Rastros invisibles en el cielo: cómo las estelas ocultas están calentando el clima

Las estelas de condensación no solo existen de forma visible. También pueden estar incrustadas de forma invisible en los cirros. Pero incluso en esos casos, tienen un impacto medible en el clima, como demuestran nuevos estudios.

Aquí se pueden observar estelas de condensación incrustadas en cirros existentes o que se han convertido en cirros homomutatus, nubes que se originaron a partir de una fuente de origen humano
Aquí se pueden observar estelas de condensación incrustadas en cirros existentes o que se han convertido en cirros homomutatus, nubes que se originaron a partir de una fuente de origen humano. Imagen: Dr. Torsten Seelig/Universidad de Leipzig
Lisa Seyde
Lisa Seyde Meteored Alemania 5 min

Las estelas de condensación han sido uno de los factores climáticos más significativos asociados a la aviación durante años, incluso más que el dióxido de carbono. Ahora, un nuevo estudio muestra que otro fenómeno, bastante descuidado, también contribuye al calentamiento global: las estelas de condensación que se forman dentro de los cirros naturales y son invisibles a simple vista.

Las estelas de condensación son nubes artificiales de cristales de hielo. Se forman detrás de las aeronaves cuando el vapor de agua caliente de los motores entra en contacto con el aire helado a gran altitud, se condensa en partículas de hollín y se congela.

Investigadores del Instituto de Meteorología de la Universidad de Leipzig han investigado por primera vez el grado en que estas estelas de condensación, incrustadas u ocultas, influyen en el clima.

Según sus hallazgos, causan hasta un diez por ciento del efecto de calentamiento de las estelas de condensación visibles como líneas brillantes en el cielo. Por lo tanto, también contribuyen de forma medible al cambio climático antropogénico causado por el tráfico aéreo.

Menos estelas de condensación: menor impacto en el clima

Los resultados, publicados en la revista Nature Communications, amplían significativamente nuestra comprensión del impacto de la aviación en el clima y desafían radicalmente la idea de que volar es más respetuoso con el medio ambiente.

Anteriormente se había planteado la hipótesis de que estas estelas de condensación podrían incluso revertir la influencia de los cirros en algunos casos; es decir, que las nubes podrían tener un efecto de enfriamiento en lugar de calentamiento. Sin embargo, no encontramos evidencia clara de ello.
El Dr. Matthias Tesche, líder del estudio, afirma que fue particularmente revelador la claridad con la que se reflejó en los datos el colapso del tráfico aéreo durante la pandemia de coronavirus. Menos vuelos se tradujeron en una reducción considerable de los efectos de las estelas de condensación, incluidas las que se forman ocultas entre las nubes.
Estela de condensación invertida
Esta es una estela de condensación invertida. Imagen: Dr. Torsten Seelig/Universidad de Leipzig

Zusätzliche Brisanz erhält die Studie durch eine fast zeitgleich erschienene Arbeit. Die zeigt, dass die atmosphärischen Bedingungen für die Bildung von Kondensstreifen fast immer dort herrschen, wo auch Zirruswolken entstehen. Demnach bildet sich ein Großteil der Kondensstreifen sehr wahrscheinlich nicht in wolkenloser Luft, sondern inmitten bestehender Eiswolken.

De trayectorias de vuelo y cirros

Para registrar los efectos de estas estelas incrustadas, los investigadores conectaron varias fuentes de datos. "Comparamos las trayectorias de vuelo de aeronaves individuales con datos de mediciones de un láser satelital", explica Tesche.

En los puntos donde las trayectorias de vuelo y las mediciones satelitales se superponían, investigamos si los cambios causados por el paso de aeronaves podían detectarse en las nubes cirros.

De esta manera, el equipo encontró aproximadamente 40.000 casos en los que las aeronaves influyeron en las nubes cirros existentes. Con los datos, primero se calculó el efecto local y luego se estimó el impacto global en el balance de radiación de la Tierra, es decir, cuánto calor adicional permanece en el sistema climático.

«En primer lugar, ahora sabemos que no solo las estelas de condensación visibles en el cielo, sino también las que se forman dentro de las nubes, deben considerarse al evaluar el impacto climático del tráfico aéreo», concluyó el Dr. Torsten Seelig, autor principal. En segundo lugar, parece que volar deliberadamente a través de cirros no es un método adecuado para el llamado «vuelo ecológico».

Esto lo deja claro: incluso cuando las aeronaves parecen planear a través de las nubes sin dejar rastro, tienen efectos secundarios relevantes para el clima, invisibles a simple vista, pero relevantes para el calentamiento del planeta.

Referencai de la noticia

Quantification of the radiative forcing of contrails embedded in cirrus clouds, Seelig, T., Wolf, K., Bellouin, N. et al. (2025), Nature Communications, 16, 10703.