Descubren un nuevo color pero tus ojos no pueden verlo: así es "Olo", el color imposible de ver

"Olo" el nuevo color con una saturación sin precedentes, ha sido observado por cinco personas en el mundo gracias a una innovadora técnica que permite ver más allá de la gama de percepción cromática del ser humano.

El descubrimiento de “olo” se llevó a cabo utilizando una tecnología avanzada en el laboratorio.
El descubrimiento de “olo” se llevó a cabo utilizando una tecnología avanzada en el laboratorio.

Un grupo de científicos lograron un avance asombroso al descubrir un nuevo color. Lo llamaron “olo” y lo describen como un tono verde increíblemente saturado. Pero este color no es accesible para la mayoría de las personas bajo condiciones normales; solo un grupo muy limitado de individuos fue capaz de verlo.

En el artículo publicado en Science Advances, explica que los investigadores afirman haber trascendido ese espectro familiar y conocido mundo de colores. El ojo humano normal solo puede percibir una cantidad limitada de colores. Se estima que poco menos de 10 millones.


Sin embargo, los investigadores explicaron que utilizaron un láser preciso para estimular las retinas de cinco voluntarios, convirtiéndolos en los primeros humanos en ver este verde azulado increíblemente saturado, un color fuera de nuestro rango visual.

Se detalla en el artículo Scientific American, que la retina humana contienen tres tipos de conos, fotorreceptores que detectan las longitudes de onda de la luz. Los conos S captan longitudes de onda relativamente cortas, que percibimos como azul.

este hallazgo abre nuevas perspectivas para la investigación en ciencias visuales.
Este hallazgo abre nuevas perspectivas para la investigación en ciencias visuales.

Los conos M reaccionan a longitudes de onda medias, que percibimos como verde. Y los conos L se activan con longitudes de onda largas, que percibimos como rojo. Estas señales rojas, verdes y azules viajan al cerebro, donde se combinan para formar la visión a todo color que experimentamos.

Este nuevo color tiene una saturación sin precedentes, ha sido observado por sólo cinco personas en todo el mundo gracias a una innovadora técnica que permite ver más allá de la gama de percepción cromática natural del ser humano.

Para llegar a este descubrimiento se logró gracias a una innovadora técnica que emplea láseres altamente especializados que logran estimular de manera selectiva los fotorreceptores del ojo humano, a este sistema se llama "Oz Vision System" también conocido como "OZ".

El funcionamiento de esta técnica es que en lugar de utilizar el tradicional método de mezcla de colores, controla con precisión la distribución espacial de la luz en la retina mediante microdosis de láser.

Según los resultados publicados en el estudio, los voluntarios calificaron sistemáticamente la saturación de "olo" con un 4 sobre 4, en comparación con una media de 2.9 para los colores casi monocromáticos de la misma tonalidad.

Pero ¿por qué le pusieron por nombre "olo"?

"Olo" representa el código binario 010, indicando que, entre los tres tipos de conos fotorreceptores del ojo (los de longitud de onda larga (L), media (M) y corta (S), solo se activan los conos M, responsables de captar las longitudes de onda medias (en torno al verde), algo imposible en la visión natural debido a que cualquier color que percibimos activa al menos dos tipos de conos simultaneos.

“Olo” se parece a un verde agua mucho más intenso. Para los investigadores, este descubrimiento no se trata solo de un nuevo color, sino que es una nueva forma de percibir el mundo. La saturación y la intensidad de “olo” son tan inusuales que no pueden ser replicadas en pantallas ni en el entorno natural.

Algunos especialistas coinciden en que la visión de “olo” sigue siendo un fenómeno de laboratorio, pero sin descartar aplicaciones futuras. Algunos sugieren que la tecnología Oz utilizada en el experimento podría ser útil para personas con daltonismo. Esta tecnología permitiría mejorar su capacidad para distinguir colores y enriquecer la forma en que experimentan el mundo.

Este fenómeno, que no puede ser replicado en pantallas, pinturas ni capturado en fotografías, marca un hecho sin precedente en la investigación sobre la forma en que nuestro cerebro interpreta el mundo visual.