Un proyecto sin precedentes para enfriar los polos de la Tierra

A medida que se acelera el derretimiento del hielo y los polos de la Tierra experimentan olas de calor sin precedentes para sus latitudes, los científicos proponen un proyecto factible y económico para enfriar el Ártico y la Antártida. ¿Pero es realmente seguro?

Polo norte
El estudio sugiere un enfriamiento de 2 °C de los polos, mientras que las temperaturas del Ártico ya han aumentado 3 °C en los últimos 50 años.

El calentamiento global, el derretimiento del hielo, el aumento del nivel de los océanos, los desastres en serie: los engranajes ahora son bien conocidos. Y preocupante, porque ahora sabemos que los polos de la Tierra se están calentando mucho más rápido que el resto del globo (4 veces más rápido para el Ártico en el Polo Norte).

Sin embargo, un estudio publicado en la revista Environmental Research Communications evoca un proyecto nuevo y a primera vista atractivo: el de enfriar los polos, utilizando aerosoles microscópicos que supuestamente enmascaran el sol. Pero ¿es realmente seguro para las personas y el planeta?

2 °C menos por 11 mil millones de dólares al año

La idea de los científicos detrás del estudio es simple: los aviones rociarían a gran altura, a más de 13 km en la atmósfera, partículas microscópicas de aerosol en latitudes de 60 grados Norte y Sur, aproximadamente al nivel de Anchorage, en Alaska o incluso en el sur de la Patagonia.

Estos aviones cisterna militares realizarían estas inyecciones estacionalmente, en la primavera y principios del verano. Rociar los aerosoles a altitudes muy altas los desplazaría automáticamente hacia los polos, sombreando ligeramente la superficie de abajo. La luz del sol entrante se reduciría así, como bajo una sombrilla gigantesca.

125 aviones cisterna ya estarían operativos y listos para ser utilizados: al rociar estos aerosoles, permitirían una reducción de 2°C en la temperatura media de los polos, devolviéndola casi a su nivel preindustrial. Los costos se estiman en $ 11 mil millones por año. Un proyecto "barato", según los científicos, que, dado el impacto de la temperatura de los polos en la vida humana, podría beneficiar a todo el planeta.

Dióxido de azufre, ¿realmente útil y sin riesgo?

El problema es que los aerosoles microscópicos en cuestión son dióxido de azufre. Y que nadie sabe a largo plazo las consecuencias para la salud de tal operación, mientras que se sabe que el azufre causa problemas digestivos y respiratorios y que afecta a los cultivos e incluso al ciclo del agua.

Es por eso que los científicos planean estas fumigaciones sobre tierras escasamente pobladas y donde la tierra cultivable es escasa o inexistente. También admiten que si el balance riesgo-beneficio ha de dar sus frutos, no puede ser solo en los polos. Los riesgos directos para el 99% restante de la población serían entonces insignificantes.

En sus conclusiones, los investigadores explican que, en cualquier caso, un descenso aunque sólo sea en los polos de la temperatura media sería de interés común para toda la humanidad. "Es aspirina, no penicilina. No es un sustituto de la descarbonización", dice el autor principal, Wake Smith. En otras palabras, una herramienta útil, pero no la solución para salvar el planeta.