La compasión trae satisfacción: las investigaciones demuestran un efecto positivo en la salud mental
Especialmente en Navidad, se recurre cada vez más a la caridad, en un sentido más amplio, a la compasión por los demás. Esto se debe a que quienes tratan a los demás con compasión no solo hacen el bien, sino que también fortalecen su propio bienestar. Un nuevo estudio lo demuestra.

¿La compasión por los demás te hace más feliz? Si bien se ha demostrado que el autocuidado está vinculado a la salud mental, la investigación sobre los efectos psicológicos de la compasión ha sido escasa durante mucho tiempo. Un estudio de la Universidad de Mannheim ha abordado esta deficiencia.
El equipo de investigación, dirigido por Majlinda Zhuniq, la Dra. Friedericke Winter y la profesora Corina Aguilar-Raab, analizó un total de 54 efectos potenciales de más de 40 estudios, con un resultado relativamente claro: las personas que responden con empatía al sufrimiento ajeno, ofrecen apoyo o desean ayudar, reportan, en promedio, una mayor satisfacción vital. Experimentan emociones más positivas y un mayor sentido de propósito en la vida.
Esto es particularmente evidente en el bienestar psicológico, que abarca aspectos como el desarrollo personal, la autoaceptación, el sentido de propósito y las relaciones positivas. Las dimensiones cognitivas y sociales del bienestar también se benefician del comportamiento compasivo hacia los demás. Los resultados se publicaron en la revista Scientific Reports.
Innato en la psique humana
Menos pronunciada, pero aún perceptible, es la conexión con la reducción del estrés, la tristeza o la tensión interna. Si bien la compasión no reduce automáticamente estas cargas, los datos al menos indican leves efectos positivos.
Sorprendentemente, la conexión entre la compasión y el bienestar se produce independientemente de la edad, el género o la religión. Ya sea joven o mayor, mujer u hombre, religioso o no, el efecto positivo se observó en todos los grupos estudiados. Esto sugiere que la compasión es fundamentalmente inherente a la psique humana.

Sin embargo, para comprender plenamente los mecanismos precisos en juego, se necesitan más estudios a largo plazo bien controlados, afirman los investigadores. En particular, la cuestión de si la compasión aumenta el bienestar a largo plazo o si las personas que ya están satisfechas son simplemente más propensas a comportarse con compasión, sigue sin resolverse.
Entrenamiento activo posible
Estudios sobre entrenamiento específico para la compasión demuestran cómo la causa y el efecto se vinculan en la compasión. El equipo analizó formas específicas de meditación y ejercicios diseñados para promover la compasión. En este caso, también se observó una mejora moderada del bienestar.
Los resultados sugieren que la compasión puede cultivarse activamente y no es simplemente un subproducto de la salud mental. Si bien la evidencia aún es preliminar, los posibles beneficios para la prevención y la promoción de la salud ya son evidentes.
Majlinda Zhuniq, estudiante de doctorado, Cátedra de Psicología Clínica, Universidad de Mannheim, primera autora
En concreto, los autores proponen programas educativos, proyectos sociales u oportunidades de formación digital que fortalezcan la compasión en la vida cotidiana. Estos podrían incluir programas escolares, cursos de educación para adultos o cursos en línea de fácil acceso.
Si los resultados se confirman en estudios posteriores, esto también podría tener implicaciones sociales. Una mayor compasión podría mejorar las relaciones sociales más allá del ámbito individual y fortalecer la convivencia en general. En una época de creciente tensión social, esto tendría una importancia considerable.
Referencia de la noticia
Compassion for others and well-being: a meta-analysis, M., Winter, F., & Aguilar-Raab, C. (2025): Scientific Reports, 15, 36478.