieron los efectos de la sequía de aquel tiempo. El descontento social se intensificó, en el ambiente de hambruna y desesperación económica.

El descontento se fue incrementando y extendiendo rápidamente. Quienes llamaron a la rebelión, convocaron a una organización social que rápidamente tuvo un amplio respaldo, encendiendo la llama del conflicto en noviembre de 1910.

Gran descontento popular

Este conflicto armado iniciado en 1910, se presentó a consecuencia del descontento popular hacia la dictadura de Porfirio Díaz y que tuvo como consecuencia el estallido de una guerra civil, que transformó drásticamente a las estructuras políticas y sociales de nuestro país.

En la época del Porfiriato, México tuvo un crecimiento económico importante. Aunque, la riqueza quedó repartida desigualmente en las manos de unas cuantas personas mexicanas y otras de origen extranjero. No existía la libertad: el pueblo no podía elegir a ningún representante dentro de los poderes estatales o federales.

Despojo de tierras y sin libertad de expresión

A pesar de estar en contra de la reelección, Porfirio Díaz permaneció en el poder por un espacio de más de 30 años. En aquel tiempo se hicieron una serie de reformas a las leyes, permitiendo que empresas extranjeras se adueñaran de “terrenos baldíos”, los cuales pertenecían a indígenas o campesinos que no tenían dinero para trabajarlas.

Quienes llamaron a la rebelión, convocaron a una organización social que rápidamente tuvo un amplio respaldo, encendiendo la llama del conflicto en noviembre de 1910.

Como consecuencia, estos eran despojados de sus propiedades. Las haciendas fueron creciendo en extensión territorial y pertenecían a unos cuantos propietarios; mientras la mayoría de los mexicanos tenían hambre y morían en condiciones muy pobres.

Sobre explotación laboral y brutal represión

Las condiciones laborales eran pésimas: la mayoría de los trabajadores debían cumplir jornadas de más de 12 horas, a cambio de un mínimo sueldo de 75 centavos. Cuando trataban de organizarse para manifestar su inconformidad, eran reprimidos brutalmente. El 80 % de la población era analfabeta.

La prensa tenía prohibido emitir generar cualquier tipo de comunicado o publicación que expresara algún comentario u opinión en contra del gobierno. Además, las huelgas estaban prohibidas para todos los sectores laborales y sociales. En este ambiente, la sequía tuvo un papel importante pues aceleró el proceso del inicio armado.