¡Una de las aves más pesadas de la Tierra puede automedicarse!

Los investigadores analizan la evidencia que prueba la automedicación en aves de Asia y África. Esta especie es considerada el ave voladora más pesada de la Tierra.

Ave voladora más pesada
El ave voladora más pesada puede estar automedicándose con plantas medicinales.

La especie Otis Tarda o Avutarda es considerada el ave más pesada que vive en condiciones de volar, y con mayor diferencia de tamaño entre los sexos. Su peso, en algunos casos, puede alcanzar los 15 kilos. Su ritual de apareamiento se realiza a través de una especie de espectáculo que los machos realizan para impresionar a las hembras, llamado showbirdship.

Es un ave de gran tamaño, predominante en el continente africano, con una longitud entre 120 y 150 cm para los machos y de 100 a 120 cm para las hembras, y una gran envergadura, que puede variar de 2.45 a 2.80 metros.

Recientemente, un estudio en Frontiers in Ecology and Evolution, sugiere que esta especie está ingiriendo plantas utilizadas en la medicina tradicional, es decir, sería una especie de automedicación en estas aves.

Estas aves buscan dos especies de malas hierbas que también son utilizadas por los humanos en la medicina tradicional. Ambos contienen antiprotozoarios y nematicidas, es decir, la capacidad de matar gusanos, mientras que el último también contiene agentes antifúngicos.

Los humanos no son la única especie que se automedica

Los investigadores sospechan que la automedicación en animales ocurre en animales tan diversos como primates, osos, ciervos, alces, guacamayos, abejas y algunas especies de moscas. Pero aún así, es difícil de probar sin sombra de duda en animales salvajes.

"No podemos comparar tratamientos de control y experimentales. Además, algunas pruebas, que son obligatorias en medicina, son obviamente imposibles en animales salvajes", dijo Bautista, científico del equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.

Las avutardas, clasificadas como vulnerables en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se reproducen en pastizales desde Europa occidental y el noroeste de África hasta Asia central y oriental.

Aproximadamente el 70% de la población mundial de esta especie vive en la Península Ibérica. Las hembras generalmente permanecen fieles al área de distribución donde nacieron durante toda su vida, entre 10 y 15 años.

Al permanecer en la misma región por períodos más largos, corren el riesgo de volver a infectarse. Y los machos necesitan una mayor resistencia durante la temporada de apareamiento, lo que debería causar que sus defensas inmunológicas alcancen niveles bajos.

Planta medicinal para las aves
La planta medicinal que utilizan las avutardas reacciona de forma diferente según el sexo del ave.

Según el estudio, en teoría, ambos sexos de las avutardas podrían beneficiarse de la demanda de plantas medicinales en la época de apareamiento, cuando las enfermedades de transmisión sexual son comunes. Por su parte, los machos que utilizan plantas con compuestos activos contra enfermedades pueden parecer más sanos, vigorosos y atractivos para las hembras.

Las plantas contienen compuestos que matan a los parásitos

Los resultados de la investigación mostraron que dos especies son consumidas por las avutardas con más frecuencia de lo esperado debido a su abundancia: la amapola (Papaver rhoeas) y la víbora roja (Echium plantagineum).

“Las avutardas consumen la amapola y la víbora morada principalmente en la época de celo, en abril, cuando su gasto energético es mayor” – concluye Bautista-Sopelana.

Los resultados muestran que los extractos de ambas plantas son altamente efectivos para inhibir o matar protozoos y nematodos in vitro, mientras que la víbora púrpura también es moderadamente activa contra los hongos. También tienen valor nutricional: los ácidos grasos son abundantes en las semillas de amapola, mientras que las semillas de víbora morada son ricas en aceites comestibles.

De estas dos especies, la primera es evitada por el ganado y se utiliza en la medicina tradicional como analgésico, sedante y refuerzo inmunológico. El segundo es tóxico para los humanos y el ganado si se ingiere en grandes cantidades.

Los investigadores y autores del estudio publicado en Frontiers in Ecology and Evolution, concluyeron que las avutardas son las principales candidatas a aves que buscan plantas específicas para automedicarse. Pero aún así, se necesitan más investigaciones.

Bautista-Sopelana refuerza que la prueba definitiva de la automedicación requiere de protocolos experimentales desarrollados en las ciencias biomédicas, veterinarias y farmacológicas. También reforzaron la importancia del trabajo de campo, y cuantificar la prevalencia de restos de estas plantas medicinales en las heces fecales de diferentes poblaciones de avutardas, podría falsear la hipótesis de automedicación en esta especie.