Video viral: más de 130 centímetros de nieve en pocas horas en los Alpes ligures, Italia
Una nevada intensa y persistente tiño de blanco profundo los Alpes ligures. Con acumulaciones excepcionales y cierres preventivos en el noroeste de Italia, el invierno llegó intenso a la Navidad italiana.
La calma previa a la Nochebuena (Vigilia di Natale) se rompió abruptamente en el noroeste de Italia. El invierno comenzó a asentarse con fuerza en una región donde forma parte de la cotidianidad, casi más como riesgo que como postal. Y entre el 23 y el 24 de diciembre recordó cómo el relieve y el clima se sincronizan a ritmo de villancicos.
El episodio inició la noche del 23, alcanzando el clímax y las mayores acumulaciones en la madrugada y primeras horas del 24 de diciembre. Afectó sectores elevados de Liguria occidental y el suroeste del Piamonte, en la región conocida como los Alpes ligures. Ahí, donde la interacción entre el mar Mediterráneo y el relieve alpino suele intensificar los fenómenos invernales.
Sin embargo, la rapidez y magnitud de esta nevada la convierten en un evento poco común, incluso en una zona donde los inviernos intensos son habituales. La acumulación súbita elevó inmediatamente el riesgo de avalanchas, uno de los peligros más serios asociados a este tipo de episodios meteorológicos.
Como medida preventiva, se cerraron infraestructuras clave. El túnel de Tenda, que conecta Italia con Francia a través de los Alpes, fue clausurado temporalmente, al igual que pasos de montaña como el Colle della Maddalena. Se cerraron carreteras y algunas localidades quedaron temporalmente incomunicadas.
Y todo esto en la antesala de Nochebuena, justo cuando aumentan los desplazamientos familiares en Italia. Más allá del impacto visual, el episodio dejó claro que el invierno alpino va mucho más allá de la blanca e imponente postal. Allí es presencia, una que cuando se activa puede alterar la cotidianidad en horas y obligar a que incluso los planes natalizi más esperados tengan que esperar.
Cuando el Mediterráneo y los Alpes se alinean
La fuerte nevada vino de la mano de una configuración muy eficiente para generar precipitaciones intensas en zonas alpinas. Una baja presión activa en el Mediterráneo occidental canalizó aire muy húmedo hacia el norte de Italia, alimentado directamente por la superficie relativamente templada del mar.
Al avanzar hacia el continente, ese flujo húmedo chocó con la barrera natural que constituyen los Alpes ligures y se vio forzado a ascender rápidamente, enfriándose y condensándose. Esto no solo intensificó las precipitaciones, sino que en presencia de aire frío en niveles medios y altos de la atmósfera, gran parte de esa precipitación se transformó en nieve.
Este proceso, conocido como forzamiento orográfico, explica por qué las nevadas más copiosas se concentraron en áreas concretas y por qué las acumulaciones fueron tan elevadas en un intervalo de tiempo tan corto. La persistencia del flujo durante varias horas consecutivas impidió que el sistema perdiera intensidad, favoreciendo una acumulación continua de nieve.
Los avisos emitidos por el sistema europeo MeteoAlarm, en coordinación con la Protección Civil (Protezione Civile) italiana, ya advertían de la posibilidad de nevadas intensas, hielo y viento fuerte en el noroeste de Italia durante estas fechas. En regiones montañosas, estos factores combinados aumentan significativamente el peligro, incluso después de que cesa la precipitación.
Precauciones ante frío extremo y tormentas invernales
Eventos como este subrayan la importancia de no subestimar las tormentas invernales, especialmente en regiones montañosas. Se recomienda evitar desplazamientos innecesarios durante episodios de nieve intensa y consultar siempre los avisos meteorológicos oficiales antes de viajar.
En zonas afectadas por acumulaciones rápidas de nieve, el riesgo de avalanchas puede ser elevado durante días. Por ello, es fundamental respetar los cierres de carreteras, pasos de montaña y senderos, así como las restricciones al tránsito establecidas por los órganos de Protección Civil.
El frío extremo asociado a estas situaciones también supone un riesgo para la salud. Se debe mantener una protección térmica adecuada; limitar la exposición prolongada al aire libre y prestar especial atención a las personas vulnerables, como adultos mayores y niños. Además, en viviendas de montaña, hay que revisar sistemas de calefacción y evitar el uso de fuentes de calor inseguras.
Aunque las imágenes de grandes nevadas puedan resultar fascinantes, detrás de ellas existe un contexto de riesgo real. La combinación de nieve abundante, viento y temperaturas bajas exige preparación, información y prudencia. En los Alpes el invierno no se contempla, se gestiona. Incluso en fechas de reencuentro y calma, la atmósfera impone su propio ritmo.