El clima también luchó: cómo la meteorología influyó en las campañas de la Revolución y pudo cambiar la historia

En el campo de batalla la información meteorológica es muy necesaria para planificar las futuras operaciones. En regiones donde la logística se enfrentaba a escasez de agua e inundaciones, las decisiones estratégicas también se tomaban mirando hacia el cielo.

revolución
Varios historiadores coinciden que las condiciones meteorológicas y climáticas pudieron tener un rol en contra del Ejército Federal y cambiar el rumbo de la Revolución.

Cuando pensamos en la Revolución Mexicana, solemos pensar en columnas de guerrilleros avanzando, operaciones encubiertas, decisiones políticas y movimientos sociales. Pero hay un protagonista silencioso que también tuvo un papel dominante, las condiciones meteorológicas extremas, desde lluvias torrenciales e inundaciones, hasta sequía y calor sofocante.

Desde que el hombre apareció el tiempo atmosférico ha venido influyendo en su vida y en sus actividades. En la actualidad la existencia de radares, satélites y modelos meteorológicos, hace que la información vaya más allá de nuestro alcance visual.

En el campo de batalla la información meteorológica es muy necesaria para planificar las futuras operaciones. A lo largo de la historia hay muchísimos ejemplos de cómo algunos acontecimientos meteorológicos favorecieron o no algunas batallas.

Por ejemplo, en la Campaña de Crimea en 1854, un ciclón extratropical que había atravesado el centro de Europa, tomó desprevenida a la escuadra aliada que operaban frente a Rusia en el Mar Negro, desmantelando varios navíos y hundiendo a varios.

Zapatista
La campaña zapatista se desarrolló en un terreno complejo: selvas, quebradas y ríos, que en la época de lluvia se transforman.

El científico francés Leverrier demostró que si se hubiera tenido información a través del incipiente telégrafo de Morse, se habría podido avisar a los barcos y evitar la catástrofe. Así surgieron en París los primeros mapas del tiempo basados en concentrar y analizar la información de varios observatorios de Europa.

Ello permitía trazar las isobaras y determinar la posición y posterior evolución de borrascas y anticiclones. La predicción meteorológica se fue haciendo imprescindible para la planificación estratégica de las operaciones y la táctica de llevarlas adelante.

Y en la Revolución Mexicana, ¿las condiciones meteorológicas y climáticas qué papel jugaron?

Varios historiadores coinciden que estas condiciones pudieron tener un rol en contra del Ejército Federal y cambiar el rumbo de la Revolución. En regiones donde la logística se enfrentaba a la escasez de agua e inundaciones, las decisiones estratégicas también se tomaban mirando hacia el cielo.

Morelos: lluvias torrenciales, suelos anegados y una ventaja para el zapatismo

La campaña zapatista se desarrolló en un terreno complejo: selvas, quebradas y ríos, que en la época de lluvia se transforman. De junio a octubre las lluvias son abundantes, las tormentas provocan crecidas súbitas, caminos intransitables y suelos convertidos en un lodazal.

Para las tropas federales esto era un problema serio. Las columnas militares, acompañadas de artillería y caballos, quedaban atascadas en los caminos enlodados y en los arroyos desbordados. Los puentes improvisados se dañaban y las rutas se volvían imposibles de transitar.

Los zapatistas tenían ventaja ante este escenario. Conocían su territorio como la palma de su mano, podían moverse por caminos inundados y emboscar a las tropas que avanzaban lentamente debido al lodo y a las crecidas. La baja visibilidad y la humedad densa de la vegetación también jugaba un papel a favor de los guerrilleros.

Sonora y el norte: calor extremos, sequía y la logística imposible

Mientras en el sur padecían inundaciones, en el norte se enfrentaban al calor extremo y a la falta de agua. Las campañas de División del Norte, comandadas por Pancho Villa, los combates se libraron en entornos dominados por el desierto y temperaturas de más de 40 °C durante el verano.

desierto
La División del Norte, famosa por su movilidad, conocía la ubicación de los puntos donde podían abastecerse.

El calor extremo afectaba las largas marchas agotadoras, las tropas avanzaban bajo un sol implacable, reduciendo su ritmo y el aumento de la fatiga. Además, los caballos carecían de agua y pasto abundante para alimentarse. Otro factor limitante eran las tormentas de arena que reducían la visibilidad.

La Revolución también se libró con nubes, sol abrasador, sequía y lluvias torrenciales.

En zonas como el desierto de Altar o la llanuras de Chihuahua,la meteorología dictaba cuanto podía avanzar una columna, cuando debía detenerse y cuanta capacidad tiene para sostener una ofensiva. La División del Norte, famosa por su movilidad, conocía la ubicación de los puntos donde podían abastecerse.