La mitología de las constelaciones: la princesa Andrómeda
El mito de la princesa Andrómeda es uno de los más bellos, tanto que existen seis constelaciones que representan su historia en el cielo. Tras presentar a los personajes, en este último artículo contamos la historia completa.

El mito de Andrómeda debió ser muy preciado, con hasta seis constelaciones que describen su historia. Gran parte del cielo boreal estaba dedicado por completo a este acontecimiento mitológico. En una serie de artículos anteriores, presentamos a los personajes de esta leyenda.
Andrómeda en la mitología
En la mitología griega, Andrómeda era una princesa, hija de Cefeo, rey de Etiopía, y su esposa, la reina Casiopea. Casiopea también era conocida por su naturaleza arrogante y vanidosa.
Un día, Casiopea se jactó de su propia belleza y de la de su hija Andrómeda, creyéndola superior incluso a la de las nereidas. Estas eran ninfas marinas que formaban parte del séquito del dios del mar, Poseidón. Fue este acto de vanidad el que dio inicio a la serie de eventos que posteriormente inmortalizaron el mito de Andrómeda.
Para castigar a Casiopea, Poseidón envió al monstruo marino Ceto a asolar las costas de Etiopía, matando hombres y ganado, y devastando la campiña del reino. Impotente y consternado ante tan inesperada destrucción, ignorante de su causa, presionado por sus súbditos, el rey Cefeo consultó el oráculo. Allí, supo de la ira de Poseidón y de que la única manera de detener a Ceto era sacrificar a su hija Andrómeda al monstruoso Ceto.
Llevada al mar, Andrómeda fue encadenada a una roca y luego devorada por Ceto. Sin embargo, fue avistada desde el cielo por el héroe Perseo, quien, montado en su caballo alado Pegaso, regresaba de una importante misión. Había luchado contra las Gorgonas y había matado a tres Medeas, cortándoles la cabeza y guardándolas en un saco mágico como prueba de su triunfo.
Tras descender a la roca, tras enterarse por la propia Andrómeda del motivo de su encadenamiento, y no sin antes haber recibido la promesa de que, una vez rescatada de las fauces de Ceto, se convertiría en su esposa, Perseo derrotó a Ceto mostrándole la cabeza de Medusa, que, como era sabido, tenía el poder de petrificar a cualquiera que la contemplara.
Del matrimonio de Andrómeda y Perseo, Perseo tuvo un hijo, Perses, quien heredó el reino de Cefeo, al no tener herederos varones, asegurando así la continuidad de la dinastía.
Andrómeda en la astronomía
Andrómeda es una de las constelaciones más antiguas, entre las 48 enumeradas por Ptolomeo (astrónomo, astrólogo y geógrafo egipcio del siglo II d. C.) en su obra Almagesto.

Es una constelación circumpolar del norte visible durante todo el año desde latitudes septentrionales por encima del Trópico de Cáncer. Sin embargo, el mejor momento para observarla es entre septiembre y enero.
Entre los objetos más interesantes de la constelación de Andrómeda se encuentra la galaxia de Andrómeda. Es una galaxia espiral barrada (igual que la nuestra) y se encuentra entre las más cercanas a la nuestra, visible incluso a simple vista en noches particularmente oscuras.
En la constelación de Andrómeda existen numerosas estrellas variables de diversa naturaleza, como las Míreidas de Andrómeda R y W (un tipo de estrella cuyo tamaño varía periódicamente, lo que produce variaciones de brillo de varios órdenes de magnitud); y binarias eclipsantes, como Lambda y Zeta Andrómeda (estrellas que pasan una frente a la otra en sus órbitas, eclipsando parte de sus discos).
La constelación también alberga sistemas planetarios como U Andrómeda, alrededor del cual se han descubierto hasta la fecha cuatro exoplanetas gaseosos de tipo Júpiter.
Visibilidad de la constelación
La constelación de Andrómeda es claramente visible todas las noches desde julio hasta principios del invierno en dirección noreste. A finales de agosto, sale al amanecer por el noreste y, en diciembre, se orienta exactamente hacia el norte al amanecer.

Debido a la rotación de la Tierra, las constelaciones, junto con toda la esfera celeste, giran alrededor del Polo Norte durante la noche. Sin embargo, debido a la revolución de la Tierra alrededor del Sol, incluso observando a la misma hora de la noche, su posición en el cielo cambia semanalmente (se mueven en sentido antihorario).
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