El poder de la Climatología: cómo la Estadística Multivariante separa lo humano de lo natural en el calentamiento global

Este 20 de octubre, Día Mundial de la Estadística, exploremos cómo la climatología pasa de analizar múltiples factores a distinguir lo humano de lo natural en el calentamiento global.

estadistica; ONU; Dia Mundial; ciencia de datos; climatologia
Datos fidedignos y colaboración mundial en materia de estadísticas: impulsores de la toma de decisiones informadas, el desarrollo sostenible y el progreso mundial.

Entre datos, promedios, barras y probabilidades, se redescubre el mundo. Y esto es estadística. Por la que sabemos que el sábado es el día menos común para nacer, que hay relación entre la temperatura y la frecuencia con la que chirría un grillo y que el récord oficial de la temperatura del aire más alta del planeta (56.7 °C), se registró el 10 de julio de 1913 en el Valle de la Muerte, California.

Una ciencia que descubre patrones, define lo anómalo y también lo normal. Y aunque el término Estadística se acuñó oficialmente en 1749 en Alemania, desde mucho antes los humanos ya pensaban estadísticamente. Las civilizaciones antiguas contaban cosechas, nacimientos, lluvias o estrellas. Cada intento por entender la regularidad en lo que ocurre es, esencialmente, estadística.

Desde el 2010, cada cinco años, se celebra el Día Mundial de la Estadística (20 de octubre), para recordar que los datos y las estadísticas oficiales son herramientas clave para comprender nuestra realidad, tomar decisiones informadas y conducir transformaciones efectivas.

Y sí, conmemoramos la Estadística cada cinco años. Un evento cuya periodicidad no se define por vueltas al Sol, sino por el tiempo que tardamos los humanos en mejorar la manera de entendernos a través de los números. Porque cinco años permiten medir progreso, no solo celebrarlo.

Una celebración paciente, que da tiempo para mostrar avances reales en la calidad de los datos, la innovación y la cooperación internacional. Mientras, reafirma lo crucial de las estadísticas en el progreso mundial. Una ciencia fundamental para abordar retos globales como el mantenimiento de la paz, el desarrollo sostenible, el cambio climático y la salud pública.

climatologia; altas temperaturas; cambio climatico; accion climatica; ONU; datos; ciencia
La estadística es fundamental para estudiar el calentamiento global, sus causas y evolución.

Este 20 de octubre, bajo el lema Impulsar el cambio con estadísticas y datos de calidad, y tras la década más cálida jamás registrada, hablemos de cómo, dentro de la climatología, la estadística multivariante es nuestro superpoder para separar lo humano y lo natural en términos de calentamiento global.

Censar al clima

La climatología estudia los patrones del clima, su variabilidad y las influencias que sobre él tienen tanto los procesos naturales como las actividades humanas a lo largo del tiempo. Pero los fenómenos climáticos son complejos. Antes, bastaba ver si el mercurio subía o no para decir si el planeta se calentaba. Hoy, el termómetro no es suficiente.

La estadística multivariante es el conjunto de métodos estadísticos diseñados para analizar simultáneamente varias variables que están relacionadas entre sí.

Variables como temperatura, precipitación, gases de efecto invernadero, radiación solar, corrientes, aerosoles, uso del suelo, etc., interactúan entre sí. Y la evolución del clima se escribe en ecuaciones, matrices y modelos que las combinan. Aquí entra la estadística multivariante: el conjunto de métodos diseñados para analizar simultáneamente varias variables relacionadas entre sí.

¿Para qué? Pues la estadística multivariante permite observar todos esos factores juntos. Gracias a ella, se pueden detectar patrones comunes, relaciones y qué es lo que domina la variabilidad. Es la ciencia de mirar muchas cosas al mismo tiempo y encontrar el orden dentro de un aparente caos.

estadistica; climatologia; especialista; analisis; satelite; calentamiento global
La ciencia del clima es hoy una ciencia de datos.

Se usa para extraer relaciones ocultas entre variables; por ejemplo, cómo la concentración de CO₂ y la radiación solar se relacionan e influyen en la temperatura promedio global. También, permite separar tendencias humanas del “ruido” natural, hacer predicciones robustas a largo plazo y definir qué tan confiables son.

La huella humana

Gracias a estos métodos, podemos hacer estudios de atribución climática y comparar lo que habría pasado sin humanos con lo que está ocurriendo con nosotros dentro del sistema climático. ¿Cómo? Vamos por partes:

  1. Se identifican múltiples variables predictoras —es decir, lo que influye— como emisiones de CO₂, cambios en uso del suelo, aerosoles, variabilidad solar, El Niño, oscilaciones del Atlántico, etc. y una variable o conjunto de variables de respuesta —lo que cambia—, por ejemplo, la temperatura del planeta.
  2. Se desarrollan modelos que ayudan a medir cuánto aporta cada factor al cambio observado. Por ejemplo, análisis de regresión múltiple o componentes principales que pueden detectar los patrones dominantes del clima, y separar la señal humana del ruido natural.
  3. Mediante técnicas que analizan cómo evolucionan las variables en el tiempo, los investigadores pueden estimar cuántos grados del calentamiento actual se deben a las emisiones humanas y cuánto es variabilidad natural. Así, distinguen entre lo que el hombre provoca versus lo que la naturaleza haría de todas formas.
  4. Finalmente, se validan los resultados. La estadística multivariante permite validar los modelos con datos históricos, ponerlos a prueba bajo distintos escenarios y medir cuánta confianza podemos tener en sus conclusiones, algo vital para la política climática.

Estos análisis han mostrado que la mayor parte del calentamiento, en las últimas décadas, no se explica únicamente por cambios naturales. Aunque la naturaleza hace lo suyo —con ciclos solares, oscilaciones oceánicas, atmosféricas o volcánicas—, se necesita la firma humana (emisiones de gases de efecto invernadero, deforestación, urbanización, etc.) para que las cifras cuadren.

¿Por qué importa?

El lema “Impulsar el cabio con estadísticas y datos de calidad” lo resume. No es posible un cambio sin conocimiento confiable. Para impulsar transformaciones reales —no solo climáticas— necesitamos datos de calidad, bien analizados y accesibles para todos. Hoy, cuando todo se comparte sin filtro y domina la desinformación, la estadística rigurosa es guía.

En cuestiones de política y acción climática permite que los gobiernos y ciudadanos comprendan la magnitud del problema, y entiendan qué es y qué no es cambio climático. Mientras, da soporte a políticas efectivas y ayudan a que comunidades más vulnerables puedan planificar y adaptarse frente al riesgo.

No olvidemos que las cifras cuentan historias, muestran posibilidades, y nos desafían a actuar. Y contra el calentamiento global, el arma más poderosa es el conocimiento oportuno respaldado por información confiable y análisis rigurosos. El planeta habla en datos. E incluso el clima tiene sus cuentas claras. Y aquí, cuentas claras, conservan vidas.