Los calores de primavera y verano en México: ¿Qué ocasiona que las temperaturas lleguen a 50°C con bochorno?

Conforme pasa la primavera al verano, las temperaturas se incrementan rápidamente debido a sistemas meteorológicos y la misma ubicación del territorio mexicano, incluso con la presencia de lluvias. ¿Qué genera estos cambios significativos?

Sistemas meteorológicos: entre calor y frío en México
El Niño, La Niña, anticiclones, efecto Föhn... varios son los factores que producen calor a México.

México se encuentra mayormente en una zona tropical, lo que hace que las masas de aire cálido dominen en nuestro país y sólo en invierno se tenga un breve respiro a los valores altos. En plena época de calor, varios sistemas y efectos meteorológicos potencializan esta condición.

El Niño, La Niña y otros sistemas meteorológicos

Como es bien sabido y ahora, más que en otros años, el fenómeno de El Niño es uno de los principales factores que genera calor a nivel global, teniendo mayor intensidad en México justamente desde marzo y hasta septiembre. Este ha sido el responsable desde 2023 y ahora la primera mitad de 2024.

De aquí, se desprende la formación de anticiclones, sistemas donde el aire desciende desde altura a superficie, calentándose en su camino. Estos ocurren SIEMPRE en ambas estaciones, pero con El Niño, se puede prolongar su presencia, así como su extensión; también fueron los responsables en 2023 de pocas lluvias y más calor.

Con La Niña, el calor puede ser común en invierno, debido a la posición de la corriente en chorro que se curva de norte a sur, transportando el calor desde México hasta Canadá eventualmente. En inviernos La Niña, NO es raro escuchar que el calor puede ser relevante, pero contrastando unos días despúes con intenso frío.

Calor en zonas tropicales
México se ubica en una zona tropical, dominando el calor más de la mitad del año, especialmente en primavera.

De forma local, además de los anticiclones, la interacción con vórtices fríos o vaguadas polares, pueden producir fuertes vientos en el Altiplano que, al llegar a la Sierra Madre Oriental y descender hacia la Vertiente del Golfo, se calienta rápidamente, proceso conocido como Efecto Föhn. Por último, la radiación solar aumenta en estas temporadas.

Anticiclones, sistemas de antaño

Durante todo el año, se generan zonas en nuestro planeta donde la presión es más alta que en los alrededores, y cuya circulación del viento es a favor de las manecillas del reloj, compensando al sistema opuesto que es una baja presión, los cuales pueden producir condiciones de tiempo estable (Sol) e inestable (nubes/lluvia), respectivamente

Teóricamente y como son mejores conocidos, las altas presiones se relacionan con días de sol, mientras que las bajas presiones con días nublados y lluviosos, pero no siempre es así. En invierno, tenemos en México el dominio de alta presiones frías, procedentes del polo norte que contrastan con las altas presiones cálidas de la primavera y el verano.

Varios sistemas meteorológicos recurrentes en la República Mexicana
Los anticiclones y sistemas de baja presión son los más comunes en el planeta, favoreciendo calor y frío.

Con el fin de llamar la atención de una forma alarmista, a estas altas presiones cálidas o anticiclones les han llamado “domos de calor”. La configuración de la masa de aire que está dentro de este sistema se le puede comparar con un domo, pero técnica y científicamente no es un término correcto.

Asimismo, no todas las bajas ocasionan lluvias: en la primavera sobre el altiplano y la Vertiente del Golfo, donde el excesivo calor que se genera, produce que la presión disminuya notablemente cuando los días son soleados y secos. Cómo se pueden dar cuenta, hay muchas excepciones en meteorología y no siempre un mismo sistema ocasionará los mismos efectos.

Vientos catabáticos: efecto Föhn

Es un tipo de viento cálido, cuyo término procede de Alemania y se traduce como “secador de pelo”. Este fenómeno se da cuando el viento desciende por la ladera de sotavento de una montaña, generándose un rápido calentamiento del aire y disminución de la humedad relativa.

El caso ideal es cuando el viento asciende por la ladera de barlovento, enfriándose y formando nubes que precipitan lluvia, y de lado de sotavento, desciende el aire calentándose y secándose. Para México, barlovento sería del lado del altiplano y sotavento, la Vertiente del Golfo.

Efecto Föhn: fenómeno recurrente en las primaveras
El calor que puede registrar hasta 50 °C o más en la Huasteca se debe al efecto Föhn.

Desde Coahuila hasta la región del Istmo de Tehuantepec, es donde resaltan los efectos de este fenómeno, siendo más notables en la Huasteca de San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Veracruz, así como en el Papaloapan y el Istmo entre Oaxaca y Veracruz.

Aquí, es común que un día otro, las temperaturas puedan pasar desde 10 °C como máximas hasta los 40 y, en casos extremos 50 °C; ocasionalmente sucede el mismo día.

Por supuesto, esto no tiene nada que ver con el cambio climático o calentamiento global, ya que cada primavera está latente la ocurrencia de esta condición extrema.

Sensación de bochorno agobiante

Normalmente, las lluvias en territorio mexicano, comienzan a finales de mayo y se van generalizando entre junio y julio para cubrir a todo el país de agosto septiembre; con lluvia, la humedad relativa aumenta ayudando a disminuir por periodos las temperaturas, refrescando varios días del verano.

Este contenido de humedad en el ambiente se combina con temperaturas que en algunos casos pueden superar los 25 hasta 35 °C, principalmente en estados costeros; dicha combinación genera el tan conocido bochorno, esa sensación de calor sofocante que hace sentir que el cuerpo está pegajoso.

Cuando vamos a la playa, sentimos ese calor agobiante conocido como bochorno. Ahí, las temperaturas medidas por el termómetro no son tan altas, pero al combinarse con la humedad, impide que se enfrié nuestro cuerpo, generando sensación de calor sofocante.

En estos casos, el cuerpo no puede transpirar y enfriarse debido a que el ambiente está saturado, tapando nuestros poros. El verano, por lo tanto, no tiene valores de temperatura tan altos como la primavera, pero la humedad en el ambiente genera una mayor sensación de calor por la humedad.

Lo anterior aplica principalmente para estados del centro y sur, ya que en el norte efectivamente el verano es la época más calurosa del año con eventuales precipitaciones con largos periodos de sol. Un claro ejemplo es el sector noroeste, entre Baja California y Sonora donde llegan hasta los 50 °C o más.