El tubérculo que combate la inflamación y mejora la digestión: pocos conocen sus beneficios
Lleva el sabor de esta antigua especia a tu hogar, primero cultivándola en tu balcón o en tu jardín y luego utilizándola como ingrediente para mejorar infusiones, enriquecer postres y dar sabor a carnes y sopas.

El jengibre (Zingiber officinale) es una planta herbácea perenne perteneciente a la familia Zingiberaceae, la misma que la cúrcuma y el cardamomo. La parte más utilizada es el rizoma, o raíz, que tiene un sabor picante y ligeramente especiado.
Una antigua especia de origen oriental
El uso de esta planta con fines alimentarios y medicinales se remonta a más de 5,000 años, especialmente en China e India. Llegó a Europa gracias al comercio que el Imperio Romano tenía con Oriente, mientras que posteriormente portugueses y españoles contribuyeron a su difusión en América y África.
Planta fácil de cultivar en casa.
El jengibre crece espontáneamente en regiones tropicales y subtropicales, prefiriendo climas cálidos y húmedos. La parte aérea de la planta tiene hojas largas y estrechas, similares a las del bambú, y puede alcanzar una altura de aproximadamente un metro. La parte más preciada es la raíz subterránea, caracterizada por una forma irregular y un aroma intenso.

Se cultiva principalmente en India, China, Indonesia y Nigeria, pero también se puede encontrar en viveros entre las plantas de jardín. Alternativamente, puedes cultivar nuevas plántulas a partir de la raíz, que se puede comprar en los supermercados, o de sus fragmentos.
El rizoma debe enterrarse a unos 3-5 cm de profundidad, con las yemas hacia arriba, en una maceta que contenga una mezcla de arena y tierra universal. En otoño, cuando las hojas empiezan a amarillear, puedes recoger el rizoma subterráneo, recordando dejar parte enterrado para permitir que la planta vuelva a crecer.
De la medicina tradicional china a la investigación científica
El jengibre se ha utilizado durante miles de años en la medicina tradicional china, especialmente para el tratamiento de náuseas y problemas digestivos, para aliviar los síntomas de resfriados y gripe, para estimular la circulación sanguínea y para aliviar dolores de diversos tipos.
El secreto del jengibre reside en una serie de compuestos bioactivos que le confieren propiedades únicas: los gingeroles son los principales responsables de su sabor picante y, junto con sus derivados, llamados shogaoles, tienen potentes efectos antiinflamatorios y antioxidantes. La zingerona, por otro lado, es un compuesto que se desarrolla durante la cocción y tiene propiedades antináuseas y antimicrobianas.
Fresco, seco, en polvo o confitado
El jengibre se puede utilizar de diferentes maneras, dependiendo de la preparación y la intensidad de sabor deseada. Cada forma tiene características únicas que influyen en el sabor, el aroma y el uso en la cocina.
El rizoma fresco es la forma más aromática y versátil. Tiene un sabor picante y ligeramente cítrico, con una nota de frescura. Adecuado para rallar en tés e infusiones, picar en platos asiáticos como currys, sopas y woks de verduras o añadir a zumos y batidos.

El jengibre seco a menudo se vende en rodajas o trozos deshidratados. Tiene un sabor más intenso que el jengibre fresco, con notas ligeramente ahumadas. Ideal para infusiones, tisanas, decocciones, caldos o guisos.
El polvo de jengibre se obtiene de la raíz seca y molida; Tiene un sabor muy concentrado y es ligeramente más picante que el jengibre fresco..
Finalmente, el jengibre confitado se obtiene cocinando el rizoma en un almíbar de azúcar. Tiene un sabor dulce y picante, con una textura suave y ligeramente masticable.
Recetas
El jengibre es un ingrediente utilizado en postres, infusiones, batidos y platos salados. En las galletas Pan di Zenzero, un gran clásico navideño, el jengibre junto con la canela y la nuez moscada le dan a la galleta un sabor cálido y ligeramente picante, perfecto para acompañar una taza de té.
El té de jengibre y limón es una bebida sencilla, apreciada sobre todo por sus propiedades digestivas y calentadoras.

En los días de verano, sin embargo, el jengibre combinado con piña dulce y otras frutas exóticas es ideal para preparar refrescantes batidos y ensaladas de frutas. En el curry de pollo, el jengibre fresco rallado realza el sabor de las especias, mientras que en las sopas el toque picante y aromático del jengibre combina perfectamente con el sabor dulce de la zanahoria, creando un delicioso contraste.