Aquí está el hidrógeno blanco, según los expertos, una fuente de energía limpia y barata lista para ser explorada

El mundo se enfrenta a un desafío energético sin precedentes. Mientras las fuentes renovables, como la solar y la eólica, avanzan, los científicos han identificado una alternativa prometedora: el "hidrógeno blanco". Encontrado en vastas reservas bajo nuestros pies, comienza la carrera por encontrarlo.

A medida que avanzan las fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, los científicos han identificado una alternativa prometedora: el "hidrógeno blanco". Conozca sus ventajas y desventajas.

El hidrógeno se ha promocionado como el "combustible del futuro". Solo emite calor y agua al quemarse, lo que lo convierte en una alternativa atractiva a los combustibles fósiles. Sin embargo, la mayor parte de la producción de hidrógeno actualmente depende del gas o el carbón, en procesos que emiten grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2).

El hidrógeno, la molécula más pequeña, simple y ligera de la Tierra, se utiliza principalmente en las industrias de refinación y química, como en la producción de amoníaco para fertilizantes. La gran mayoría de este hidrógeno se produce a partir del gas metano contaminante o de la gasificación del carbón.

Pero ya existen otras formas de producir hidrógeno con menores emisiones de carbono. El "hidrógeno verde", producido a partir de energías renovables, es una alternativa prometedora pero costosa.

El "hidrógeno azul", producido a partir de combustibles fósiles y que utiliza la captura y almacenamiento de carbono para reducir las emisiones, es otra alternativa, pero también presenta importantes inconvenientes.

¿Y si existiera una forma de eliminar por completo estos procesos de producción?

La Tierra posee vastas reservas de hidrógeno natural que pueden extraerse del suelo. Un descubrimiento masivo del llamado "hidrógeno blanco" en Francia a principios de este año despertó el entusiasmo por su potencial como fuente de energía limpia, económica y renovable.


El "hidrógeno blanco" podría surgir como una alternativa natural al "hidrógeno verde", que se considera prometedor pero caro.

El "hidrógeno blanco", también conocido como hidrógeno natural, es una forma de este elemento que se encuentra abundantemente en el subsuelo. A diferencia del hidrógeno producido industrialmente, que depende de hidrocarburos y genera emisiones de CO2, el "hidrógeno blanco" está completamente libre de emisiones.

Este hidrógeno "geológico" se produce de forma natural cuando el agua subterránea entra en contacto con rocas ricas en hierro, en un proceso conocido como serpentinización. Debido a su ligereza, el hidrógeno suele filtrarse en rocas porosas y grietas, y eventualmente asciende a la atmósfera si no se consume primero en reacciones subterráneas o es ingerido por microbios subterráneos.

Sin embargo, en algunos entornos geológicos, el hidrógeno puede quedar atrapado bajo rocas con baja permeabilidad, como la sal o las rocas de esquisto, creando una capa protectora bajo la cual el gas puede acumularse. Son estas bolsas de hidrógeno a gran profundidad las que los exploradores esperan que sean viables para la extracción comercial.

Un recurso difícil de explorar

Según un estudio realizado en 2024 por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), podría haber entre mil y diez billones de toneladas de hidrógeno bajo tierra, con un estimado de 5.6 billones de toneladas atrapadas en formaciones geológicas.

Aunque la mayor parte del hidrógeno natural se encuentra en lugares inaccesibles, se han descubierto yacimientos en Australia, Europa del Este, Francia, Omán, España, Estados Unidos y Mali. Sin embargo, se cree que si tan solo el 2% de este "hidrógeno blanco" fuera recuperable, podría satisfacer la demanda mundial durante unos 200 años.

Al menos sesenta empresas han declarado públicamente que están explorando el "hidrógeno blanco", con inversiones estimadas en 1000 millones de dólares.

Cadenas montañosas como los Alpes y el Himalaya se consideran objetivos potenciales principales para explorar esta fuente de energía.

Su explotación sigue siendo un misterio. El único lugar donde se extrae "hidrógeno blanco" de la Tierra es la aldea de Bourakebougou, en el oeste de Mali. El destino de la comunidad local cambió en 1987, cuando el cigarrillo de un trabajador que quemaba un pozo de agua provocó una pequeña explosión al asomarse por el borde. Posteriormente, se encontró hidrógeno casi puro en el fondo del pozo, que ahora se utiliza para generar electricidad para la aldea.

Inodoro, incoloro e insípido, el hidrógeno es difícil de detectar sin una búsqueda específica. Pero a principios de 2025, un equipo de geólogos anunció haber encontrado una pista sobre dónde empezar a buscar.

Mediante simulaciones de procesos tectónicos de placas, demostraron que las rocas empujadas hacia la superficie durante la formación de montañas podrían ser focos de "hidrógeno blanco". Los investigadores identificaron cordilleras que se extienden desde los Alpes hasta el Himalaya como posibles objetivos de exploración.

Evidencia insuficiente sobre su verdadera viabilidad como recurso renovable a gran escala

Aunque la exploración del "hidrógeno blanco" está cobrando impulso, aún no se han encontrado yacimientos comercialmente viables. En su revisión global del hidrógeno de 2024, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), describió la tecnología de producción de "hidrógeno blanco" con una puntuación de cinco sobre nueve en su escala de preparación tecnológica.

Según algunos científicos, aún no hay evidencia suficiente para demostrar que el "hidrógeno blanco" sea un recurso renovable para su uso a gran escala. Esto se debe a que no está claro si el hidrógeno se genera con la suficiente rapidez como para reemplazar el que se puede extraer de los yacimientos.

También es improbable que el hidrógeno producido naturalmente se encuentre donde se necesita, y el hidrógeno es difícil de transportar y almacenar. Otra desventaja está relacionada con los impactos climáticos, que podrían contrarrestar algunos de los beneficios de reemplazar los combustibles fósiles.

Los yacimientos de hidrógeno pueden contener metano, lo que podría anular los beneficios del "hidrógeno blanco" a menos que se capture. Además, una vez en la atmósfera, el hidrógeno compite con el metano por el hidroxilo, un compuesto que descompone las moléculas de metano. Esto significa que cualquier hidrógeno que se escape durante la extracción también haría que el metano perdure más tiempo en la atmósfera y causaría aún más calentamiento.