El último refugio de la tortuga de bolsón: así sobrevive esta especie única en México
El privilegiado sitio se localiza en una región semiárida con temperaturas extremas y precipitaciones que pueden ir de escasas a torrenciales. La especie sobrevive gracias a una ingeniosa técnica.

La tortuga del bosón, cuyo nombre científico es Gopherus flavomarginatus vive a una altitud promedio de 1500 metros sobre el nivel del mar (msnm), aunque en ocasiones se le ha visto en condiciones tan bajas como 1,000 msnm o tan elevadas como 2,000 msnm cerca de laderas volcánicas.
Esta especie se encuentra en la región Neártica y es endémica, particularmente de una parte de la cuenca del Mapimí dentro del gran Desierto Chihuahuense en el norte de la República Mexicana y donde se unen los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua.
Históricamente se le podía observar en el Sur de los Estados Unidos y en la mayor parte del norte y hasta el Centro de nuestro país. El hábitat de estos reptiles es de clima desértico semi – cálido, con temperaturas invernales de alrededor de 2.8 °C y máximas en verano que fluctúan los 36 °C.

La precipitación promedio en su zona de influencia es de 145 milímetros. Respecto a la vegetación característica de su territorio, predomina el matorral desértico micrófilo, matorral desértico en roseta, pastizales y otro tipo de matorrales propios del desierto. Esta especie rastrera habita en laderas de baja pendiente.
Se redujo considerablemente su distribución
Por investigaciones realizadas en la zona, los científicos han identificado que tras el fin del Pleistoceno, hace unos 12,000 años la distribución de esta especie de reptil se redujo considerablemente a la actual. No se sabe con precisión la razón, pero se presupone que quizá tenga que ver la depredación del ser humano y los cambios en los patrones de comportamiento del clima.
Los expertos señalan que, los hallazgos de fósiles de especies extintas de tortugas gigantes y las del bolsón, eran fuente de alimento para el ser humano hacia el final de la última edad de hielo. A partir de entonces, el área de distribución de esta tortuga se limitó al Bolsón de Mapimí.
Un enorme descubrimiento
Para finales de la década de 1950, algunos técnicos que visitaron la zona observaron con curiosidad a unas gallinas comiendo del enorme caparazón de una tortuga; esta era una especie que no era conocida para ellos; particularmente, fue para el año de 1959 que el biólogo John Legler la bautizó bajo el nombre de Gopherus flavomarginatus, por los bordes amarillentos de su caparazón.
En donde se unen los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua, se encuentra la Reserva de la Biósfera Mapimí. Esta es administrada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y es el hábitat de la tortuga del Bolsón, especie endémica de la zona.
Reserva de la Biósfera Mapimí
Esta tortuga emplea una estrategia singular para sobrevivir y mitigar los efectos del calor: además de su proceso evolutivo fisiológico para soportar las altas temperaturas, construye sus madrigueras que pueden llegar a medir hasta 2 metros de profundidad y 15 metros de largo.
Su alimentación es completamente herbívora. Dentro de sus hábitos, dispersa las semillas de pastos en su rango de acción. Además, sus madrigueras proporcionan refugio a un importante número de fauna del desierto, como: liebre, conejo, tecolote llanero, serpientes y algunos invertebrados.
Monitoreo y protección de la especie
A partir del año 2008, las autoridades relacionadas con el medio ambiente y organizaciones internacionales, trabajan en el monitoreo y conservación de su hábitat. Los vecinos de la zona juegan un papel protagónico, colaborando en el manejo y cuidado del entorno.
Con estas acciones, se ha logrado identificar la presencia de por lo menos 28 colonias de tortuga, 1784 madrigueras activas y casi 700 individuos observados. Actualmente se encuentra bajo el estatus de peligro de extinción. En las últimas tres décadas se ha visto disminuida su población hasta en un 50 %.